ya nadie duda del fin del ciclo restrictivo



La caída del ritmo de crecimiento de la inflación en Estados Unidos ha provocado la rendición de los últimos escépticos, la minoría del mercado que seguía defendiendo que los tipos de interés no habían tocado techo y que quedaba margen para un alza más. Es el mensaje que ha defendido el propio gobernador de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, en un intento de controlar las expectativas y de evitar que se cantara victoria. Sin embargo, un retroceso mayor de lo esperado en el índice de Precios al Consumo (IPC) de octubre ha terminado de convencer a los pocos creyentes hawkish que quedaban en pie.

«Los últimos inversores que no estaban convencidos de que la Fed había acabado con el ciclo restrictivo, probablemente, estén tirando la toalla», apunta Bryce Doty, estratega de Sit Fixed Income Advisors en un comentario a Bloomberg. «La próxima acción del banco central tiene más posibilidades de ser un recorte de tipos el año que viene que otra alza», añade.

Esto es precisamente lo que está cotizando el mercado, con un acelerón de la bolsa, de los bonos y la caída del dólar. Aunque la última decisión de tipos del organismo monetario ya había generado ese sentimiento, al mantener la tasa de referencia, el dato de IPC ha terminado por confirmar las sospechas. Casi nadie cree que el ciclo restrictivo vaya a ir a más y el consenso es que está zanjado. Ayer, el 85,5% de las posiciones en los futuros en los tipos consideraban que no habría más ajustes, mientras que hoy ese porcentaje ha subido cerca de diez puntos porcentuales, hasta el 94,8%, según la herramienta CME FedWatch Tool. Solo el 5,2% ve cabida para un poco más de restricción.

Los analistas de ING también apoyan esa tesis, ya que creen que la inflación volverá al objetivo del 2% en el verano de 2024. Tras constatarse una caída de los precios algo mejor de lo esperado, se muestran optimistas: «Esperamos que haya mucho más por venir», señala James Knightley. «La Fed tiene que estar bastante contenta con esto [la mejora del IPC subyacente] y, como se esperaba, esto ha reforzado las expectativas del mercado de que los tipos de interés han tocado techo», apunta.

Esta afirmación se apoya en las perspectivas de que los precios de los alquileres y de los coches sigan corrigiendo. Los arrendamientos de vivienda tienen un peso importante en el IPC, tanto general como subyacente, y los analistas de ING creen que las caídas actuales se prolongarán. Asimismo, el consumo se va a ralentizar porque los intereses de las tarjetas de crédito son más caros, los préstamos para automoción han subido y los estudiantes ya están repagando sus deudas tras la moratoria, lo que dañará los ingresos de los hogares. Y ello implica que se moderarán las compras de importes elevados, como las de coches.

Desde Goldman Sachs coinciden con el análisis y destacan la sorpresa positiva que han dado los alquileres. El retroceso de las rentas «debería consolidar que la Fed se mantenga sin movimientos en diciembre», indican. Desde la firma Pantheon Macroeconomics tambén subrayan la tendencia de los arrendamientos de vivienda a la baja.

En ese sentido, ya se observa con claridad la mella que ha hecho el ciclo restrictivo en la inflación. Cantar victoria por el fin de las subidas de tipos implica dejar atrás la preocupación por la presión de los precios. Después de meses como preocupación principal, parece que el objetivo de estabilidad se logrará en el medio plazo.

El índice de precios al consumo (IPC) de Estados Unidos desaceleró en octubre más de lo previsto por el mercado, hasta un 3,2%, frente al 3,3% que recogía el consenso de Bloomberg. Además, confirma la contracción de los precios si se compara con el dato del 3,7% de septiembre y que impulsó a la renta variable a ambos lados del Atlántico, mientras el bono estadounidense a diez años marcó una rentabilidad inferior al 4,5% por primera vez desde finales de septiembre.

Ahora, el consenso recogido por Bloomberg considera que el presidente de la Fed, Jerome Powell, anunciará el primer recorte de tipos en mayo del 2024, una expectativa que ya se mantenía en el arranque de la semana, pero que se ha reforzado con el último dato de inflación. Según los datos que maneja la agencia, el mercado estaría descontando una probabilidad de más del 80% de que haya un recorte de tipos en mayo de 2024. La expectativa de que haya una última subida de tipos en diciembre se ha hundido ya hasta el 1,2%, una hipótesis que ha quedado fuera de la mesa casi por completo.

Por todo esto, el mercado de renta fija ha sido este martes el primer testigo del optimismo del mercado. Las compras de bonos soberanos desplomaron las rentabilidades en toda la curva de vencimientos, con especial impacto en los bonos desde los dos a los 20 años. De hecho, referencias como el bono alemán a diez años, el español o el británico registraron caídas de alrededor de 15 puntos básicos en una sola sesión. Pero fue el T-Note estadounidense, el bono con vencimiento a diez años, el que registró el mayor salto, cayendo su rentabilidad por debajo del 4,5% por primera vez desde septiembre, después de verla reducida en casi 19 puntos básicos durante la sesión.

Ganancias superiores al 5% con el bono

Con el bono de EEUU a diez años por debajo del 4,5% las ganancias para un inversor que puso en su cartera estos títulos al cierre de octubre serían del 5,3% teniendo en cuenta el rápido incremento de los precios. «Los bonos rara vez han sido tan atractivos como lo parecen hoy en relación a las acciones», opinaron desde Pimco, teniendo en cuenta que el retorno esperado del S&P 500 (rentabilidad obtenida con la inversa del PER) también estaría en el entorno del 5%, según Bloomberg.

La reacción en Wall Street fue más evidente incluso, con alzas superiores al 2% en índices bursátiles como el S&P 500 y el Nasdaq 100 que avanzaron al cierre de la sesión europea ante la expectativa de que la Reserva Federal no necesitará endurecer más su política monetaria en este ciclo.

El euro vive su mejor sesión del año

En el mercado de divisas también se dejó sentir el impacto del buen dato de inflación. Con el mercado ya dando por seguro que no habrá más subidas de tipos en EEUU, el dólar ha reaccionado con fuertes caídas en sus principales cruces, tanto, que ha hecho que el euro viva su sesión más alcista del año frente al dólar, con una subida del 1,6% que lo ha hecho pasar de los 1,069 dólares en los que cerró el lunes, hasta los 1,087 dólares este martes.

Las caídas del dólar fueron muy significativas, cayendo en sus diez cruces más cotizados durante la jornada. La mayor caída frente a este grupo de divisas la sufrió con la corona sueca, con una pérdida del 2,3%, mientras que su depreciación menos fuerte fue contra el dólar canadiense, de un 0,66%.

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