«Se desentienden de las declaraciones difíciles»

«Se desentienden de las declaraciones difíciles»




Con el objetivo en el horizonte de asumir de forma íntegra la gestión de la campaña de Renta el próximo año, la Agencia Tributaria de Cataluña anunció el pasado mes de febrero la contratación de 102 agentes tributarios con la aspiración de que las alrededor de 17.000 declaraciones de renta tramitadas en los últimos años pasaran de una tacada a unas 70.000, el 20% de las declaraciones presenciales que se calcula se hacen en el territorio.

Aún se desconoce hasta qué punto se ha alcanzado ese hito, que la Generalitat considera suficiente para dar el año que viene el salto para gestionar la campaña de Renta en su totalidad, pero desde los sindicatos de la Agencia Tributaria sí se han detectado algunas distorsiones de funcionamiento que cuestionan ese ambicioso objetivo.

«Al final se contrata gente nueva, que no tiene experiencia y lo que ocurre es que cuando se encuentran con una declaración complicada se desentienden y acaban mandando a los contribuyentes a las oficinas de la Agencia Tributaria», explica el portavoz de CSIF en la Agencia Tributaria, Pablo Burgos.

No es un fenómeno exclusivo de Cataluña. Al parecer es una pauta que se repite en mayor o menor medida en todas las comunidades autónomas -incluso en las haciendas forales hay contribuyentes que acuden a los servicios de la Agencia Tributaria ante la falta de asistencia que les dan las haciendas forales, pese a que no se les puede atender- y que genera no pocos problemas al personal de la Agencia Tributaria implicado en la campaña de Renta, ya que el organismo les exige una ratio de treinta declaraciones de renta tramitadas por jornada (una cada 12 minutos) y como tienen que hacer frente a las declaraciones más complicadas esa ratio en ocasiones en difícil de cumplir.

En la Delegación de Cataluña, por ejemplo, esta campaña ha habido un importante repunte de personal apartado por baja productividad, como también en Madrid o Andalucía. Para CSIF esta circunstancia pone de manifiesto la calidad del servicio que ofrece la Agencia Tributaria y sus trabajadores, y las dificultades que entraña tratar de replicarlo desde otras administraciones.



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