EMPRESAS ARAGÓN-CATALUÑA-MADRID | La ‘fuga de empresas’ en Aragón: Ayuso aprieta y el ‘efecto procés’ se detiene
El último ‘Estudio sobre Cambios de Domicilio’ publicado por Informa D&B, filial de Cesce, arrojaba en Aragón un preocupante balance negativo al asegurar que de enero a agosto de este año habían sido 29 empresas más las que se habían marchado de la comunidad a otros territorios que las que llegaron desde otras autonomías. Una cifra preocupante que generalmente tiene una utilización política inmediata pero que esconde una profunda reflexión que quizá convendría hacer. Y es que la estadística muchas veces oculta el análisis de lo que puede estar ocurriendo en el contexto económico actual, aunque da pistas de otras tendencias a tener en cuenta, como que en este momento se marchan a la Comunidad de Madrid más del doble que las que lo hacen a Cataluña, aunque estas últimas mueven mayor volumen de facturación, el doble concretamente, que las que lo hacen hacia la capital de España. Esto, por ejemplo, sí tiene un análisis más certero, según explican los expertos y desde la DGA, que maneja otras cifras radicalmente distintas a este estudio.
La primera pregunta es lógica: por qué el Gobierno aragonés tiene unas cifras tan diferentes a las de estudios como este. El análisis de la consultora asegura que en Aragón entre enero y agosto de este año hubo 78 sociedades que trasladaron su sede a la comunidad y 107 que optaron por marcharse, lo que supone un retroceso frente al mismo periodo de 2024, cuando el saldo era positivo de 12. De las que emigraron afirma que la facturación total era de 302,3 millones de euros y las que llegaron, de 65,3. O que 32 de las que se fueron se llevaron su sede a Cataluña, siendo sus ventas de 276,7 millones, mientras que las que se fueron a Madrid fueron 45 y su facturación de 14,1. Es decir, que siendo menos las que se van a Cataluña, facturan mucho más, o que juntas suman 77 de las 107 fugas en ocho meses, mientras que fueron 30 las sociedades catalanas y 28 las madrileñas que aterrizaron en la comunidad, de las 78 totales.
Sin embargo, desde el Gobierno de Aragón ofrecen una foto fija radicalmente distinta. Desde el Departamento de Economía de la DGA explicaron a este diario que el saldo no solo no es positivo sino que está en constante crecimiento desde hace años. «En los siete primeros meses de 2025 se han constituido 1.570 sociedades en Aragón y se han disuelto 470, por lo que el saldo positivo es de 1.100». Un balance apoyado en cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), que también dice que en 2024 fue de 924 –creadas 1.371 y 447 disueltas–, o que en 2023, con el Gobierno anterior, «de enero a julio fueron 1.265 las que se crearon y 463 las que se cerraron», es decir, «802 de saldo positivo» que son ahora 300 empresas más.
La producción
Entonces, ¿qué análisis hacen de las cifras del estudio de D&B? Básicamente que «el saldo negativo se debe a una disminución de las empresas que llegan, 104 en 2024 y 78 en 2025, son 26 menos», y que «han aumentado» las que se han llevado su sede social, «92 en 2024 por 107 en 2025», pero que este cambio de domicilio social «tiene un impacto mínimo a corto plazo» porque «no va acompañado de un traslado de la producción», pero sí del lugar donde toman las decisiones.
Además, también destacan que en las cifras de facturación influye mucho que entre las empresas que migraron su sede social en lo que va de año figure una firma como Premier Pigs, que la estableció en Peñalba, Huesca, en 2018 y que solo ella, con cuatro de las empresas incluidas en el grupo empresarial catalán, representa ya 200 millones de facturación de los 302 totales. O que otras seis pertenecen al grupo Cosehisa, dedicado a actividades inmobiliarias, que ha llevado su sede a Lérida para seis de las sociedades pertenecientes a la misma compañía.
Sin embargo, a la vez, también se observa «cierto patrón de comportamiento de traslado de sociedades a Madrid» que parecen de empresas de pequeño tamaño siendo «probable el incentivo de disfrutar de una menor tributación en los impuestos de sucesiones y donaciones», gracias a la agresiva reforma fiscal impulsada por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso que actúa desde hace años como un imán para las empresas que buscan este tipo de incentivos. Aunque también destaca que muchas de ellas corresponden a sociedades patrimoniales.
Renovables
Otro de los aspectos a destacar es el hecho de que tres sociedades que han emigrado su sede social a Madrid sean empresas que impulsaron proyectos de energías renovables en Aragón, construyeron las plantas y luego las vendieron. Una «práctica habitual» que quizá debería preocupar más de lo que realmente ellos reconocen, porque en este sector se crean sociedades instrumentales para cada proyecto individualizado de inversión que luego con frecuencia el promotor vende cuando tiene todas las licencias y proyecto de ingeniería, o acaban desapareciendo con el paso del tiempo. Estas prácticas no las detalla luego la estadística.
El director general de Política Económica, Javier Martínez, remarca que estos cambios de domicilio fiscal de las empresas no afecta a la tributación mientras se mantengan los centros de producción, ya que «solo afecta al impuesto de sociedades y es estatal», o que «lo importante es dónde están los trabajadores, sus nóminas y los impuestos que pagan y se quedan en Aragón». El ejemplo más claro es Stellantis Figueruelas, que hace años traslado su domicilio social a Galicia y no ha supuesto ninguna pérdida para la comunidad.
También se aprecia que el efecto que tuvo el procés en Cataluña a partir de octubre de 2017 se ha frenado, aunque Martínez ve muy difícil que se revierta ahora y acabe en una estampida de vuelta a casa de todas las que llegaron. Según los propios datos de D&B, solo entre el último trimestre de 2017 y final de año de 2018 llegaron a Aragón hasta 295 sociedades catalanas, menos que las 292 que lo hicieron entre 2019 y lo que llevamos de 2025. Y menos que las 277 que se emigraron desde Aragón a Cataluña entre 2017 y 2025. Ese efecto a favor de los intereses aragoneses se ha amortiguado y frenado con el paso de los años.















