Los presupuestos del odio | Un artículo de Carmen Martínez
Los presupuestos siempre son una declaración de intenciones y los recientemente aprobados por el Gobierno valenciano declaran, alto y claro, que a esta derecha ya no le queda ni un ápice de moderación y que ha asumido sin complejos el guion más extremo de la ultraderecha. Con estos presupuestos, la Comunitat Valenciana se convierte en la primera autonomía gobernada por Vox y ya no hay coartada posible que lo disimule.
Estas cuentas han enterrado la justicia social y solo hay castigo ideológico. Se recortan fondos a los sindicatos, a la patronal, a las ONG, a la cooperación internacional. Se persigue a la Acadèmia Valenciana de la Llengua y se señala, una vez más, a los inmigrantes, convertidos en chivo expiatorio de todos los males. Mazón le ha dado con la puerta en las narices al diálogo social, aunque eso signifique enfrentarse también a los empresarios valencianos, mucho menos radicales que sus socios de VOX.
Y lo que Mazón no es capaz de ver es que, además de injustos, son insostenibles. Según el último informe de la AIReF, la Comunitat dejará de ingresar entre 2023 y 2027 más de 500 millones de euros debido a las rebajas fiscales que el Partido Popular vende como «libertad económica» y que, solo este año, le han ahorrado a Iberdrola 15 millones de euros.
En realidad, este presupuesto es una hipoteca que Mazón nos obliga a firmar a todos los valencianos y que paraliza nuestro crecimiento. ¿Cómo se financiarán los servicios públicos? ¿Cómo se sostendrán la sanidad, la educación o la dependencia? La respuesta es tan previsible como temible: volverán los recortes, los viernes negros en los hospitales y en las aulas y los trabajadores públicos, pensionistas y dependientes serán quienes paguen el enriquecimiento de los más ricos, a quienes se debe el PP.
Pero si algo sabemos hacer los valencianos es resistir y lo haremos hasta que en las próximas elecciones llegue el cambio y con él, el diálogo social, la justicia, la igualdad y los servicios públicos como orgullo y no como culpables. Volverá la política con alma. Y lo hará de la mano de Diana Morant, la primera mujer presidenta de la Comunitat Valenciana, con un proyecto moderno, abierto y valenciano.














