El Gobierno tiene planes para 1.394 viviendas del banco malo en Almería
Almería es una de las provincias españolas con más viviendas sin vender procedentes de la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), el conocido como banco malo. En concreto es una retahíla de 1.394 activos, entre pisos, garajes, trasteros y suelos, distribuidos en zonas costeras principalmente y donde destaca Roquetas, en donde la Sareb suma 443 viviendas. Almería es la novena provincia hispana -tras Madrid, Barcelona, Valencia, Murcia, Alicante, Castellón, Tarragona y Toledo– en número absolutos de activos en poder del banco malo. Por ello, tiene especial importancia en la provincia la decisión adoptada esta semana por el Consejo de Ministro para traspasar las mas de 40.000 viviendas en España a la nueva empresa estatal de suelo y vivienda denominada Sepes. La idea del ejecutivo con esta acción es ampliar el parque de vivienda asequible para hacer frente a la grave crisis residencial que atraviesa el país.
En la actualidad, la vivienda asequible pública (con un precio por debajo del valor de mercado) representa solo el 3,4% del total, una cifra muy inferior al promedio europeo que alcanza el 9,3%. Por tanto, de cuajar esta iniciativa los almerienses necesitados de vivienda de alquiler social verán incrementada la oferta en más de mil unidades.
De forma global, en España la disponibilidad de este tipo de solución habitacional aumentará en un número aproximado de 55.000 pisos, según anunció Isabel Rodríguez, ministra de Vivienda y Agenda Urbana, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. La factura de ese traspaso está valorada en 5.900 millones de euros a precio de mercado, añadió la ministra.
Este traspaso entre las dos entidades controladas por el sector público se hará mediante una donación gratuita o transmisión lucrativa, es decir, que Sareb (Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria) no recibirá ni un euro por ceder esa cartera. La consecuencia principal de esta decisión es que tendrá menos recursos para repagar la deuda de 29.400 millones actual (a cierre de 2023, la última disponible), que está avalada por el Tesoro y que debe devolver antes de 2027. Si no lo hace, deberá ser el Estado el que se quede con esos pasivos.
La Sareb se constituyó en 2012 con un horizonte temporal hasta 2027, cuando tendrá que ser liquidada, y dio pérdidas desde el primer día.
Sareb nació comprando los activos tóxicos inmobiliarios procedentes del rescate bancario de las cajas de ahorro, tras el estallido de la crisis financiera y del ladrillo de 2008, por un importe de 50.781 millones. Para afrontar esa adquisición, la entidad se endeudó en la misma cifra al emitir bonos avalados por el Estado a devolver hasta 2027.
Esa cartera de activos estaba compuesta en ese momento por 39.438 millones de préstamos fallidos con garantía inmobiliaria y 11.343 millones en propiedades. Entre las entidades rescatadas se encontraron Bankia, Catalunya Caixa, NGC, Banco de Valencia, España Duero o Liberbank, todas ellas desaparecidas o integradas en otros bancos y cajas.








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