Euskadi eleva a 47 millones la inversión pública e institucional en Talgo y CAF
La solución de Talgo, que se prolonga desde hace casi dos años, ha puesto el foco en la acción de los gobiernos y en la … solución financiera para la empresa. Pero mientras tanto, han pasado más cosas en un sector, el ferroviario, que tiene en Euskadi a dos de los principales fabricantes de trenes: CAF y Talgo. Dos marcas que compiten en algunos sectores entre sí y que se mantienen mucho más alejadas en sus relaciones que el centenar de kilómetros que separan físicamente sus plantas en el País Vasco.
Sin embargo, van a compartir a una parte muy destacada de sus accionistas elevando la inversión en estas compañías hasta los 457 millones -382 en acciones y 75 en un préstamo convertible-.
En Talgo, la entrada del industrial José Antonio Jainaga va acompañada de la aportación para adquirir las acciones de 110 millones de euros -45 de Gobierno vasco, los mismos que BBK y a los que se sumarán 20 de Vital-. Una inversión que les dará una presencia en su consejo de administración en virtud del 30% de Talgo que compartirán con el presidente de Sidenor. Además, hay que sumar los 75 millones del crédito de Ekarpen -fondo que es en un 44% de Kutxabank- y que es convertible en acciones.
De esos accionistas de Talgo, la fundación BBK, el Gobierno vasco y Kutxabank ya están en el capital de CAF. BBK elevó su participación del 1,5% al 3% el año pasado con una valoración de 50 millones. El 3% es también el porcentaje del Gobierno vasco a través de Finkatuz, tras un aumento hace dos años y con una valoración de otros 50 millones. Mientras que Kutxabank mantiene en el fabricante de Beasain un 10,34% de sus acciones (172,4 millones según la cotización). El principal accionista de CAF está en su plantilla, que tiene un 23,75% de los títulos.
CAF estuvo en el punto de mira de muchos que vieron en ella una solución para Talgo. Tanto el Gobierno central, como el vasco plantearon a la compañía presidida por Andrés Arizkorreta que analizara esa posibilidad, pero la empresa guipuzcoana siempre rechazó esa opción. En su apuesta, señalan fuentes cercanas, no encaja el negocio de Talgo, ni esa fórmula de ‘muy alta velocidad’ por lo que han defendido siempre mantener su línea propia de negocio. Uno de sus accionistas, BBK, fue el que más se resistió a la operación de Talgo y el último en confirmar su participación.
Varios de los dueños de ambas compañías, compartirán ahora representantes en los órganos de gobierno de las dos empresas. Entre ambas, a pesar de las dificultades de Talgo, presentan una sólida de cartera de pedidos que alcanza los 20.085 millones. La mayor cantidad es la de CAF, con 13.885 descontando su negocio de autobuses eléctricos. Talgo presenta 6.200 millones, aunque casi un 20% responde al pedido de Deustche Bahn, cuyo redimensionamiento está negociando.
El escenario comercial es esperanzador y lo es porque el sector ferroviario es una de las infraestructuras que más decidido apoyo inversor va a recibir en Europa. La Comisión de la UE ha planteado en el Marco Financiero Plurianual (MFF) para 2028-2034 una inversión de dos billones de euros. Llegarán con la activación de varios programas que van desde los Fondos Estructurales de Cohesión o el InvestEU, especialmente dirigidos a mejorar los activos de Europa del Este, hasta dos específicos para electrificar, digitalizar y potenciar la red ferroviaria: Connecting Europe Facility (CEF) y el Green Rail Investment Platform.
Ventas de 5.000 millon
La mayoría de estas inversiones están dirigidas a mejorar los 201.000 kilómetros de vía que atraviesan Europa, de los que solo el 57% están electrificados y 11.500 son de alta velocidad. Pero, según aseguran fuentes del sector, esa renovación provocará indudablemente la compra de nuevos vehículos ferroviarios. Los acuerdos desarrollados por los Veintisiete para descarbonizar el transporte contemplan, además, un refuerzo de las comunicaciones ferroviarias frente a los vuelos regionales y de corto recorrido. Medidas que se acompañarán de más liberalización en los operadores aumentando las compañías de transportes -como ocurre en España con Ouigo o Iryo- y que son los compradores de trenes.
CAF lleva tiempo convirtiendo sus ventas en Europa en su principal eje comercial. De hecho, la compañía espera para el próximo miércoles la ratificación del operador belga, SNCB, de su elección de la empresa guipuzcoana como la prioritaria para negociar un contrato de hasta 3.400 millones. CAF reforzó su presencia en Francia con inversiones en su planta de Bagneres de Bigorre y con las instalaciones de Alsacia adquiridas a Alstom. En los últimos años las contrataciones en Europa -más de un 60% en el primer trimestre de 2025- han crecido en importancia respecto a América o Asia. Sus ventas anuales en 2024 fueron de 4.212 millones.
Talgo también tiene en el viejo continente el grueso de su negocio, el 70% de su cartera. Es para el que ha firmado su último contrato con FlixTrain. Consta de hasta 2.400 millones para 65 trenes para la compañía que opera principalmente en Alemania. Además del país teutón, España y Dinamarca son, junto a Asia y Oriente Medio, mercados a los que facturó 669 millones en 2024.














