Renta fija y consumo básico: las dos claves de Santander AM para afrontar 2025

Renta fija y consumo básico: las dos claves de Santander AM para afrontar 2025



En un contexto marcado por la moderación de la inflación y la expectativa de recortes de tipos, ¿cómo estáis posicionando las carteras desde Santander Asset Management? ¿Qué activos consideráis más atractivos en este nuevo escenario monetario?

A nivel táctico, nuestro escenario base es el de una desaceleración económica con alta incertidumbre, sobre todo marcado por factores de riesgo como la actual guerra comercial impuesta por la Administración Trump, así como otros factores de erosión institucional y fiscales. 

Desde el punto de vista de posicionamiento en carteras estamos manteniendo un sesgo más defensivo, donde la parte de renta fija, sí estamos favoreciendo los bonos europeos y de Reino Unido, fundamentalmente por menores presiones inflacionistas y mayor visibilidad fiscal. Y por el lado de la renta fija americana, sí que estamos manteniendo una posición más cauta, fundamentalmente por un riesgo en los tramos más largos, donde vemos que puede tener más efecto la presión fiscal que tiene y una menor demanda externa de bonos americanos. En lo que a crédito se refiere, giramos hacia calidad y vencimientos más cortos y en lo que se refiere también a la renta fija emergente estamos favoreciendo aquellos activos en denominación más de moneda local. 

En renta variable, sin grandes cambios regionales donde sí que estamos más cómodos en Asia emergente y en sectores más defensivos, fundamentalmente por oportunidades de valoración.

Y finalmente, la visión es más positiva en el euro y el yen frente al dólar por menor demanda externa que estamos viendo en los bonos americanos, sobre todo habiéndose reducido las reservas en dólar por parte de los bancos centrales. Y nos gusta también el activo refugio oro, su papel más diversificador, por el comportamiento tan bueno que tiene en momentos de estrés como pudiera ser el actual.

El debate entre soft landing y recesión sigue sobre la mesa. ¿Cuál es vuestra visión sobre el ciclo económico global y cómo influye esto en la construcción de cartera?

Nuestro escenario es el de desaceleración sin recesión por varios motivos.

Por un lado, la incertidumbre macroeconómica que estamos viendo a consecuencia de la guerra comercial arancelaria impuesta por la Administración Trump, más aún cuando el 9 de julio da fin a una pausa de 90 días sobre un arancel del 50% impuesto a productos importados desde la Unión Europea. Y por otro lado, el escenario fiscal es todavía más incierto dado su elevado déficit que estamos viendo y la nueva ley fiscal el “One Big Beautiful Bill”, que sostienen una senda creciente en la deuda americana, lo cual se traslada en mayores emisiones y una mayor presión en los tramos más largos, lo cual favorece los posicionamientos más defensivos.

Pese a que todo esta incertidumbre macro sabemos que no se va a resolver en el corto plazo, sí que estamos viendo que los datos macro que se están publicando actualmente están apuntando a un escenario positivo donde el dato de empleo pese a tener puntos débiles sí que demostró cierta fortaleza para alejar los temores a un debilitamiento inminente en el mercado laboral. Y también hemos visto las últimas semanas indicadores de confianza que dan cierto soporte a la confianza después de la crisis de los aranceles.

Finalmente, en cuanto a la inflación, pues estamos viendo los riesgos a la baja con el precio de los bienes básicos bastante contenido y también los indicadores de sorpresas de inflación en mínimos de los últimos cinco años.

¿Qué peso le estáis dando actualmente a la renta variable frente a la renta fija? ¿Hay alguna región o sector que destaque especialmente por su potencial de revalorización o su perfil defensivo?

Actualmente el posicionamiento en renta variable es cauta. Sí que tenemos cierta preferencia a geografías como Asia emergente y del mismo modo tácticamente nos gustan sectores más defensivos, fundamentalmente, por temas de valoración. Y reforzando esta apuesta por lo defensivo, de acuerdo a nuestro escenario base, sí que estamos posicionando las carteras en sectores como consumo básico, eléctricas, etc. y bajando exposición en sectores que están más relacionados con el propio ciclo económico.

En lo que respecta la renta fija, sí que destacamos la estacionalidad favorable que existe en periodo estival, fundamentalmente por una por un tema técnico de falta de oferta. Por lo que sí que creemos que la renta fija es un activo a reforzar dentro de las carteras en contra posiciona la renta variable en esta época del año.

En un entorno donde los bancos centrales parecen moverse con cautela, ¿qué papel juegan los activos alternativos o estrategias más flexibles en vuestra propuesta de inversión?

Son unos activos que juegan un papel muy importante dentro de las carteras porque ayudan a balancear tanto el riesgo como la rentabilidad de las mismas. Los activos alternativos tienen una componente de correlación negativa con los principales activos tradicionales como puede ser la renta variable o la renta fija. Además pueden favorecer en una potencial rentabilidad, ya que son activos que tienen menos dependencia con el ciclo económico. Y, en algunas ocasiones, pueden ayudar como cobertura frente a la pérdida de poder adquisitivo que pueden tener otros activos.

En el caso de las estrategias flexibles, también juegan un papel muy importante, sobre todo en la parte de la gestión del riesgo, ya que nos ayudan a calibrar o ajustar la exposición de determinados activos dependiendo del momento de mercado en el que nos encontramos. 

¿Cómo estáis gestionando el riesgo en este entorno de elevada incertidumbre geopolítica y electoral? ¿Qué estáis haciendo para proteger el capital sin renunciar a oportunidades de rentabilidad?

Nosotros partimos de una cartera diversificada donde realizamos una asignación dinámica de activos y utilizamos el uso de derivados como cobertura fundamentalmente para proteger las carteras frente a eventuales caídas de mercado, subidas de tipos de interés o movimientos en la parte de divisa con ayuda de otros activos refugio, como puede ser el oro, que ayudan a estabilizar la rentabilidad de la cartera y a minorar la volatilidad de la misma.



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