«Es imprescindible que nuestra familia permanezca unida», la segunda generación de Escarrer toma el mando
Ana María Jaume Vanrell, viuda de Gabriel Escarrer Juliá fallecida en la estela de la desaparición de su marido, encarna la discreción activa al frente de la familia más significativa del empresariado mallorquín contemporáneo. También enlazaba al creador del imperio Sol Melià con Jerónimo Albertí Picornell, el concuñado que hubiera podido significar el equivalente del hotelero en la política balear. En el orbe sucesorio, la muerte de la matriarca consolidada en el capital implica la toma absoluta de control por parte de los seis hijos de la segunda generación. Con la crudeza de la perspectiva económica, se extingue la principal accionista de la marca.
En último pero más importante lugar, la fórmula adoptada para la continuidad de la primera cadena hotelera española definirá su vínculo con Mallorca. No escasean los tiburones extranjeros dispuestos a desgarrar una cabecera de matriz estrictamente insular, en la semana en la que se conmemora la entrada de la liquidez de la compañía semiestatal Turkish Airways en la empresa más importante de la isla, Globalia/Air Europa.
Es un tópico recordar que Gabriel Escarrer padre se resistía a abandonar la presidencia del grupo que había creado, amamantado y agigantado. Cuentan que el patriarca se encontró un día con su colega Gabriel Barceló Oliver, autor de una sucesión ejemplar y sin visos de teleserie al frente del coloso en crecimiento constante que había consolidado a partir de una empresa de autobuses. El indiscutible presidente de Meliá le solicitó nervioso a su colega:
-La sucesión os está funcionando en vuestro grupo, ¿cómo la habéis logrado?
Barceló, cercano hoy al siglo de existencia y de actividad laboral, percibió que su par no estaba ni mucho menos decidido al tránsito empresarial. De ahí su réplica:
-¿Pero tú quieres retirarte realmente?
La respuesta implícita era negativa, la historia lo demostró. Plantear la navegación de la herencia de Gabriel Escarrer entre sus dos hijos varones y su cuatro hijas no es un recurso oportunista, tras la desaparición en tan breve plazo del matrimonio fundador. Los propios sucesores conocían de sobra y habían exteriorizado su preocupación al respecto. Por ejemplo, en septiembre de 2000 se celebró en el club de este diario un debate entre Simón Pedro Barceló Vadell, copresidente ya por entonces del grupo familiar, y Sebastián Escarrer Jaume, vicepresidente en aquellos tiempos a las órdenes de su padre. Antes de salir a escena se registró un cordial pero significativo diálogo entre ambos.
Sebastián Escarrer Jaume saludaba a Simón Pedro Barceló:
-Enhorabuena por el nombramiento de presidente.
-Y enhorabuena también a ti por el tuyo.
-Sí, pero yo solo soy vicepresidente y tú eres presidente.
La situación se comprometería para el primogénito varón, cuando fue desplazado de la cúpula por su hermano y benjamín Gabriel Escarrer Jaume, tras una votación interna auspiciada por el patriarca. En palabras de Gabriel Escarrer Juliá, «ha sido muy doloroso». El entonces vicepresidente, que había timoneado la salida a bolsa del grupo, abandonó su puesto en el consejo de administración de Meliá en mayo de 2020, coincidiendo con las sacudidas de la covid.
Ya enfrascados en el debate en este diario, Sebastián Escarrer aprovechó la presencia entre el público de su hermana Maria Antonia Escarrer Jaume, para señalar mirando en su dirección:
-Es imprescindible que nuestra familia permanezca unida.
La intensidad de un pronunciamiento con un cuarto de siglo de antigüedad no solo sigue vigente, sino que define la situación actual. María Antonia Escarrer es la única hija que ha jugado un papel destacado en la gestión empresarial, centrada en cuestiones sociales, culturales y medioambientales. Es probable que en otro momento histórico hubiera desempeñado un papel más relevante que sus hermanos varones y menores.
Mercedes Escarrer Jaume, la más joven de las cuatro hijas, también ha desarrollado una brillante carrera como pediatra al margen de la división hotelera familiar. Pese a concentrar su actividad en la medicina, no ha ocultado su implicación en la actividad turística. En una entrevista con este periódico señaló con serenidad:
-Creo que no hubiera sido mala, si me hubiera dedicado a la hostelería.
Y pese a que Mercedes Escarrer se apartaba voluntaria y decididamente de cualquier expectativa sucesoria, señalaba como buena pediatra las expectativas de la tercera generación:
-Se trata de que los 19 nietos de mi padre tengan la misma probabilidad de llegar a Meliá.
Esa transición se ha precipitado, y las fórmulas de la sucesión definen la consistencia y continuidad de los imperios donde no se pone el Sol.
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