Las hipotecas disparan las reclamaciones de los asturianos a la banca más de un 43%
El Banco de España recibió un auténtico aluvión de reclamaciones durante este último año. Los 56.099 expedientes que gestionó en el conjunto de … España suponen un techo histórico para el órgano supervisor que preside José Luis Escrivá. Así lo constata la Memoria de Reclamaciones, un documento anual que el organismo elabora desde hace 38 años y que demuestra que la oleada de protestas es un fenómeno que también se replicó en Asturias, donde crecieron un 43,5%, pasando de los 667 expedientes de 2023 a los 957 registrados durante el último año, 290 más.
No obstante, este crecimiento, aunque importante, es menor que el de la media nacional, que fue del 69%, al aumentar las quejas en 22.908 desde las 33.191 del ejercicio precedente. En ambos casos, este alza encuentra su explicación en el aumento de las reclamaciones por préstamos hipotecarios. La razón es que, a principios de 2024, tanto el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) como el Tribunal Supremo emitieron sentencias acerca de los gastos en la formalización de hipotecas (notaría, gestoría y registro). Fallos que amparan a los consumidores frente a las cláusulas abusivas de algunas pólizas por parte de las entidades financieras, y también en relación a los criterios sobre el plazo de prescripción para ejercitar acciones como la nulidad. De hecho, el 63,4% de las reclamaciones tienen que ver con los préstamos hipotecarios y el 55% están directamente relacionadas con los gastos de formalización.
No obstante, fue la evolución en la jurisprudencia en relación a estos productos lo que ha desencadenado este ‘boom’. Las hipotecas también provocaron el mayor número de reclamaciones en 2023, pero no llegaban a suponer un tercio del total y la cifra absoluta era muy inferior –a nivel nacional se pasó de unas 10.000 a más de 30.000–.
Según argumenta el propio Escrivá en el documento, el aumento se debió a «factores coyunturales», pero «si atendemos a los primeros meses de 2025, la cifra de reclamaciones estaría convergiendo hacia niveles similares a los registrados en 2021, 2022 y 2023». Una cuestión que se explica porque, cuando las instituciones judiciales emiten sentencias sobre algún producto en particular –como en el caso de las hipotecas este año–, las reclamaciones al respecto se disparan.
Eso mismo fue lo que ocurrió, por ejemplo, con las tarjetas ‘revolving’ en 2020, cuando el Tribunal Supremo emitió un fallo sobre el carácter usurario de dichos productos financieros y las quejas al Banco de España crecieron notablemente.
Fraude o engaño
De hecho, las tarjetas (crédito, prepago o ‘revolving’) volvieron a ser, al igual que el año pasado, el segundo producto por el que más reclamaciones recibió el Banco de España. En el conjunto del país gestionó 8.418, el 15,2% y un 12,6% menos que el año precedente. En la mayoría de casos predominaron los reclamos derivados de operaciones de pago realizadas mediante tarjeta en un contexto de fraude o engaño al usuario, así como aquellas motivadas por la falta de entrega de documentación. En tercera posición figuran las reclamaciones sobre cuentas, transferencias y adeudos, que suponen el 14% al sumar 8.338 a nivel nacional –un 11,8% menos–. A más distancia se sitúan los préstamos personales (2,8%) y las herencias (1,7%).
A pesar del crecimiento en las reclamaciones que llegaron desde Asturias, el Principado solo supone el 1,7% del total de las protestas, con nueve por cada 100.000 habitantes, muy lejos de La Rioja, con 22, o Madrid, con 18, que encabezan el registro de protestas. En datos absolutos, la comunidad de la capital española representó el 21,9% de todas las quejas bancarias (12.277) y Cataluña se situó en segunda posición, con una cuota del 19% y con 10.621 reclamos. El podio lo completó Andalucía, desde donde el órgano supervisor recibió 8.568, el 15,3% del total.
El 80% de las quejas bancarias no fueron admitidas a trámite
De las 56.099 reclamaciones que el Banco de España recibió durante 2024, solo 11.062 de ellas –cerca del 20%– fueron admitidas a trámite. La mayoría versaban, lógicamente, sobre los préstamos hipotecarios, un capítulo en el que el supervisor no «es el organismo competente para resolver la cuestión planteada». De hecho, aclaran que «el Banco de España es competente, exclusivamente, para valorar la actuación de las entidades supervisadas en una relación típicamente bancaria, determinando si esa actuación se ajustó o no a la normativa de transparencia y protección de la clientela y a las buenas prácticas bancarias».
Durante el año, la gran mayoría de las reclamaciones –82%– estuvieron dirigidas contra bancos nacionales. Respecto a estos, el supervisor subraya que «el patrón de reclamaciones se corresponde con su peso relativo en el mercado».
El porcentaje de rectificaciones por parte de las entidades reclamadas (expedientes que finalizan con allanamiento de la entidad, desistimiento del reclamante o rectificación de un informe tras pronunciamiento favorable al reclamante) alcanza el 79%, cifra similar a la media –80%– del último trienio. Sin embargo, los importes devueltos a los clientes se incrementaron un 16% con respecto a 2023. La cuantía media que devolvieron las entidades se situó en los 458,72 euros, hasta alcanzar una cantidad total de 5,07 millones. Asimismo, el plazo medio de tramitación y resolución de los expedientes se redujo en seis días naturales, hasta los 47.












