Ibex 35: cautela en Indra, jugada en Santander y apuesta en Telefónica
Con los aranceles como telón de fondo, la tensión aumenta en los mercados mundiales, donde el apetito por el riesgo contrasta con un deterioro macroeconómico evidente. Los conflictos en Ucrania y Oriente Medio, la escalada arancelaria impulsada por Trump —que ya alcanza a China, Europa y numerosos países asiáticos— y el auge del gasto en defensa confirman un escenario de «guerra fría». Sin embargo, los inversores mantienen un optimismo que roza la complacencia.
A nivel financiero, en Europa, las previsiones apuntan a beneficios casi planos y caídas en ventas, mientras las valoraciones se vuelven preocupantes. Por su parte, en Wall Street, los índices se han recuperado pese al lastre que supone para el inversor europeo la fortaleza del euro (+14% en el año), que modera las rentabilidades al convertirlas. Aun así, en dólares, el mercado estadounidense supera con creces al Stoxx 600. El consenso prevé un crecimiento del BPA del 5,8% en EE.UU. en el segundo trimestre, con ventas subiendo un 3,7% sin energía, mientras en Europa el panorama es mucho más flojo. Las tecnológicas americanas siguen revisando al alza sus previsiones, en contraste con los recortes generalizados en Europa, incluido un sector bancario que tras un sólido inicio de año ahora lidia con cuatro bajadas de tipos del BCE y una inflación por debajo del 2%. Esto mantiene a EEUU al frente del crecimiento de beneficios, aunque también deja menos margen para sorpresas positivas donde las expectativas ya son altas.
A nivel sectorial, hay especial atención en defensa, bancos, utilities y telecomunicaciones, los cuatro sectores donde Divacons Alphavalue mantiene su mayor exposición. Aunque el posicionamiento ha sido rentable, empiezan a surgir dudas sobre el efecto catalizador de unos resultados que ya están muy recogidos en precio; caso contrario al del sector autos —muy penalizado por los aranceles— o el lujo. Por todo ello, hemos reducido algo de exposición en financiero y defensa para asegurar plusvalías, manteniendo un sólido colchón de liquidez, e incrementado de forma paulatina la presencia en tecnológicas, aprovechando correcciones que consideramos excesivas en valores como Amazon, Alphabet o Nvidia; mientras, Apple sigue generando dudas por el impacto potencial de las tensiones comerciales, al igual que los retos que afrontan en Asia.
A nivel geográfico, nuestro enfoque continúa siendo sectorial. No diferenciamos significativamente entre bancos franceses, alemanes o españoles: el análisis parte del sector y se filtra por fundamentales y momentum, más que por nacionalidades. Eso sí, en España mantenemos exposición selectiva en Indra (aunque con cautela por valoración), además de jugadas en bancos como Bankinter o Santander, y posiciones en defensivos históricos de nuestra cartera como Iberdrola, Telefónica y Grifols, este último con un año especialmente positivo.
En definitiva, el mercado sigue confiado, incluso complaciente, en un contexto plagado de riesgos geopolíticos y con valoraciones que empiezan a tensionarse. Nuestro posicionamiento, por tanto, continúa siendo selectivo, priorizando calidad, sectores con visibilidad y evitando perseguir el mercado a cualquier precio.














