«España es el cuarto país de Europa que más inversión reciben sus startups»



María Benjumea es una emprendedora con una larga trayectoria a sus espaldas, es la presidenta de Spain Startup-South Summit, uno de los encuentros de emprendimiento más importantes de Europa. Para ella, la clave del éxito de cualquier proyecto se encuentra en las personas, en el esfuerzo y en la perseverancia. María es una startupera de casi 70 años que ha emprendido durante toda su vida sin llegar a trabajar por cuenta ajena. Se considera una privilegiada por el momento de avances que le ha tocado vivir, con cambios «espectaculares». Nos cuenta que nació en 1954 por lo que «he podido vivir todo el boom de internet, vivir todo el cambio bestial de la mujer y ahora, este momento de cuarta revolución tecnológica y digital». Se define como una persona que le encanta adaptarse a los tiempos y que con actitud positiva «las cosas salen». Para ella es muy importante ver siempre todo lo bueno que cada momento nos ofrece para que podamos acceder a todas las oportunidades. «También considero que la colaboración mueve montañas y que solos no hacemos nada; juntos, en cambio, crecemos exponencialmente», explica a elEconomista.es.

¿Dónde nace ese espíritu emprendedor? Que lo tiene mucha gente, pero no todo el mundo tiene la oportunidad de desarrollarse por cuenta propia durante toda su carrera.

Soy emprendedora por casualidad. De hecho, hice unas oposiciones a técnico de la Administración civil, me suspendieron en el primer ejercicio y dije: «Yo no valgo para esto». Y me ha alegrado toda mi vida. Mis primeros proyectos no fueron míos, me sumé, y la suerte grande es que he podido después desarrollarlo. Lo que yo jamás pensé, que a mí se me ocurrieran cosas para poder desarrollar. Es todo empezar a trabajar, cuando empiezas a trabajar y a meter en el meollo es impresionante de lo que eres capaz, que nunca hubieses pensado que lo eres. Hoy en día la gente está infinitamente más preparada de lo que yo podía estarlo en el año 79 cuando yo empecé a emprender. Pero así todo, es que hay muchas oportunidades para poder emprender sin que tú seas el que llevas la batuta de llegar a hacerlo, te sumas. Y luego la vida te va llevando a nuevas oportunidades.

Dentro de su familia no es usted la única que tiene ese pensamiento

Bueno, es muy divertido porque efectivamente yo ahora, ya con la edad, he pensado y efectivamente mi abuelo fue un emprendedor bestial y, además, emprendedor de los actuales. Crecía muchísimo y luego de pronto le venían mal dadas, inclusive por temas que no tenían que ver con él. Caía y el hombre volvía a levantarse.

Mi padre, que es acción-reacción, era un técnico. Él fue un buenísimo profesional, pero nunca fue emprendedor, con lo cual yo pensé que a mí esto no me venía de nada. Luego me he dado cuenta de que, en mi familia, tengo tíos y sobrinos ahora que son unos empresarios espectaculares.

Habla un poco de esos proyectos que le han llevado hasta donde está a día de hoy. ¿Cómo nacen proyectos como Infoempleo y South Summit o Spain Startup?

Infoempleo nace en el año 1993 como un servicio personalizado en la búsqueda de empleo. Nosotros analizábamos todas las ofertas de empleo que salían en cualquier medio de comunicación y nosotros mandábamos información personalizada. En 1999 nosotros ya empezamos a trabajar por tener un portal de empleo. Ahí se genera realmente Infoempleo con un portal de empleo y luego con otro servicio, en los que fuimos muy pioneros aprovechándonos de la tecnología, sin saber de ella, pero contratando a la gente que sabe. Entonces creamos un SaaS (software as a service) fantástico para las grandes compañías y se convirtió en una empresa en sí misma muy atractiva.

En el año 2000 te hacían sentir que eras la reina del mambo porque estabas en internet, pero pinchó la burbuja y ahí nos metimos en los cuarteles de invierno. En cuanto salimos, Vocento se interesó por la plataforma y nos compró en el año 2006 con un 51%.

Con South Summit ya atisbábamos la velocidad del tiempo y eso desencadenó en la cuarta revolución industrial. Pues lo que vimos es que había que trabajar, es decir, teníamos primero que adaptar y segundo, para que las grandes compañías se adaptaran y pudieran seguir el ritmo trepidante del mercado ya no podían innovar por sí solas, tenían que colaborar. Con lo cual tenían que trabajar de la mano de las startups, por lo que fuimos a identificarlas.

Cuando llega 2011, España estaba no mal, sino peor. La imagen era terrorífica y veíamos que otros estaban peor, pero nos echaban el mochuelo claramente a nosotros. Cuando decidimos que había que actuar e íbamos a dar identificación de proyectos innovadores y emergentes en cualquier parte del mundo para trabajar de la mano de la corporación. Fuimos súper pioneros y nos demostramos a nosotros mismos de que somos diferentes y que todos podemos ser parte de una startup.

Esto es un mundo de colaboración, un mundo que se convierte en un ecosistema y en donde entran en las grandes empresas con estas compañías innovadoras: Pequeñas, emergentes, rápidas, arriesgadas que les pueden dotar de nuevos productos, nuevos servicios al ritmo que lo necesitan, porque es el que les demanda el mercado y que ellos mismos no saben ni lo que necesitan.

Entrando un poco más en materia ‘startupera’. ¿En qué punto está el ecosistema español a día de hoy?

