Zaragoza, cerca del podio de mayores ingresos con la Ibercaja Romareda
El patrocinio del nombre de estadios de fútbol todavía es un negocio incipiente en España, pese a que está más que extendido en otros países como Alemania o Estados Unidos. En Zaragoza, desde el primer momento se entendió que era una importante vía de ingresos, firmando con Ibercaja un importante acuerdo para el ‘naming’ del estadio modular y la futura Romareda.
La entidad bancaria y la sociedad La Nueva Romareda han suscrito una alianza a cambio de un millón de euros anuales en Segunda y dos millones por cada año que el club juegue en Primera División hasta 2035. Además, Ibercaja adelanta el pago de 10 millones de euros, lo que ayudará a la financiación de la construcción del nuevo estadio.
Aunque el camino lo iniciaron hace unos años Osasuna (Reyno de Navarra, del Gobierno autonómico) y Mallorca (Ono Estadi o Iberostar Estadi), fue el Atlético de Madrid el que firmó el primer gran acuerdo para dar nombre al Metropolitano. Wanda destinó 10 millones cada año entre 2017 y 2022, Cívitas le cogió el testigo y, actualmente, Riyadh Air asume el patrocinio por entre 250 y 300 millones de euros en nueve años.
Después, llegaron otros acuerdos, como el de la Real Sociedad con Reale Arena por 1,5 millones al año, aunque finaliza este verano; el Celta de Vigo con Abanca por 2 millones anuales; o el Deportivo con la misma entidad bancaria, como parte de un crédito de 45 millones para sanear las cuentas del club. Cantidades terrenales en comparación con los 20 millones que pagará Spotify para dar nombre al Camp Nou.
Con estas cifras, Zaragoza se situaría en uno de los escalafones más altos del ranking de ingresos si, algún día, el club logra por fin el ansiado ascenso a Primera División. En el mejor de los casos, Ibercaja pagará 19 millones de euros a la sociedad (no al club) durante los diez años en los que se extiende el acuerdo.
Los tres socios lanzaron una consulta pública para recibir propuestas, planteando un mínimo de 600.000 euros en Segunda y 1 millón en Primera, que finalmente se duplican. El contrato incluye otras contraprestaciones para la entidad bancaria, como presencia de marca y uso de espacios como lonas.
No obstante, este pacto puede encontrarse un escollo durante el ansiado Mundial 2030, ya que la FIFA no permite que los estadios que sean sede tengan el ‘naming’ comercial de un patrocinador, lo que obligará a buscar un nuevo nombre provisional durante el mes que dure el torneo.













