Cajamadrid prestó en 2008 a su consejero Sánchez el 101% del valor de su piso
Pedro Sánchez ha sabido sortear con holgura el problema de la vivienda. Al margen del amplio parque inmobiliario conyugal fruto del negocio familiar vinculado a la explotación sexual, compra con su esposa un piso en 2005 cuando ya era concejal socialista y consejero general (miembro de la asamblea) de Caja Madrid.
Y luego fuerza sucesivas modificaciones hipotecarias con creciente riesgo para el banco.
Escala el porcentaje que presta sobre el valor tasado del piso. Hasta llegar al 101%.
Lo habitual era el 80%. Salvo la hipoteca joven de Cajamadrid, que llegaba al 100%, pero inaplicable en su caso por superar los 35 años.
El banco arriesgó el 155% del valor del piso con intereses y gastos. Y le cedió un interés del 3,1%, dos puntos por debajo de la media nacional (5,2%). La secuencia de este pelotazo hipotecario es la siguiente.
Hipoteca inicial. Compra un piso en septiembre de 2005. Asume una hipoteca con Cajamadrid. Sus costes entre principal, intereses y gastos suman 296.726 euros. Supera en 40.000 euros el valor de tasación de la vivienda, 252.600. El piso de Sánchez vale un 29% menos que su coste hipotecario.
Para colmo, Cajamadrid acepta tal tasación pese a estar realizada dos años antes, en 2003. El capital recibido (204.000 euros) es ya el 81% del valor tasado del piso.
El banco, tras detallar los costes del préstamo, lanzaba un aviso: “Las cantidades arriba expresadas son las máximas de que puede responder según la clausula de constitución de hipoteca”.
Pero dos meses después este tope hipotecario se fulminaría por Cajamadrid y Sánchez. Consignarían cifras más altas de préstamo sobre la misma finca.
Primera modificación de hipoteca. El consejero general Sánchez logra en noviembre de 2005 que su banco le amplíe su préstamo a 452.298 euros (principal, intereses y gastos).
Su coste total crediticio supera en 126.000 euros una nueva tasación (326.400 euros, frente a 252.600 euros dos meses antes).
El piso se ha revalorizado un 29% en 60 días. El crédito otorgado, intereses aparte, es de 293.331 euros. Ya roza el 90% del valor de tasación. Nueve puntos más que en la anterior hipoteca.
Esta modificación arroja incertidumbres. ¿No servía ya la anterior tasación? ¿Si estaba desactualizada por qué se usó dos meses antes?
Pero Sánchez y Cajamadrid precisaban modificarla. Con la vieja tasación el banco le habría prestado 293.707 euros por una finca valorada en 252.600.
Casi 40.000 euros por encima de su valor. El salto sería mayor si se contabilizasen intereses y gastos. Cajamadrid habría arriesgado 452.000 euros por una finca que valía 200.000 euros menos.
Opacaron tal escándalo al elevar la tasación. Pese a ello, con la nueva tasación la finca ya vale un 38% menos que la deuda total que asume Cajamadrid.
12 puntos más de riesgo en caso de impago que el firmado dos meses antes. Pero esta nueva hipoteca sigue sin gustarle a Sánchez.
Segunda modificación de hipoteca. La modifica por segunda vez en septiembre de 2008. Su tasación cambia nuevamente: el piso ya vale oficialmente 354.000 euros. Apenas 27.600 euros más que hace tres años. Un 9% más.
Pero con tal mínima diferencia Sánchez logra que Cajamadrid le firme un crédito por un coste global de 550.288 euros. 100.000 euros más. Un 21% más. Pero la horquilla entre tasación y deuda hipotecaria se dispara: el piso de Sánchez vale un 55% menos que su coste crediticio.
Una frase contractual desnuda el riesgo de la operación tras sumar la deuda contraída: “respondiendo la finca de un total de 550.290,91 euros. Valor para subasta: 354.000,00”.
¿Cómo puede responder la finca de una hipoteca que la supera en 200.000 euros?
Dos elementos coronan el generoso trato final de Cajamadrid a su consejero socialista: sólo el capital prestado (357.000 euros) supera ya el valor del piso (354.000 euros).
El banco paga el 101% de la casa. 20 puntos más que en su hipoteca inicial. Sánchez ya no abona nada del precio tasado.
A esto se suma que en la primera modificación Sánchez rubrica con su banco un interés del 9% y ahora lo baja al 3,1%.
El consejero Sánchez logra abonar seis puntos menos de interés.
Dos puntos menos que la media nacional de 2008. Tanto afán y luego lo alquila. Le sobran pisos gracias al suegro.
Sánchez como consejero general tuvo voz y voto sobre cuentas y gestión de Cajamadrid bajo Blesa. Los años del saqueo.
Se desmarcó y avergonzó de los consejeros, incluidos socialistas, que usaron tarjetas black y recibieron créditos dudosos. Pero salvó el suyo.
Blesa en 2008 recibió un crédito de 275.000 euros para el que aportó como garantía una vivienda tasada en 540.116 euros.
Sánchez le superó: ese mismo año obtuvo 357.000 euros con una garantía de 354.000 euros. “Vamos a ser implacables. Vamos a suspenderlos de militancia y a obligarles a devolver el dinero”, dijo Sánchez. El cambio de hora trastoca ideales.




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