La tasa de emancipación juvenil en Castilla y León supera el 15% por primera vez desde 2008
La tasa de emancipación juvenil en Castilla y León alcanza el 15,3 por ciento en 2022, con lo que se supera el umbral del 15 por ciento por primera vez desde la crisis de 2008, como ha explicado la presidenta del Consejo Regional de la Juventud, Sandra Ámez, quien ha señalado que pese a esta ligera mejoría todavía prevalece la «precariedad y la pobreza» en el colectivo.
Ámez, acompañada por el vicepresidente del Consejo de la Juventud de España, Juan Antonio Báez, y del presidente del Consejo Económico y Social (CES), Enrique Cabero, ha presentado los datos del Observatorio de Emancipación Juvenil, un documento a través del que se monitorizan los resultados sobre la juventud en lo que respecta a empleo, educación y vivienda.
Según Sandra Ámez la situación de emancipación juvenil ha crecido casi cinco puntos porcentuales en 2022 con respecto a los datos de 2021, con un total de 45.132 jóvenes emancipados en la Comunidad, un porcentaje que creció con «más intensidad» entre quienes tenían entre 25 y 29 años, ya que, como ha explicado la presidenta del Consejo Regional de Castilla y León, la mayoría dan el paso al concluir sus estudios, así, entre quienes no han terminado la tasa cae al 5,9 por ciento, mientras que crece hasta el 31,3 por ciento al concluirlos, informa Ep.
Ámez ha destacado el alto nivel formativo de los jóvenes de la Comunidad, ya que dos de cada tres jóvenes de la Comunidad habían alcanzado estudios posobligatorios secundarios o superiores mientras que tan sólo el 4,2 por ciento sólo tenía estudios primarios y un 27,9 por ciento sólo tenía los estudios secundarios obligatorios.
No obstante, según Ámez «el tejido empresarial no está preparado para absorber el talento joven de Castilla y León», con lo que se produce un incremento de la población joven «sobrecualificada y un aumento de la subocupación».
En este punto, la representante del Consejo de la Juventud ha insistido en que los jóvenes de Castilla y León se alejan del concepto ‘ni-ni’ para ser ‘sí-sí’ porque en muchos casos «estudian y trabajan», lo que no conlleva que se elimine la «precariedad y la pobreza» como consecuencia de la subida de la inflación, el aumento del precio de la vivienda o la subida de los costes de la cesta de la compra y suministros.
Por otro lado, tras doce meses de la aplicación de la reforma laboral, como la destacado la presidenta, se ha incrementado sustancialmente la contratación indefinida, lo que supuso que el 58,5 por ciento de las personas jóvenes trabajadoras estuvieran en 2022 con esta modalidad de contrato. Esto ha conllevado a que se redujese la contratación temporal, no obstante, «sigue siendo muy preocupante» que la tasa de temporalidad se sitúe en el 41,5 por ciento.
Poder adquisitivo
Para poder alquilar una vivienda en solitario una persona joven debería destinar al alquiler el 55,5 por ciento de su salario neto, según el Observatorio, del que se extrae que una de cada cuatro personas jóvenes de la Comunidad estaba en riesgo de pobreza y exclusión social.
Aunque han mejorado los datos referidos a emancipación o empleo, el informe desvela que Castilla y León es la autonomía que más población joven pierde cada año. En el año 2022 alrededor de 1.711 personas jóvenes de la Comunidad partieron a otras comunidades, principalmente a Comunidad de Madrid. No obstante, hay que señalar que esta pérdida de población joven ha sido un 64,7 por ciento inferior a la del año anterior.
Según ha destacado Ámez a pesar de la notable mejoría en la ocupación de personas jóvenes, continúa aumentando cada semestre la pobreza juvenil en Castilla y León, afectando al 26,2 por ciento de las personas jóvenes, es decir, uno de cada cuatro personas jóvenes de la región se encontraba en situación de pobreza o riesgo de exclusión.
Adentrándonos en vivienda, aunque ha aumentado el último año la emancipación, sólo han logrado emanciparse el 15,3 por ciento de las personas jóvenes. El cierre de 2022 vivió una nueva subida en el precio de la vivienda en Castilla y León, con un incremento del 4,4 por ciento del precio del alquiler de vivienda y un 4,0 por ciento la venta de vivienda.
Por ello, una persona joven debía dedicar el 55,5 por ciento de su salario al alquiler y el 38,9 por ciento a la compra de vivienda. «En ambos casos, sobrepasando el umbral de sobreendeudamiento», ha reseñado. «Aunque la compra de vivienda resulte lo más viable, para poder hacer frente a la entrada de una vivienda, una persona joven tenía que ahorrar casi dos veces y media su salario anual completo, lo cuál es inviable», ha avanzado.
Tal y como ha señalado Sandra Ámez, «por todo ello, es especialmente importante implementar políticas de juventud que atajen de manera estructural los problemas que afectan a las personas jóvenes y que no se conviertan en muchos casos en un parche, que no ataja los problemas de raíz, como son la vivienda y el empleo, y que provocan grandes problemas de salud mental para la población joven, cuya principal causa de muerte es el suicidio».