España encara una mejora de calificación de deuda de Fitch y Moody’s tras la revisión de Standard & Poor’s

España encara una mejora de calificación de deuda de Fitch y Moody’s tras la revisión de Standard & Poor’s



España enfrenta una nueva prueba este viernes. Las agencias de calificación de deuda Moody’s y Fitch Ratings evalúan a última hora del día los principales parámetros del país y establecerán la nota que afectará al coste de financiación del Estado y a las futuras subastas. Es decir, determinarán a qué precio puede salir el Tesoro Público español a pedir dinero prestado al mercado.

A priori, todo apunta a que no llegarán sorpresas negativas. Las estimaciones de crecimiento del PIB se sitúan en la primera línea dentro de la eurozona para este año. Y para el 2026 aún estaría por encima de la media, según el consenso de mercado que recoge Bloomberg. El consenso de mercado espera un crecimiento del 2,5% para este ejercicio y del 2% para el que está por venir. Con los últimos pronósticos del Fondo Monetario Internacional, la expansión de la economía española también refleja un ritmo que no replican otras economías de la eurozona.

Además, no solo se espera mayor crecimiento, sino que la revisión de los últimos datos, primer y segundo trimestre del año, también recogen un crecimiento mayor del calculado inicialmente. «En resumen, la economía española sigue mostrando una fortaleza superior a la anticipada. La demanda interna sigue siendo el motor del crecimiento«, comentan desde el departamento de análisis de Bankinter.

Del mismo modo, la situación fiscal de España no está al nivel que la francesa o la alemana. Y es que mientras otras economías de la zona euro disparan si déficit fiscal, España lo contiene hasta reducir el peso de la deuda pública frente al PIB al 103,5% con los últimos datos disponibles. El ratio de Francia está sobre el 114,1%. Y el de Italia sobre el 137,9%, según datos recogidos por Eurostat.

Fuentes del Tesoro consideran que la gestión prudente de la deuda pública española ha permitido mantener una notable resiliencia en un contexto de endurecimiento monetario. El organismo responsable de la financiación del Estado alargó la vida media de la cartera de deuda a casi ocho años «reduciendo el riesgo de refinanciación y amortiguando el impacto de las subidas de tipos interés», recogen. Así el coste medio de financiación de toda la deuda en circulación se sitúa en el 2,289%. Y el de las emisiones de lo que va de 2025 están en el 2,75%: un porcentaje que recoge el fin de los recortes de tipos del Banco Central Europeo y la tensión de la deuda a largo plazo por el incremento del gasto en defensa previsto en la eurozona que exige mayor inversión y financiación por parte de los Estados miembro.

Y, sin embargo, el Tesoro Público cuenta con cierta holgura para seguir captando dinero del mercado a un coste menor que el de sus pares. Como ya adelantó elEconomista.es, con las últimas emisiones de septiembre en bonos a 3, 10 y 30 años, la ejecución del programa de financiación para el 2025 estaba casi en el 90%. Y faltan tres meses más de subastas planificadas para seguir subastando deuda.

De S&P a Moody’s y Fitch

Todo lo anterior ya estaba incluido en la justificación de S&P para mejorar el rating de España hace dos semanas. En su caso, actualizó su calificación crediticia de ‘A’ a ‘A+’. Supone la primera mejora para España de esta agencia desde 2019. Standard & Poor’s comentó a su vez que solo un deterioro del déficit o de la balanza por cuenta corriente podría motivar una rebaja de la calificación a la baja en próximos años.

Está por ver si Moody’s y Fitch siguen la estela que dejó Standard & Poor’s y da otro espaldarazo a la financiación del Estado español. Por lo pronto, los ratings de ambas calificadoras se sitúa en ‘Baa1’ con perspectiva positiva y ‘A- positiva’, respectivamente. Anteriormente, Scope elevó la calificación crediticia a largo plazo de España de ‘A-‘ a ‘A’ y cambió la perspectiva de estable a positiva. Y, en paralelo, estas agencias modificaron algunas de las notas a otros países vecinos.

Otras economías periféricas de la eurozona como Italia recibieron su propio espaldarazo de las agencias que ahora revisan el rating de España. Algunos ejemplos son Fitch, que mejoró la nota para Italia (a ‘BBB+’) por primera vez desde 2021. Y, anteriormente, la rebajó para Francia. Asimismo, Morningstar DBRS empeoró su calificación para Francia el pasado viernes de ‘AA alta’ a ‘AA’, por lo que vengan o no nuevas mejoras para España, en comparación con los títulos franceses, los españoles ya avivan su atractivo.

Cómo cotizan los bonos españoles

La prueba está en cómo cotizan los bonos soberanos a diez años en el mercado secundario. Todos incrementan su rentabilidad desde que arrancó el año, pero no con la misma intensidad. Esto deja primas de riesgo (diferenciales entre el rendimiento a vencimiento de unos y otros) que favorecen a los títulos españoles. Y es que la prima de riesgo de España frente a Alemania, la que se considera la economía más estable de la zona euro, está en la zona de los 55 puntos básicos que son niveles no vistos desde la crisis financiera de hace más de quince años.

El precio que ponen los inversores a la aversión al riesgo juega a favor de la deuda española o la italiana, que ya superaron a los bonos franceses al ofrecer rentabilidades inferiores (mejores precios del bono al moverse de manera inversa). De hecho, casi todos los bonos soberanos de la periferia superan a sus pares franceses en casi todos los vencimientos.

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