España crecerá solo un 1,3% en 2024 si la tensión aumenta en Oriente Medio, según Mapfre Economics
El mundo entero, sobre todo Estados Unidos y la Unión Europea, están muy atentos al siguiente paso que va a dar Israel en sus ataques a Gaza. La ofensiva terrestre va tomando forma aunque el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha tenido que atrasarla ‘sine die’ por los 230 rehenes capturados y el miedo a que Hezbolá entre desde el norte. Sea como fuere, si las tensiones en Oriente Medio aumentan el crecimiento de España será del 1,3% en 2024 según las previsiones del informe Panorama económico y sectorial 2023: perspectiva hacia el cuarto trimestre», publicado este jueves por Mapfre Economics.
Los expertos tomaron como base un escenario «estresado» o de riesgo en el que se da un shock en los precios del petróleo más pronunciado y sostenido durante gran parte de 2024 «debido al empeoramiento de las tensiones en Oriente Medio», aseguran. Por ese motivo, recortaron las previsiones para el próximo ejercicio seis décimas, desde el 1,9% que habían vaticinado hace tres meses. Algo que se extrapola a nivel global: En 2023 el globo se mantiene más resiliente y por eso elevan dos décimas el crecimiento hasta el 2,9% y recortan en una décima el de 2024 hasta el 2,2%.
Ese shock en los precios del petróleo se traduce en cuotas de 115 dólares el barril entre finales del cuarto trimestre y principios del primer trimestre de 2024 como techo, y un estancamiento en torno a los 100 dólares el barril durante el resto del horizonte de proyección.
En cambio, para este año, el servicio de estudios se mantiene más optimista ya que aseguran que la economía española «se ha mostrado más resiliente» que otras economías europeas, en un contexto de grande subidas de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo y una tendencia de contracción del crédito. Así, suben del 2,2% previsto en su anterior revisión al 2,5% en su último informe trimestral.
Los principales amortiguadores que hicieron que 2023 tuviese un comportamiento mejor de lo previsto son, por un lado, el consumo privado, impulsado por «los remanentes de ahorro acumulado como por la fortaleza generalizada del trabajo» y, por el otro, «amplias fuentes de apoyo fiscal».
De cara al próximo año, el director general de Mapfre Economics, Manuel Aguilera, señaló que el pronóstico «sigue ofreciendo una dinámica estainflacionaria», con un crecimiento que se recorta y una política monetaria que seguirá sosteniendo «el tensionamiento» de las condiciones financieras. A eso añade una inflación que afronta «una etapa de moderación más prolongada y sostenible, aunque todavía lejos de los niveles objetivo».
En este escenario «estresado» los efectos del shcok del petróleo serán «prácticamente nulos» para lo que queda de 2023 y el freno del crecimiento se trasladará a 2024. «La subida de los precios del petróleo en verano posiblemente se reflejará en los productos finales e interrumpirá la racha descendente de la inflación». En octubre, el IPC se mantuvo estable en el 3,5% y la subyacente en el 5,2%, con los precios de los alimentos por encima del 10% en septiembre.
Entre los riesgos que destacan a corto plazo para la economía española enumeran la subida del Euribor, «que afectará a las familias con hipotecas» y esto se va a contagiar a los precios de los nuevos alquileres. Por otro lado, apuntan a una desaceleración en el sector de la construcción «a raíz de la reducción de la capacidad de pago de las hipotecas por parte de las familias».
Asimismo, se espera una desaceleración de las exportaciones a raíz de la desaceleración en los mercados de destino y una moderación del turismo. Y, a su vez, prevé un repunte de la inflación como consecuencia de la subida del petróleo de los últimos meses.
Como elemento positivo a corto plazo señalan el gasto que se mantendrá a raíz del Fondo de Recuperación y Resiliencia y el fondo RePowerEU para la inversión en energías limpias.
Caída global
A este escenario, se suman una serie de divergencias regionales crecientes, distintos momentos cíclicos y diferentes formas de aplicar las herramientas económicas al alcance, lo que expone una brecha de vulnerabilidades y márgenes de actuación muy desiguales. Todo ello, ante la incertidumbre, persistente o transitoria, de una geopolítica que ensombrece los resultados de los posibles escenarios. Esto provoca que la economía de Estados Unidos, en 2023, esté presentando un desempeño mejor de lo esperado. Y de ahí que el servicio de estudios revisase revisado al alza sus previsiones y se sitúen ahora en un crecimiento del 2,3% en 2023, y del 0,6% en 2024, «eventualmente consiguiendo el muy deseado, pero no obvio, aterrizaje suave».
Por contra, en la Eurozona los indicadores adelantados apuntan a un enfriamiento de los niveles de actividad económica, especialmente en la industria. En este caso, prevén un crecimiento del 0,5% para 2023 y del 0,7% en 2024 (una y tres décimas menos que la anterior estimación, respectivamente). «Se observan brechas evidentes principalmente dentro del grupo de economías desarrolladas, con Estados Unidos liderando los avances en detrimento de Unión Europea que ve arraigadas sus debilidades, pero también en los mercados emergentes dada tanto la debilidad de China, que no termina de apuntalar una recuperación convincente, como las vulnerabilidades latentes en ciertos países principalmente de Latinoamérica y de la región de Europa, Medio Oriente y África», añadió Aguilera.