Nvidia aprovecha su músculo financiero para asegurarse su reinado en el mercado de la IA
 
Apenas pasaron 96 horas entre los dos anuncios de Nvidia que provocaron un terremoto en el sector tecnológico. Con tan solo cuatro días de diferencia, … la compañía dirigida por Jensen Huang informó de dos inversiones por alrededor de 90.000 millones de euros (105.000 millones en dólares al cambio actual). Es una cifra que supone casi una cuarta parte del presupuesto total del Gobierno de España para este 2025 (380.000 millones). Dos pactos, tres nombres y un objetivo: «seguir siendo el rey», como la ranchera que escribió el mexicano José Alfredo Jiménez.
Sin mucho eco ni repercusión, el equipo financiero de Nvidia ha ido destinando ‘pequeñas’ partidas -calculadas en millones- a diferentes compañías, algunas de ellas creadoras de modelos de inteligencia artificial y otras proveedoras de la nube. Una inversión que vuelve a las arcas de la compañía con sede en Santa Clara (California, Estados Unidos), porque todas estas empresas usan ese capital para comprar las unidades de procesamiento gráfico de Nvidia.
En 2024 el fabricante de chips participó en más de 50 acuerdos de inversión, según datos de PitchBook. En este ejercicio el secretismo de las inversiones se ha reducido, al igual que la magnitud de las operaciones. Con dos golpes de talonario -4.250 millones en Intel y 85.000 en OpenAI-, la creadora de ChatGPT ha borrado cualquier registro en sus operaciones empresariales, pero su objetivo se mantiene invariable: «seguir siendo el rey».
Las astronómicas cifras del acuerdo entre OpenAI y Nvidia alcanzan casi un centenar de miles de millones para la construcción de centros de datos con capacidad conjunta de 10 gigavatios. De ese total, alrededor de 35.000 millones se destinan -según fuentes del mercado- a la compra de procesadores de Nvidia. Además, la empresa irá recibiendo acciones de OpenAI a medida que se desarrolle la alianza, a razón de un título por cada 10.000 millones que invierta. Esta toma de posiciones en la creadora de ChatGPT se produce en pleno proceso de conversión en empresa con ánimo de lucro, como paso previo para salir a bolsa y captar más fondos.
En estos momentos, OpenAI está cerca de una valoración de 432.000 millones de euros. Con estas cifras, pasaría a ser la start-up con mayor valoración y con unos ingresos recurrentes anuales que, según sus cálculos, superarán los 20.000 millones este año. La compañía se sitúa como referente de la inteligencia artificial generativa, con más de 700 millones de usuarios activos semanales, y donde, por ahora, Microsoft es el primer accionista.
Horas antes llegó el anuncio de Intel. Un acuerdo entre pasado y presente, un cambio de dinastía y de generación. Nvidia lanzaba un salvavidas a su rival histórico. La inversión de 4.250 millones -que supone entrar en el 4% de la compañía- conlleva un compromiso de cooperación entre ambas para desarrollar productos de IA basados en la arquitectura de Intel -tanto en plataformas de computación personal (PC de IA) como en equipos para centros de datos- y posicionarse en la casilla de salida como los fabricantes de los futuros PC de alta gama con inteligencia artificial.
Con esta toma de posiciones, Nvidia se asegura su futuro más cercano, a lo que se suman las inversiones de sus clientes (Alphabet, Microsoft, Meta y Amazon), que rondan los 400.000 millones de euros.
China, en el foco
A miles de kilómetros de las ciudades donde se firmaban estos acuerdos, Pekín intentaba poner «límites» a estos designios aplicando la ley del ‘ojo por ojo, diente por diente’: «No se puede comprar chips de inteligencia artificial a Nvidia».
Detrás de esta decisión hay una realidad: la soberanía tecnológica de China en el sector de la IA. Un triunfalismo que aún está lejos de competir con los grandes chips que alimentan las apuestas de los gigantes OpenAI, Alphabet, Meta o Microsoft. «Su rendimiento es un 6% del de los chips de Nvidia al no poder trabajar con la taiwanesa TSMC», destacan desde el sector.
Ahora, grandes tecnológicas chinas como Tencent o Alibaba se han quedado sin su principal proveedor. En un ejercicio de transparencia, Huawei admitió esta semana estar por detrás, pero lanzó un aviso: «Podemos unir decenas de miles de chips en supernodos y recortar la distancia».
El índice tecnológico chino bate al Nasdaq
El ‘boom’ de la inteligencia artificial está calentando los valores bursátiles en occidente y también en oriente. El índice tecnológico chino que aglutina las 30 mayores compañías del sector se ha disparado más de un 40% en lo que va de año, impulsado recientemente por los mensajes de autosuficiencia en los procesadores ‘made in China’. En comparación con el otro gran selectivo tecnológico, el Nasdaq, apenas sube la mitad que lo anotado por el Hang Seng Tech.
Las acciones de los gigantes tecnológicos Alibaba, Tencent y Baidu han subido un 96%, un 55% y un 59%, respectivamente, este año. Alibaba ha subido un 31% y Baidu, un 48% tan solo el mes pasado. Los recientes anuncios de mayor inversión en infraestructura de IA, avances en diseños de chips avanzados propios y modelos de IA competitivos a nivel mundial han contribuido al entusiasmo de los inversores.
El entusiasmo se extiende más allá, abarcando fabricantes de chips como Cambricon y SMIC, así como empresas biotecnológicas innovadoras. El índice CSI AI ha tenido una rentabilidad superior al 61% este año y el índice biotecnológico Hang Seng ha se ha disparado un 98%.
 
			












