el último bastión del ahorro
El ahorro vuelve a moverse. Después de meses de recortes de tipos, el Banco Central Europeo (BCE) ha pisado el freno y se declara cómodo con el precio actual del dinero. La sensación de que el ciclo de bajadas se aproxima a su final se extiende entre analistas y economistas. En las últimas semanas, varios consejeros del BCE han defendido que la institución se encuentra cómoda con su política actual. Christine Lagarde, sin embargo, evitó dar por concluido el proceso al afirmar en una entrevista con CNBC que no puede declarar el fin de los recortes. Su matiz bastó para calmar las expectativas del mercado y moderar el Euríbor, que había subido desde mediados de septiembre.
El debate en Fráncfort se desarrolla en un entorno de estabilidad de precios, con la mirada puesta en la reunión del 30 de octubre. La inflación repuntó ligeramente hasta el 2,2% en septiembre, frente al 2% registrado en agosto, y se mantiene cerca del objetivo oficial.
Según un sondeo de Reuters, una mayoría creciente de economistas considera que el BCE ha concluido sus recortes de tipos mientras la economía europea avanza con un crecimiento moderado. Las actas de la reunión de los días 10 y 11 de septiembre ya indicaban que la política monetaria es “suficientemente sólida” para absorber cualquier perturbación inflacionista.
En este escenario de equilibrio monetario, los depósitos bancarios vuelven a moverse entre la contención y la competencia. Aunque la tendencia general apunta a rentabilidades más bajas, aún sobreviven productos que resisten el nuevo clima financiero y ofrecen rentabilidades que rozan o incluso superan el 3%.
Las mejores rentabilidades
Entre las entidades que mantienen ese pulso destacan Banco Mediolanum y Deutsche Bank. Ambos conservan productos con rentabilidades de hasta el 3% TAE, aunque con requisitos exigentes como aportar dinero nuevo o vincular parte del capital a productos gestionados.
En el caso de Mediolanum, su Depósito MIX PLUS a 12 meses ofrece un 3,00% TAE al invertir el triple del importe en fondos del banco, mientras que Deutsche Bank mantiene su Depósito Confianza DB al 3% TAE para importes a partir de 50.000 euros en dinero nuevo, válido hasta agotar un volumen de 100 millones de euros. Estas ofertas se han convertido en excepciones dentro de un mercado europeo cuya rentabilidad media ronda el 2% TAE, según las últimas estimaciones de analistas y comparadores financieros.
El relevo ha llegado desde entidades de menor tamaño o de origen extranjero que han hecho del depósito su herramienta de diferenciación. Banco Finantia, con sede en Portugal, comercializa actualmente un depósito a 12 meses con una rentabilidad aproximada del 2,05% TAE, y otro a 24 meses que eleva el retorno hasta el 2,10% TAE para nuevos clientes con importes elevados.
EBN Banco impulsa su oferta con depósitos a 6 meses al 2,10% TAE y hasta el 2,80% TAE a 12 meses bajo condiciones de vinculación. Banca March mantiene su Depósito Avantio a 12 meses alrededor del 2,10% TAE, dirigido a patrimonios medios-altos, mientras que Banco Pichincha ofrece un 2,02% TAE con importes más accesibles y cobertura del FGD español.
Cetelem, por su parte, se consolida entre las opciones más competitivas con un depósito a 24 meses que alcanza el 2,80% TAE, permitiendo invertir desde un solo euro y garantizando la misma protección.
La comparación con la deuda pública resulta inevitable. En la última subasta de octubre, la Letra del Tesoro a 12 meses se colocó en el 2,01% TIR, prácticamente calcada a los depósitos menos agresivos del mercado. Este dato convierte a algunos plazos fijos en alternativas más rentables que la deuda soberana de corto plazo, algo que no ocurría desde principios de 2023.
La última batalla por el ahorro
La persistencia de estas ofertas no es casual. Los bancos compiten por reforzar su base de pasivo en un momento de menor crecimiento crediticio. Tras el auge de los márgenes durante el ciclo de subidas, las entidades necesitan consolidar liquidez estable. Los depósitos de alta rentabilidad funcionan como un instrumento comercial eficaz y, a la vez, como válvula de ajuste en la gestión de balance. En el caso de las entidades digitales o extranjeras, la menor estructura de costes y la ausencia de red física les permiten mantener remuneraciones más altas sin comprometer márgenes.
El apetito por estos productos confirma que la cultura del ahorro ha resurgido. Con la inflación estabilizada y los tipos nominales en el 2%, un depósito al 3% ofrece todavía una rentabilidad real positiva cercana al 1%. En la práctica, sigue superando a las cuentas remuneradas, que raramente alcanzan el 2%, y a los fondos monetarios, cuya media se sitúa en torno al 2,5%.
Los analistas prevén que estas oportunidades tengan los días contados. Si el BCE mantiene su tono actual y la economía europea conserva el pulso, las entidades no necesitarán pagar tanto por el ahorro. La normalización podría estabilizar las rentabilidades entre el 1,5% y el 2% TAE en los próximos trimestres, más alineadas con la evolución de la deuda pública.










