El nuevo fenómeno laboral en EEUU se llama ‘Gran Retención’ y está descolocando a la Fed
El endurecimiento del discurso del presidente de la Reserva Federal estadounidense, que ha vuelto a cuestionar que la economía haya llegado «al nivel necesario para controlar la inflación», tiene un culpable claro en el mercado laboral, que sigue «demasiado caliente» para el paladar del banco central. La clave es que las empresas han pasado de un escenario de ‘guerra por el talento‘ que les obligó a disparar las ofertas salariales para poder contratar, a una ‘Gran Retención’ en el que las nóminas siguen al alza pero ahora por la necesidad de cumplir con lo prometido a esos trabajadores.
En esta tesitura, para Jerome Powell y los ‘halcones’ ya no valen las medias tintas: la vía para encarrilar definitivamente los precios y evitar una nueva ronda de subidas de tipos estaría en un «incremento significativo» de los despidos.
El tono ‘hawkish’ del discurso de la Fed contrasta con el relativo optimismo de los analistas, que consideran que el endurecimiento de las condiciones financieras y crediticias, complementado por la ralentización de los alquileres y la caída de los precios de la gasolina podría llevar la inflación a tasas cercanas al 2% en el segundo trimestre del próximo año.
Así lo apunta el economista jefe de ING, James Knightley, quien incluso augura que la «preocupación por el crecimiento» en el próximo año debería dar a la Fed la «flexibilidad necesaria» para responder incluso con recortes de los tipos de interés, que sitúen la política monetaria hacia una posición «más neutral». Esto llevaría a que el tipo de interés de la Reserva Federal cierre 2024 en el 4%, frente al 4,5% previsto por el consenso del mercado.
Entre todas las variables analizadas, las más destacadas es el mercado laboral. Knightley destaca un incremento de la «holgura», es decir, de la mano de obra disponible. El desempleo empieza a aumentar, hasta una tasa del 3,9%, y esto ha tenido como contrapartida una desaceleración del crecimiento de los salarios medios por hora hasta el 4,1%, frente al 6% de hace tan sólo 18 meses. Algo que enlaza a la perfección con el objetivo de la Fed.
En la reciente conferencia de prensa del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), el propio Powell, admitió que la economía «ha sido capaz de lograr avances bastante significativos en la inflación sin ver el tipo de aumento del desempleo que ha sido muy típico en ciclos de subidas de tipos como este». Sin embargo, insiste en que para lograr reducir la inflación de forma sostenible hasta el 2% queda «un largo camino por recorrer».
Demasiado largo para lo que esperaba cuando se inició el giro de la política monetaria, y para empezar a descartar los riesgos de un nuevo repunte de los precios. En este escenario, los ‘halcones’ piden más señales antes de bajar la guardia. Y vuelven la vista al mercado laboral. El paro del 3,9% les parece poco para impedir que los sueldos sigan afectando a los precios.
Así, frente al optimismo de Kightley, otros análisis señalan los síntomas de que el sobrecalentamiento del mercado laboral persiste. Según Michael Pearce, de Oxford Economics, aunque se está produciendo una ralentización de la contratación, las condiciones generales del mercado laboral, las cosas se están «normalizando de forma demasiado gradual» para la Reserva Federal. De hecho, el crecimiento salarial sigue lejos de alcanzar tasas compatibles con una inflación que retroceda hasta el objetivo del 2% fijado por la Reserva Federal.
Según las estimaciones de Oxford Economics los aumentos salariales anuales deberán converger en torno al 3,5% para ajustarse al objetivo de inflación del 2% fijado por la Reserva Federal. Un objetivo que sigue lejos de cumplirse a tenor del indicador de subidas salariales de la Fed de Atalanta, el incremento salarial en septiembre era del 5,2%.
¿Pero qué es lo que retiene a los sueldos, cuando la creación de empleo se ralentiza, caen las horas trabajadas y las contrataciones, síntomas claros de enfriamiento del mercado laboral y de la demanda de trabajadores?
La clave está en los despidos. Y es que mientras caen las contrataciones, también lo hacen los ceses. El escenario de la ‘Gran Renuncia’ que imperaba hace apenas año y medio, en el que la volatilidad de las dimisiones y contrataciones disparaba los sueldos, ha sido sustituido por una ‘Gran Retención’, en el que las empresas siguen mejorando las nóminas para retener el talento que consiguieron captar en la fase anterior.
«A pesar de los signos emergentes de debilidad en otros lugares, aún no hemos visto un repunte significativo de los despidos», apunta Pearce. Esto mantiene un escenario en el que el crecimiento de las nóminas seguirá siendo menos volátil, «pero más resistente que antes», lo que mantendrá contenida la tasa de desempleo y ralentizará el ajuste del mercado laboral. Esto lleva a que Oxford Economics retrase a septiembre de 2024 el «eventual pivote» hacia una inflación del 2% y la posibilidad de recortes de tipos, cuando en su anterior previsión lo situaba en mayo, en línea con ING.
El análisis de Pearce insiste en que, a pesar de la tendencia de los últimos meses, el balance medio de las principales variables del mercado laboral sigue lejos de los niveles previos a la crisis inflacionaria, igual que los salarios. Lo cual justifica el ‘nerviosismo’ de los ‘halcones’ de la Fed e implica que el mercado laboral debe lanzar señales más contundentes para que la política monetaria considere el objetivo encarrilado. Esto se traduce necesariamente en un incremento de los despidos.

De hecho, si su rebaja de las expectativas de Oxford Economics respecto a cuándo se producirá el cambio de enfoque de la política monetaria no es mucho mayor es porque, como explica Pearce, ya hay señales de que los despidos pueden empezar a incrementarse en los próximos meses.
El número de anuncios de recortes de empleo y los datos de los registros de Notificaciones de Ajuste y Recualificación de los Trabajadores, que son «avisos tempranos» obligatorios por ley en caso de despidos colectivos por parte de las grandes empresas, son coherentes con esta previsión de los despidos, que podría establecer un nuevo suelo permanente para la tasa de paro por encima del 4% antes de que acabe 2023.