El mandato de empleo de la Reserva Federal cobra protagonismo
Las acciones globales y estadounidenses también han marcado nuevos máximos, impulsadas por las expectativas de una fortaleza económica continuada en EE. UU., el ciclo de relajación monetaria, la resiliencia de los beneficios empresariales y el impulso generado por la inteligencia artificial. Vemos aquí una contradicción inherente, aunque coincidimos en el aspecto relacionado con la relajación monetaria.
La contradicción surge de la idea de que, si la Reserva Federal aplica recortes de tipos principalmente para hacer frente a una desaceleración económica, entonces los efectos de dicha desaceleración deberían ser ya visibles en la debilidad de los mercados laborales, el consumo y, en última instancia, los beneficios empresariales.
- Un entorno estanflacionario gana terreno en EE. UU. (desaceleración del crecimiento económico con una inflación elevada prevista en el corto plazo). La desaceleración del consumo será la variable clave que afectará al crecimiento en la segunda mitad de este año, ya que los mercados laborales siguen debilitándose y persisten las preocupaciones sobre el crecimiento salarial. Por otro lado, esperamos que el IPC se mantenga por encima del objetivo del 2% de la Reserva Federal en el corto plazo y repunte en los próximos meses. En consecuencia, el crecimiento de los ingresos reales y la renta disponible se verán presionados.
- La Reserva Federal y el Banco de Inglaterra podrían verse obligados a reducir los tipos de interés oficiales (a pesar de una inflación persistente) a medida que aumenten las presiones sobre el crecimiento. Mantenemos nuestra previsión de dos recortes adicionales de tipos por parte de la Fed este año, de 25 puntos básicos cada uno, y otros dos en 2026, con unos tipos terminales en torno al 3,25% hacia finales del primer semestre del próximo año.
- Por el contrario, se espera que el BCE recorte tipos menos que la Fed. En nuestra opinión, seguirá dependiendo de los datos antes de tomar cualquier decisión sobre los tipos: una vez este año y otra el próximo. Nuestras previsiones para el tipo terminal se mantienen sin cambios en el 1,50%, a alcanzar en el primer trimestre. Aunque el BCE ha elevado sus previsiones de crecimiento para este año, ha reducido de forma significativa su proyección para el próximo.
- Las presiones fiscales persistirán en la Eurozona, Estados Unidos y Reino Unido. Alemania es una excepción en Europa debido a su margen fiscal, lo que debería respaldar el crecimiento, aunque está por ver en qué medida esto impulsará la economía europea. En EE. UU., podríamos ver volatilidad en torno a las negociaciones para evitar un cierre del gobierno a medida que nos acercamos al último tramo del año.
- El crecimiento de China se está desacelerando, pero es poco probable que esta desaceleración lleve a las autoridades a aplicar un estímulo fiscal o monetario significativo, ya que se espera que el crecimiento se mantenga cerca de su objetivo y la incertidumbre externa ha disminuido. Sin embargo, la incertidumbre sobre las relaciones con Taiwán sigue presente. En cuanto a India, el argumento a favor de aranceles secundarios adicionales por parte de la UE es débil, ya que las conversaciones entre la UE e India avanzan positivamente. Incluso en el caso de EE. UU., esperamos que las relaciones mejoren gradualmente.
Aunque observamos algunas divergencias en las políticas monetarias, existe la voluntad de apoyar a la economía. En este contexto, y cuando las valoraciones de los activos de riesgo son elevadas, la volatilidad del mercado podría brindar una oportunidad para añadir riesgo en los segmentos más estables y de calidad del mercado.















