El peligro de seguir al consenso: el S&P 500 podría estar cerca de un techo
Mark Zuckerberg ha anunciado su intención de invertir 150.000 millones de dólares en infraestructuras de inteligencia artificial. La pregunta que surge es clara: ¿podrá realmente llevar a cabo esta inversión, más allá de tener el dinero disponible? Mi respuesta es no. Meta (Facebook) necesita asegurar una cantidad gigantesca de energía eléctrica para operar sus futuros centros de datos. Esto implica adquirir transformadores, equipos de conmutación, sistemas de refrigeración y toda la infraestructura necesaria para la distribución eléctrica.
¿El problema? La empresa líder mundial en fabricación de estos equipos, Schneider Electric, ya tiene su cartera de pedidos completa hasta 2030. La producción está totalmente vendida para los próximos cinco años. Por tanto, aunque Meta tenga los recursos financieros, no podrá acceder a los equipos necesarios en el corto y medio plazo. Esto nos lleva a varias conclusiones clave:
- El verdadero cuello de botella no está en los chips de vanguardia, como los que fabrica NVIDIA, sino en los componentes de la infraestructura eléctrica.
- Esto genera oportunidades de inversión: algunas compañías se están viendo claramente favorecidas por esta escasez. Las tres principales beneficiadas en bolsa son: Blue Energy (BN): en clara tendencia alcista; Eaton (ETN): también con comportamiento ascendente; y Vertiv (VRT): tercera beneficiada, igualmente con tendencia alcista. Eso sí, es importante advertir que estas acciones ya han subido considerablemente. No estamos en los comienzos del movimiento. Por tanto, cualquier compra solo debería considerarse si se produce una corrección.
Por otro lado, no podemos pasar por alto un hecho curioso. Los grandes bancos de Wall Street han fallado en sus pronósticos recientes. Tomemos el ejemplo del índice S&P 500. Cuando Donald Trump anunció sus políticas arancelarias en abril de 2025, muchos bancos reaccionaron con miedo: proyectaron caídas que llevarían el S&P hasta los 5.600 puntos. Pero hoy, esos mismos bancos —como Oppenheimer— ya están proyectando subidas hasta los 6.700 puntos.
¿Y qué hacemos con esta información? Personalmente, sigo siendo alcista con el S&P 500. Pero como defensor de la estrategia de opinión contraria, me preocupo al ver que ahora todos los analistas coinciden en ser alcistas. Cuando el consenso es tan fuerte, suele indicar que nos acercamos a un techo. No sabemos exactamente cuándo llegará, pero conviene estar alerta.
En otro orden, todos decimos querer gobiernos fiscalmente responsables. Pero como especulador, prefiero lo contrario. Durante el mandato de Bill Clinton, Estados Unidos pasó de tener un déficit del -4% del PIB a registrar un superávit del +2%. ¿Consecuencia? Cayeron las emisiones de deuda pública… y también cayó el oro. ¿Por qué? Porque con menos deuda en circulación, hay menos activos seguros disponibles, y eso impacta en la dinámica de muchos mercados. Si Trump decide ser fiscalmente responsable y reduce el déficit actual (en torno al -6,5%), podríamos volver a ver efectos similares.
La pregunta es: ¿Qué pasaría con el S&P 500, con el oro o con el bitcoin si los gobiernos se vuelven austeros? La historia sugiere que el oro podría caer.