El oro sufre su peor caída en una década, pero los bancos centrales siguen apostando por él

El oro sufre su peor caída en una década, pero los bancos centrales siguen apostando por él



El repunte histórico del oro se ha visto truncado este martes, al desplomarse en su peor caída diaria en 12 años tras una subida sin precedentes. Aun así, la dinámica subyacente de oferta y demanda del metal amarillo sigue siendo sólida —incluso en niveles «significativamente sobrevalorados» a corto plazo—, han escrito este martes en una nota los analistas de Lombard Odier, un banco privado suizo. 

«Las señales técnicas se ven desafiadas por un entorno más fundamental, marcado por una demanda en aceleración y una oferta restringida», han señalado Kiran Kowshik, estratega global de divisas, y Luca Bindelli, jefe de estrategia de inversión del banco. El oro al contado cotizaba en torno a los 4.140 dólares por onza a la 1:09 de la mañana ET del miércoles, por debajo del récord de 4.381,21 dólares alcanzado el lunes, según datos de LSEG. Los precios han llegado a subir hasta un 60%, ya que los inversores —desde bancos centrales hasta fondos privados— han buscado protección frente a una inflación persistente, déficits fiscales crecientes y riesgos geopolíticos. 

Al mismo tiempo, la oferta sigue siendo limitada. Esa dinámica probablemente sostendrá los precios, siendo la demanda del sector oficial una fuerza clave de estabilización para el oro. «Los bancos centrales siguen creando un ‘suelo’ más alto para el oro», han escrito los estrategas, y han añadido que estas instituciones han aumentado de forma constante sus reservas de oro desde 2008. «A lo largo de muchos siglos, el oro ha ofrecido —y sigue ofreciendo— características propias de una moneda: sirve como medio de intercambio, unidad de cuenta y depósito de valor», han añadido. 

Esas cualidades resultan especialmente atractivas en el contexto actual, dado el elevado endeudamiento del Gobierno estadounidense, que está lastrando a los bonos del Tesoro, un activo clave de reserva para los bancos centrales. «Dado que el valor del oro o bien se mantendrá al margen de las incertidumbres fiscales, o bien se beneficiará de una depreciación generalizada del dólar estadounidense, creemos que los bancos centrales aún tienen margen para diversificar más sus reservas hacia el oro», han afirmado Kowshik y Bindelli. 

Los analistas también han señalado la inquietud por las sanciones financieras estadounidenses, los mayores riesgos geopolíticos y la imprevisibilidad de las políticas arancelarias bajo la Administración Trump como factores adicionales que impulsan la demanda por parte de los bancos centrales. «Las incertidumbres macroeconómicas y geopolíticas probablemente seguirán favoreciendo una mayor demanda de oro», han escrito, y han elevado su previsión del precio del oro a 12 meses desde 3.900 hasta 4.600 dólares por onza. 

La valoración del banco ha coincidido con una caída de los precios del oro, ya que los inversores han recogido beneficios tras uno de los repuntes más intensos del año en uno de los mercados más saturados. La fuerte subida y el posterior retroceso abrupto del oro han llevado a Bill Gross, el multimillonario de Wall Street conocido como el «Rey de los Bonos», ha declarado a Business Insider que el oro «está mostrando características propias de las acciones meme y de impulso». 

Traducido por: Daniel Alonso



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