saca la mayor ventaja de su historia a la francesa
Las revisiones de calificaciones crediticias agitan al mercado de deuda. Mientras Francia ha visto una rebaja de su rating recientemente, Standard & Poor’s mejoró su expectativa para España y eso tiene un efecto inmediato en los bonos soberanos españoles que cotizan en el mercado secundario. Los títulos del Tesoro con vencimiento a diez años ofrecen una rentabilidad del 3,251% frente al 3,488% que registran los galos. Es decir, la diferencia entre ambos roza los 24 puntos básicos que implican anotar un nuevo máximo histórico.
Los títulos de deuda soberana francesa fueron considerados como una de las referencias de mayor seguridad dentro de la renta fija de la zona euro. Así fue casi de manera ininterrumpida desde que el euro es la divisa suprema de la Europa continental. Esto ha cambiado en los últimos meses. El mercado puso un nuevo precio y un nuevo riesgo a la renta fija gala a medida que crecía la crisis política y fiscal del país al otro lado de los Pirineos.
Así, los precios de los bonos franceses (se mueven en sentido contrario a la rentabilidad a vencimiento de estos títulos) caen a mayor velocidad que los de los españoles, que han arrastrado la etiqueta de más dudosos que sus homólogos centroeuropeos desde la crisis financiera de 2008. Pero las últimas revisiones de calificaciones de deuda están invirtiendo el statu quo entre los bonos periféricos europeos denominados despectivamente PIIGS, por las siglas de Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España (de cerdos, en inglés), y los centroeuropeos (principalmente los galos y los alemanes).
Fitch rebajó su calificación crediticia de Francia de ‘AA-‘ a ‘A+’. Es un salto de un único escalón que no elimina el grado de inversión de la deuda gala. No obstante, no es la única agencia que empeoró su panorama para Francia y aún quedan más revisiones este año para el país galo que pueden seguir vinculando un mayor riesgo para el inversor que asuma comprar títulos soberanos franceses. «Francia apenas ofrece razones para despertar el interés de los inversores», explica el estratega de La Financière de l’Échiquier, Enguerrand Artaz, en un contexto en el que el colapso del gobierno galo pone a prueba la capacidad del país para contener su creciente carga de deuda. Y es que el precio que pone el mercado para la deuda francesa es el coste de financiación para Francia.
También influirá en cómo podrá refinanciarse el Estado franco a partir de ahora y el impacto de estas rebajas crediticias tiene implicaciones para las emisiones de deuda de empresas o bancos que tengan bonos soberanos en sus balances. Según Bloomberg, la exposición de bancos de la Unión Europea a la deuda francesa supera los 500.000 millones de euros.
En paralelo, la mejora de rating de Standard & Poor’s para España hasta ‘A+ Estable’ con un gobierno en minoría, con las dificultades que ello conlleva a la hora de fijar los próximos presupuestos generales, es todo un espaldarazo para el Tesoro español. Hace exactamente dos años el bono español a diez años estaba 50 puntos básicos por encima de la rentabilidad del bono francés. En septiembre del 2024 los títulos hispanos con vencimiento a una década reflejaban una rentabilidad competitiva con la francesa aun con calificaciones crediticias inferiores (aunque también con grado de inversión). Ya a partir de octubre del año pasado la prima de riesgo (diferencial entre rentabilidades de ambos bonos) se puso a favor de la española hasta la ventaja actual por encima de los 24 puntos básicos.
«La mejora refleja el fortalecimiento de la posición financiera externa de Espala impulsado por el sector privado, ya que las altas tasas de ahorro y el éxito de las exportaciones han beneficiado la resiliencia económica de España», comentaron Frank Gill y Adrienne Benassy desde Standard & Poor’s este viernes tras la revisión.
No obstante, el sorpaso de la deuda española no ocurre solo con el vencimiento a diez años, que suele ser la referencia para el mercado de renta fija. Se observa el mismo patrón con los títulos a más corto vencimiento y también a más largo plazo. Como ejemplo, el bono español a 30 años cotiza 20 puntos básicos por debajo de los franceses: una prima de riesgo negativa también en máximos. Y es que, mientras la deuda francesa crece en relación al producto interior bruto de Francia (PIB), la deuda española sigue cayendo frente al PIB nacional hasta el quedarse bajo el 104% al cierre de julio.
Asimismo, la deuda española no es la única periférica que cotiza con una aversión al riesgo inferior a la gala. Y es que la griega, la portuguesa y puntualmente hasta la italiana tienen una rentabilidad inferior a la francesa. En un arranque semanal en el que las compras se imponen en la renta fija soberana, el bono italiano a diez años y el francés a 10 años se llevan menos de 4 puntos porcentuales.
Pero la deuda española también destaca por méritos propios, y no solo por la débil situación política del país vecino. La prima de riesgo española frente a la soberana alemana, la que se considera la más segura de la eurozona, cae a los 55 puntos básicos: en zona de mínimos del año y casi el récord de los últimos 20 años. «El crecimiento superior a la media europea en los últimos ejercicios, apoyado en el sector servicios, se traduce en un buen comportamiento del spread respecto a Alemania. La calificación de S&P se sitúa, por tanto, dos o tres escalones por encima de la de Fitch (‘A-‘, con perspectiva positiva) y Moody’s (‘Baa1’, positiva) respectivamente», comentan desde Bankinter.
Próximas revisiones crediticias
A partir de ahora, y hasta que acabe el año, llegarán nuevas revisiones de la calidad crediticia de Francia y de España. Empezando por este último, Moody’s revisará su rating el próximo 26 de septiembre, así como Fitch. El 28 de noviembre lo hará Dominion Bond Rating Service (DBRS, de Morningstar). En paralelo, Francia podría encontrar más trabas para colocar su deuda al mercado. Está previsto que DBRS actualice su calificación el 26 de septiembre. Moody’s lo hará el 24 de octubre y S&P el 28 de noviembre.















