el millonario negocio de la falsificación también alcanza al vino y las patatas fritas

el millonario negocio de la falsificación también alcanza al vino y las patatas fritas



Puede que el vino de la última Nochevieja que tu cuñado consiguió tan barato en aquella tienda de internet no fuera realmente un Vega Sicilia. O que aquellas patatas fritas del colmado de la esquina no fueran realmente Lays, por mucho que el logo fuera calcado. Aunque generalmente se asocia la falsificación con artículos de lujo, como bolsos o deportivas de marca, o con aparatos tecnológicos, lo cierto es que cualquier producto que genere negocio es susceptible de ser copiado y los alimentos no son una excepción.



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