En el escenario más optimista vemos al oro en la zona de los 4.400 dólares por onza
El oro ha sido tradicionalmente considerado un activo refugio, pero en los últimos años ha mostrado volatilidad. ¿Cómo interpretan la situación actual del mercado del oro?¿Qué factores están influyendo más en la evolución de esta materia prima?
El oro es ampliamente reconocido como un activo refugio, valorado por su capacidad de mantener su valor en momentos de volatilidad en los mercados. Sin embargo, su importancia trasciende esta función, demostrando un comportamiento favorable en diversos entornos económicos y financieros. Particularmente, en periodos de bonanza económica y con expectativas inflacionarias al alza, el oro actúa como una excelente cobertura contra la inflación, consolidando su rol como un activo estratégico en cualquier cartera de inversión.
Durante los últimos trimestres, varios factores han contribuido a la notable tendencia alcista del oro, llevando a que su precio marque máximos históricos de manera recurrente. Entre estos factores destacan el debilitamiento del dólar americano, que tradicionalmente beneficia al oro al hacerlo más accesible para inversores con otras divisas; el entorno de tensiones geopolíticas globales, que impulsa la demanda de activos considerados seguros; y, de manera significativa, las compras masivas de oro por parte de los bancos centrales.
Estos últimos buscan diversificar sus reservas, históricamente dominadas por el dólar americano, y una encuesta realizada en 2025 reveló que más del 90% de los bancos centrales expresaron su intención de continuar adquiriendo oro en los próximos trimestres, lo que sugiere que este factor de apoyo podría mantenerse.
¿Qué escenarios manejan para el oro en los próximos meses? ¿Ven más riesgos de caídas o potencial de revalorización?
Desde WisdomTree, se emplea un modelo multifactorial para identificar las variables más explicativas del comportamiento del oro. Este modelo se basa en cuatro pilares fundamentales: las expectativas de inflación (a mayores expectativas, mejor comportamiento del oro), los tipos nominales a 10 años en Estados Unidos, la fortaleza o debilidad del dólar (con una relación inversa, donde las caídas del dólar benefician al oro), y el sentimiento del inversor, medido a través del posicionamiento en el mercado de futuros.
Trimestralmente,WisdomTree actualiza este modelo y publica un *outlook* que contempla tres escenarios a 12 meses vista: un escenario de consenso que proyecta un precio alrededor de 3.850 dólares por onza, un escenario alcista que podría alcanzar los 4.400 dólares por onza, y un escenario más pesimista o bajista que sitúa el precio en torno a los 2.700 dólares por onza.
¿Qué riesgos existen para el inversor en oro en el escenario actual y cómo se pueden cubrir eficazmente?
A pesar de la impecable tendencia alcista que ha mantenido el Oro es crucial reconocer que, como cualquier otro activo, está sujeto a correcciones temporales. Desde WisdomTree, se considera que cualquier corrección en el precio del oro debería ser vista como una oportunidad de compra, dada su naturaleza estratégica.
Un riesgo significativo para los inversores sería no mantener oro en cartera, perdiendo así los beneficios de diversificación y descorrelación que aporta frente a otros activos.
Otro riesgo potencial radica en la reversión de los factores favorables que han impulsado su precio; sin embargo, la intención declarada de los bancos centrales de seguir comprando oro mitiga, al menos a corto plazo, la preocupación por este último punto.
Ustedes hablan de hedged gold: ¿en qué consiste exactamente esta estrategia de cobertura frente a caídas en el precio del oro?
La inversión en oro para inversores europeos presenta una particularidad importante debido a la cotización del metal en dólares. Al adquirir oro, un inversor europeo se expone inherentemente al riesgo de divisa. Un debilitamiento del dólar, si bien puede beneficiar el precio del oro en su cotización en dólares, podría mermar la rentabilidad del inversor europeo al convertir sus ganancias a euros. Para abordar esta situación, Wison-Prix ofrece un ETC (Exchange Traded Commodity) de oro de réplica física con cobertura de divisa.
Esta opción permite a los inversores europeos beneficiarse de las alzas en el precio del oro sin la exposición al riesgo cambiario, aislando así el efecto de la fluctuación del dólar.
¿Qué papel juegan los futuros, las opciones y otros derivados del oro en la gestión de riesgos?
En cuanto a la forma más eficiente de tomar exposición al precio del oro al contado, WisdomTree recomienda los ETCs de réplica física. A diferencia de los futuros, que implican vencimientos y la necesidad de renovación, lo que puede generar una merma de rentabilidad en situaciones de ‘contango’ (cuando el precio futuro es superior al precio al contado), los ETCs de réplica física ofrecen una exposición directa y sin las complejidades asociadas a los contratos de futuros. Si bien los derivados pueden ser útiles para estrategias de cobertura a corto plazo, para una exposición estratégica y a largo plazo al precio del oro al contado, el ETC se presenta como la opción más eficiente.
¿Cómo puede un inversor acceder de forma sencilla a este tipo de estrategias sin necesidad de operar directamente derivados complejos?¿Existen ETFs o productos estructurados que repliquen coberturas sobre el oro que ofrezcan eficiencia de costes y liquidez?
Es importante diferenciar la terminología utilizada en Europa y Estados Unidos para estos productos. En Europa, los productos que invierten en materias primas se denominan ETCs, mientras que en Estados Unidos, debido a regulaciones normativas diferentes (especialmente en cuanto a los criterios de diversificación), a menudo se les conoce como ETFs.
Ambos son productos cotizados que pertenecen a la misma familia de ETFs y ofrecen ventajas similares en términos de eficiencia en costes y agilidad transaccional. WisdomTree, reconocida por su amplia gama de materias primas, ofrece diversas alternativas de ETCs de oro, incluyendo opciones con cobertura de divisa y en dólares, para adaptarse a las preferencias y estrategias de riesgo de cada inversor.














