Powell deja de ser «data-dependiente». ¿Qué ha cambiado en el mercado?
José Luis Cava comenta, con cierta sorpresa, el cambio de postura del presidente de la Fed, Jerome Powell, que ha declarado que deja de ser “data-dependiente”. Hasta ahora, Powell había afirmado que tomaba decisiones basándose en los datos económicos disponibles, pero en la última rueda de prensa, tras mantener los tipos de interés, aseguró que los miembros del FOMC empezarán a valorar las perspectivas económicas futuras para decidir sobre los tipos de interés.
Cava considera que “este cambio revela claramente una falta de confianza por parte de los miembros del FOMC en el sistema que utilizan para determinar o para tomar sus decisiones en materia de política monetaria”. El analista revisa los cambios en las proyecciones de los dot plots: en marzo de 2024 se esperaban tres recortes de tipos, y en junio solo uno.
Para ilustrar esta inconsistencia, recuerda cómo en diciembre Powell justificó un recorte de tipos de 50 puntos básicos alegando dependencia de los datos, cuando ya se conocían las intenciones arancelarias de Trump, y la inflación estaba por encima del 2%. “Ahora nos encontramos con que dice que él no es data-dependiente y que va a tomar las decisiones en base a las estimaciones que hagan del comportamiento de la economía de Estados Unidos”:
El experto comenta que Powell “ha mostrado ser un señor frente a las presiones de Trump, y yo le respeto. Él no puede frenar la inflación si se incrementan los aranceles. Powell no puede hacer nada. Su trabajo consiste en frenar las expectativas inflacionistas”. Y las expectativas inflacionistas están ancladas, tal y como muestran los datos recogidos por la propia Reserva Federal.
A su juicio, Powell está actuando como si el riesgo inflacionario aún fuera muy elevado, cuando en realidad los mercados muestran lo contrario. “Cuando se incrementan los precios, muy probablemente la demanda se contraiga, y a lo mejor nos encontramos con que la demanda flaquea. Lo lógico es decir: no rebajo los tipos de interés, que el aumento de los precios va a provocar tensiones inflacionistas y se va a tener que subir… No está tan claro”.
En cuanto al S&P 500, comenta que el mercado está dominado por la influencia del collar de JP Morgan, y el S&P 500 se mueve erráticamente en torno a los 6.000 puntos. “Desde el punto de vista de medio-largo plazo, las bolsas, en mi opinión, tienen que subir, porque la mayor parte de los gestores de fondos siguen cortos, o al menos están fuera del mercado”.














