Los establecimientos que no dependen del turismo se mantienen con fuerza en Mallorca
«Estamos llenos, como siempre. Hay restaurantes que se han pasado con la subida de precios y ahora les repercute», advierte Guillem Garí, más conocido como Guillem d’es Cruce. El propietario del legendario y popular restaurante de Vilafranca se presenta como una voz discordante frente a los ya habituales lamentos que este verano se han escuchado entre los restauradores. Garí representa el ejemplo de cómo los establecimientos enfocados en los residentes resisten con entereza la caída del consumo turístico gracias al escudo que les proporciona su clientela local
Restaurantes tradicionales cuya fama ha traspasado fronteras, pero cuya clientela principal nunca ha sido turística. En Es Cruce el servicio es rápido, el trato es familiar, la comida es buena y los precios son asequibles. Por lo que su cola para comer sigue siendo igual de larga que siempre.
«No sé cómo reducir la cola. Al final hace que clientes de toda la vida no vengan porque no quieren esperar», confiesa Guillem Garí, el cual explica que no han sido afectados por esa bajada de consumo: «No hemos notado la bajada de clientes. Vamos con mucho cuidado con los precios: si en cinco años hemos subido un euro, hay sitios que han subido cinco. Y eso es lo que la gente mira».
Guillem también explica otro de sus secretos: en Es Cruce se puede comer hasta las 17:30, mientras que muchos otros locales cierran cocina a las 15:00: «Estas cosas las mira la gente y es lo que motiva su regreso«.
El establecimiento de Guillem d’Es Cruce es un símbolo del Pla . / T.O
Guillem d’es Cruce es toda una figura pública: el músico Tomeu Penya llegó a proponerlo como presidente des Pla… y hoy son familia política, ya que están ‘casados’.
«Yo trabajo todo el día porque conozco a los clientes y quiero que estén contentos, y con un buen servicio, buen género y buen precio ya lo tienes hecho, la gente va a volver», sentencia Garí.
El dimoni d’Algaida
A 15 minutos en coche, en Algaida, encontramos Cal Dimoni, otro restaurante legendario. Aquí, un dimoni aparece para dar caramelos a los niños, provocando entre los más pequeños una mezcla entre pavor y diversión.
La carta es 100 % mallorquina y los precios siguen siendo razonables. «La relación calidad-precio es lo más importante para que los clientes mallorquines vuelvan. Ahora salir a comer es muy caro», explica Pilar Vanrell, hija del fundador. El local ahora lo gestiona su hijo, Xavier Vanrell
Pilar Vanrell apunta que su temporada fuerte es en invierno: «Mi comida es mallorquina, y con el calor apetece menos». Además, Vanrell destaca la importancia de la fidelidad para poder mantenerse: «Tengo clientes fijos que vienen dos o tres veces por semana. Ajusto los precios al máximo, pero no puedo jugar con la calidad: trabajo con producto kilómetro cero«.
«Yo vivo de los locales. También viene turismo nacional, gracias al boca a boca, pero los mallorquines son los míos», explica Vanrell.
En el mítico CalDimoni solo se prepara comida mallorquina. / Pere Morell
Estos días no ha comparecido el dimoni en el restaurante: «Está de vacaciones por el calor. Volverá en invierno, con los niños», sentencia Pilar Vanrell.
El templo del variat
En Palma, el templo del variat se llama Can Biel Felip. Aquí, el turismo es prácticamente una especie exótica. Su propietario, Rafel Roca, lo deja claro: «Toda nuestra clientela es autóctona. No nos importa si el turismo sube o baja, porque no es lo nuestro».
Can Biel Felip es el epicentro de lo que fue —y sigue siendo— un bar de pueblo en plena ciudad: buen producto, precios asequibles y lleno todos los días.
«La clave para que la gente venga a un bar es el buen género, la constancia, el trato, el precio y un gran equipo. Con todo eso, sabes que los clientes volverán», asegura Roca.
El propietario es el hijo del fundador del restaurante, Biel Roca, y explica las claves que le dio su padre para que un local funcionara: «El café está barato. Mi padre siempre ha dicho que, si el café es bueno y a buen precio, la gente volverá. Esto es un bar de pueblo en Palma. Llevamos 30 años y queremos seguir muchos más, siempre con buen rollo«.
Suscríbete para seguir leyendo







:format(jpg):quality(99):watermark(f.elconfidencial.com/file/bae/eea/fde/baeeeafde1b3229287b0c008f7602058.png,0,275,1)/f.elconfidencial.com/original/c19/d44/556/c19d4455662c83d93c178d9f88bc2088.jpg?w=150&resize=150,150&ssl=1)


:format(jpg):quality(99):watermark(f.elconfidencial.com/file/bae/eea/fde/baeeeafde1b3229287b0c008f7602058.png,0,275,1)/f.elconfidencial.com/original/413/8c8/cd9/4138c8cd996938cec76fd662c84ce4e1.jpg?w=150&resize=150,150&ssl=1)


