Málaga aprovecha el separatismo catalán para consolidarse como 2ª capital cultural de España

Málaga aprovecha el separatismo catalán para consolidarse como 2ª capital cultural de España



En los últimos años, Málaga ha emergido como un referente cultural en España, desafiando a grandes ciudades como Barcelona, que tradicionalmente se han considerado el epicentro cultural del país. Si bien la Ciudad Condal sigue siendo un centro clave para el arte, la arquitectura y la música, la capital de la Costa del Sol está demostrando que, con una oferta diversificada y una apuesta decidida por la cultura, se ha consolidado como uno de los destinos más relevantes para los amantes del arte y la cultura en general.

Málaga ha logrado una ventaja en términos de desarrollo cultural, frente a una Barcelona que se ha cerrado al resto de España por su radicalización ideológica en torno al separatismo de ERC, Junts y la CUP y el soberanismo de PSC y Comunes. Su intento de erradicar la lengua española del mundo de la cultura está facilitando el intento de Málaga de convertirse en la segunda capital cultural de España, después de Madrid. El PSC apuesta por la cultura en catalán en detrimento de la cultura en castellano, lo que beneficia a la ciudad andaluza.

El punto de inflexión para Málaga se dio a finales de la década de 2010, cuando se aceleraron los esfuerzos para revitalizar la ciudad a través de la cultura mientras Barcelona se convertía en la capital del ‘procés’, que acabó con el intento de golpe de Estado del 1-O. Esta transformación fue impulsada principalmente por la consolidación del Museo Picasso, que se inauguró en 2003, que colocó a Málaga en el mapa internacional del arte. Sin embargo, no fue solo el legado de Picasso lo que catapultó a la ciudad; las políticas locales, la construcción de nuevos espacios culturales y la recuperación del casco antiguo jugaron un papel fundamental en la evolución de la ciudad hacia lo que hoy es un vibrante centro cultural.

La reciente creación del MuCAC (Museo y Centro de Arte Contemporáneo de Málaga) y la consolidación del Museo Carmen Thyssen o la inauguración en 2015 del Centro Pompidou Málaga – cuya rica programación cultural ha enriquecido el proyecto de la ciudad – han sido cruciales para este renacimiento cultural. A la par, Málaga ha acogido una serie de eventos internacionales que han atraído a artistas, críticos y turistas de todo el mundo. Exposiciones de renombre, como las de Dalí o Miró, han reforzado la posición de la ciudad como un escaparate de primer nivel para el arte contemporáneo.

A diferencia de Barcelona, que ha tenido que lidiar con la masificación turística y la saturación de su infraestructura cultural, Málaga ha sabido aprovechar su crecimiento de manera más orgánica. La ciudad andaluza ha logrado mantener un equilibrio entre la conservación de su patrimonio histórico, como la Alcazaba o el Teatro Romano, y la incorporación de nuevas propuestas artísticas y arquitectónicas. Esta combinación de lo antiguo y lo moderno ha convertido a Málaga en una ciudad de contrastes que atrae tanto a los turistas interesados en la historia como a los que buscan la vanguardia.

Además, Málaga ha sabido diversificar su oferta cultural, algo que Barcelona, en ciertos aspectos, ha descuidado. La ciudad andaluza no solo ha apostado por el arte plástico, sino que también se ha consolidado como un centro para el cine, la música y el teatro. La celebración del Festival de Cine de Málaga es un claro ejemplo de cómo la ciudad se ha hecho un hueco en el panorama cinematográfico internacional.

El papel de la gastronomía también ha sido clave en el proceso de transformación cultural de Málaga. Los restaurantes de la ciudad han unido la tradición de la cocina andaluza con la innovación culinaria. Esto ha creado una sinergia perfecta con la oferta cultural, haciendo que Málaga no solo sea un destino para ver arte, sino también para experimentar una gastronomía única que refleja la diversidad cultural de la ciudad.

La arquitectura también ha jugado un papel crucial en la renovación de Málaga. Creación de espacios como el Muelle 1 o el Palmeral de las Sorpresas han transformado el litoral malagueño en una zona de vanguardia arquitectónica que atrae tanto a turistas como a arquitectos y diseñadores. Esta inversión en la mejora del espacio público ha permitido que Málaga se posicione como una ciudad accesible, moderna y con un fuerte compromiso con el diseño urbano.

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Sergio Fidalgo relata en el libro ‘TV3, el tamborilero del Bruc del procés’ como a los sones del ‘tambor’ de la tele de la Generalitat muchos catalanes hacen piña alrededor de los líderes separatistas y compran todo su argumentario. Jordi Cañas, Regina Farré, Joan Ferran, Teresa Freixes, Joan López Alegre, Ferran Monegal, Julia Moreno, David Pérez, Xavier Rius y Daniel Sirera dan su visión sobre un medio que debería ser un servicio público, pero que se ha convertido en una herramienta de propaganda que ignora a más de la mitad de Cataluña. En este enlace de Amazon pueden comprar el libro.

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