El Govern da el primer paso para que el ICF se convierta en un banco público
El Govern dará este martes el primer paso para que el Institut Català de Finances (ICF) pueda operar en un futuro no muy lejano como un banco público. Según ha podido saber EL PERIÓDICO, en su reunión de hoy el Consell Executiu aprobará un acuerdo por el que autoriza al ICF a crear una sociedad mercantil que le habilite a poder trabajar como una entidad de crédito. Lo que hará el Govern de Salvador Illa, en definitiva, es dar vía libre al ICF para poner en marcha todos los preparativos para actuar como un banco público en el preciso instante en el que reciba la licencia bancaria de las autoridades europeas. Una licencia que, por ahora, no tiene fecha.
La conversión del ICF en un banco público es una demanda recurrente de la Generalitat de las dos últimas décadas independientemente de su color político. Empezó a tomar forma con la presidencia de Artur Mas (CiU) y luego se mantuvo como una reivindicación constante de sus predecesores ya fueran de Junts o de ERC. El último intento lo protagonizó en 2021 el Govern de Pere Aragonès, pero topó con el mismo obstáculo de siempre: la oposición frontal del Banco de España. Sin el visto bueno del regulador estatal es imposible empezar los trámites al Banco Central Europeo, que es quien decide si expide o no la ficha bancaria correspondiente.
Detalle de la fachada del Banco de España. / AGUSTÍN CATALÁN
Ahora el Govern de Salvador Illa vuelve a la carga por petición expresa de ERC, que sitúa está demanda como un requisito fundamental si el president de la Generalitat quiere seguir contando con sus votos en el Parlament. ¿Por qué esta vez la conversión en un banco público sí debería ser posible? Aunque nadie lo ha verbalizado así, ahora hay más sintonía entre la Generalitat y el Banco de España, cuyo gobernador es el exministro socialista José Luis Escrivá. De hecho, hace algunas semanas, la consellera de Economia, Alícia Romero, se reunió con los responsables del banco con este tema encima de la mesa. «El Banco de España tiene un papel clave en la concesión de la licencia», explica una fuente conocedora de los movimientos. La puerta está abierta, pero no hay constancia de un aval expreso.
Una «aspiración estratégica»
El acuerdo que aprobará este lunes el Govern argumenta que una de las «aspiraciones estratégicas» del ICF en los últimos años ha sido «asimilar su actividad a la de una entidad de crédito». El objetivo es dar un salto cualitativo en su funcionamiento: convertirse en banco le permitiría acceder a más fuentes de financiación -por ejemplo a los recursos del Banco Central Europeo– y canalizar determinadas ayudas que ahora tiene restringidas por no tener una ficha bancaria. Esto le daría la posibilidad, luego, de dar mejores condiciones de financiación a los clientes actuales del ICF, fundamentalmente pequeñas y medianas empresas de Catalunya, y «enmendar las deficiencias de acceso a la financiación privada», es decir, la que ofrecen los bancos comerciales convencionales.
Imagen exterior del Institut Català de Finances / ICF
Otra de las posibilidades que la ficha bancaria le daría al ICF es la captación de fondos reembolsables de entidades privadas y públicas, algo que ahora tiene vetado. También le permitiría, según la Generalitat, una «mejora en su operatividad» y reforzar «su notoriedad de marca». En definitiva, podría tener más margen para actuar respecto al marco el actual. En palabras de la propia consellera Romero en una comparecencia reciente en el Parlament, podría ejercer con más consistencia de «palanca de transformación» de la economía catalana. «Con la ficha bancaria podríamos dar un salto relevante», concluyó. Ese día se mostró convencida de que la conversión en banca pública sea una cuestión de «meses» y no de «años».
Según la documentación que aprobará este martes el Govern, la sociedad mercantil que constituirá el ICF tendrá un capital social de 18 millones de euros divididos en acciones de un euro. El capital lo aportará íntegramente el propio ICF que será el accionista único. Entre sus objetivos fundacionales tendrá fortalecer el tejido empresarial; la inversión social y cultural; la promoción de la economía verde; el fomento de la investigación científica; el apoyo al sector primario y la inversión en empresas emergentes y de capital riesgo.
En clave OPA
Con la autorización al ICF para que se constituya esta sociedad, el Govern defenderá que da un paso más en el cumplimiento de los acuerdos que tiene con ERC. Está por ver si los republicanos se dan por satisfechos o exigen que se concrete cuanto antes el aval del Banco de España a toda la operación. Desde ERC consideran que, en el contexto actual, hay un motivo añadido que justifica la transformación del ICF en banca pública: la posibilidad real de que triunfe la opa del BBVA al Banc Sabadell. En el caso de que esto ocurra, los republicanos denuncian que se produciría una excesiva concentración bancaria y, en este escenario, un banco público catalán podría ejercer de contrapeso. «Apostamos por tener una banca pública que compita de tú a tú con los bancos y que llene los vacíos que estos dejan», sostienen los republicanos. Vacíos como, por ejemplo, la financiación de las pequeñas y medianas empresas.
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