Unicaja y Abanca complican el plan de fusiones del Sabadell si fracasa la OPA

Unicaja y Abanca complican el plan de fusiones del Sabadell si fracasa la OPA



Dos noes en apenas dos días. Unicaja y Abanca rechazan frontalmente el plan del Sabadell de lanzarse a fusiones amistosas si logra defenderse del asalto del BBVA y fracasa la OPA. Las cúpulas de ambas entidades cierran la puerta a integraciones sin fisuras, al menos en público, lo que deja al banco catalán sin casi posibilidades en la era posOPA y para quien una mejora de la oferta por parte del grupo de La Vela le daría “una salida” tras reducir su tamaño con la venta de la filial británica TSB, como indican fuentes financieras.

En el seno del BBVA ya empiezan a asumir que tendrán que pagar más para comprar el Sabadell, con un desembolso en efectivo de entre 2.000 y 3.000 millones para que la OPA triunfe, como publicó este medio. Esta sería la única forma posible para convencer a los accionistas del Sabadell, como interpreta el mercado, y sería la bala de plata que se guarda Carlos Torres para la recta final.



Abanca exige tomar el control para protagonizar fusiones, como línea roja marcada por Escotet

Como admiten fuentes internas de Unicaja siempre “dependerá del precio y del momento”, pero lo que en el sector está claro es que Josep Oliu estaría presionado por el mercado para lanzarse a operaciones corporativas si fracasa la OPA, que debilitaría su posición en cualquier intento de acercamiento. Y los rivales lo saben.

“No hemos tenido conversaciones formales de ningún tipo con el Sabadell ni nos interesa”, afirmó tajante Juan Carlos Escotet, presidente de Abanca, tras presentar los resultados semestrales. Y quiso dejar claro que sólo protagonizará integraciones en las que tenga el control.   

Unicaja pierde tamaño para ganar rentabilidad

Con la misma contundencia se pronunció Isidro Rubiales, consejero delegado de Unicaja. “En la era posOPA nos vemos igual que antes de la OPA. En nuestro mapa no está participar en ninguna operación corporativa”, sentenció Rubiales. El CEO de Unicaja, como en otras ocasiones, apeló al núcleo duro de accionistas (Fundación Unicaja, el empresario Tomás Olivo, los dueños de Mayoral y la aseguradora Santalucía) y su apuesta por el camino en solitario de la entidad. Pero se mostró mucho más contundente.

Juan Carlos Escotet, presidente de Abanca.

Unicaja está recuperando la fortaleza comercial y ha logrado que el margen de interés, que mide el negocio típico, crezca en el segundo trimestre frente a los tres primeros meses del año, a pesar de que el Banco Central Europeo (BCE) ha recortado los tipos en ocho ocasiones (siete veces de forma consecutiva).

El banco andaluz, tras la indigestión de Liberbank, ha aprendido del pasado y apuesta por ser un “banco regional”, con vocación “universal”, consciente de que se trata de un nicho de mercado a medida que el sector se ha concentrado en cuatro grandes (en caso de que BBVA no acabe comprando el Sabadell).

De hecho, Unicaja se ha estancado con un balance en los 95.000 millones de euros, que lo aleja del `top five’ que llegó a ocupar con la integración de Liberbank en 2021. Bankinter, que ahora mismo es el quinto banco más grande de España, supera los 130.000 millones en activos, a los que suma su actividad en Portugal e Irlanda.

Ibercaja y Kutxa, las otras alternativas

La cúpula de Unicaja aboga por rentabilizar el negocio con el impulso del crédito, con la concesión disparada cerca del 40% y la rentabilidad ROTE subiendo del 6,5% al 9,7%. Una apuesta respaldada por los inversores y que se reflejó ayer con una subida en Bolsa del 8%, la más alta del Ibex en la jornada del martes.

Con los ‘noes’ de Unicaja y Abanca, al Sabadell le quedarían pocas alternativas en la era posOPA. Podría apuntar a Ibercaja y Kutxabank, pero que no sean cotizados complica sobremanera cualquier tipo de negociación. Y más aún con el negocio bancario estabilizado en unos tipos del entorno del 2% y con la tasa de morosidad controlada, según señalan desde el sector.







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