Estamos en un momento que no es bueno para nadie, pero a mí me gustaría dar datos porque son sorprendentes. En la inversión hemos tenido un súper pico, que fue en el año 2022, pero la evolución es bestial. Nosotros cuando empezamos en Spain Startup en 2012, el valor de las startups en España no llegaba a 4.000 millones de euros. El año pasado, cuando nosotros presentamos nuestro informe socioeconómico, estaba en un valor de 93.000 millones de euros. Imagínate el factor multiplicador que hay ahí.

Las startups españolas, en el año 2012, no recibían más de 123 millones de dólares al año 2021. En el año 2021, que fue el pico más alto, recibieron 4.300 millones. En el 2020, que mira que fue la pandemia, no bajó la inversión en startups. Creció un poquito en volumen general. Pero en cambio creció un 30% en rondas de inversión más chiquitas. No hubo rondas grandes que al final son las que suben. Esa inversión ha ido bajando durante el año 2022 y 2023, como es normal por la situación económica que tenemos. Pero llegamos a 2021 y, desde el primer trimestre, el crecimiento fue exponencial porque había mucho dinero y en el momento en que se vio que las cosas empezaban a despejarse vino un boom de inversión bestial.

Ahora pasará lo mismo. El ecosistema no va a hacer más que crecer independientemente de cómo vaya la economía, pero debe crecer en consonancia, ya que es parte de la economía y es una nueva forma de hacerla.

España es aproximadamente el cuarto país de Europa. Es verdad que Europa, comparativamente con Norteamérica o con Asia-Pacífico, es mucho más pequeña, pero está pujando. En exits mayores de 100 millones de euros es el segundo país de Europa, en inversión está en torno al cuarto, al quinto. Es decir, está bien posicionada.

Ha ayudado la Ley de Startups a la evolución de España?

Hemos ganado muchísimo, estoy como loca con la Ley de Startups. Creo que era un paso que necesitábamos. Una ley de consenso en donde hemos participado absolutamente todos. Yo tengo que agradecer muchísimo al Gobierno por la iniciativa. El presidente hizo la iniciativa en 2018, la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial ha jugado un papel clave. Todo el ecosistema ha trabajado muchísimo. Nosotros desde que empezamos en el año 2012, hemos trabajado para unir y para hablar que España necesitaba la ley.

El paso que teníamos que dar se ha dado y es grandísimo, pero hay que seguir trabajando en ella. La ley de Startups contempla fundamentalmente las fases iniciales, hasta los cinco años con unos ingresos de no más de 10 millones. Pero para las scaleups, que son startups que tienen un potencial de crecimiento exponencial, hay que trabajar sobre ellas. Mejorar los mercados, o las normativas, ya no solamente de las cosas que les favorezca desde un punto de vista fiscal. La ley debe empujarlas para que se conviertan en nuestras mejores embajadoras del ecosistema.

El modelo del South Summit lo han exportado a Brasil. ¿Cómo ha sido ese proceso?

La primera vez que salimos fuera hicimos una pequeña iniciativa muy bonita que era South for Arts en Argentina y luego hicimos un primer encuentro de South Summit en Colombia en el año 2017. De ahí nos fuimos a México y volvimos en 2019 a Colombia. Nuestra idea era continuar entre Colombia y México, porque la verdad es que teníamos una respuesta estupenda.

Pero un día nos llega una solicitud por parte del Gobierno de Río Grande del Sur en el año 2019. El gobernador, que había sido alcalde antes y no tendría más de 35 años, quería llevar una iniciativa, cuando le hablaron de South Summit, de esas características. Nosotros no somos un evento al uso, nos gusta más llamarnos plataforma de conexión, porque es lo que nosotros buscamos: aportar valor a todo el mundo, unir a todos los actores del ecosistema y aportarles mucho valor. Eso es lo que ellos querían.

Vino la pandemia, aquello se paró y ya en 2021 nos pusimos otra vez en marcha. Hicimos el primer South Summit en 2022 y me encanta, ahí se vive una experiencia muy especial con sonrisas y actitud positiva de que las cosas se pueden lograr, al igual que pasa en España.

En la primera edición acudieron 20.000 personas. Tendrías que ver la energía que había ahí, la gente que vino de todas partes. El 2022 se consolidó completamente y ahora estamos trabajando en la edición de 2023 con muchísima ilusión con un foco absolutamente sostenible, que lo hemos mantenido a partir de 2021. Fue una apuesta total.

Nosotros siempre consideramos que Madrid, el South Summit era la puerta perfecta que conectaba las diferentes regiones del mundo a través de España. De Madrid a Latinoamérica.

¿Está previsto llevar South Summit a más regiones de Latinoamérica o a otras partes del mundo?

Exacto.

¿Cómo se puede mejorar la colaboración público-privada en nuestro país para fomentar el crecimiento empresarial?

Creo que cuanto menos ruido político exista y cuanto más nos demos cuenta de que necesitamos trabajar en una colaboración público-privada clara y que, además, estemos en una posición de construir y de centrarnos en los temas que a todos nos importa, mejor. En mi opinión, hay más colaboración público-privada que la que sale y creo que iremos a más. En las negociaciones políticas también llegan a acuerdos, en los que hay tiras y aflojas.

Tenemos que ir para adelante, insisto que hay que dejar política por fuera. Yo he visto que es posible y la buena sintonía en la que nos hemos movido y cada uno ha agradecido la colaboración que hemos tenido entre todos, a pesar de las diferentes ideas políticas.

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