El acuerdo de las reglas fiscales europeas empieza a tomar forma, pero los detalles no se pulirn hasta diciembre



  • Deuda. La AIReF avisa de que Espaa slo cumplir con un dficit del 3% si quita todas las medidas anticrisis

Ni acuerdo, ni avances rompedores ni desde luego texto legal sobre la mesa. Las negociaciones europeas sobre la reforma de la gobernanza econmica, las reglas fiscales, sigue atascada y el desenlace que la presidencia espaola so para Santiago de Compostela en septiembre y que aspir a conseguir en octubre tampoco se materializar esta semana en Bruselas. La vicepresidenta primera en funciones, Nadia Calvio, se haba declarado enormemente optimista y estaba casi segura de poder presentar un texto legal para la cita de este jueves en el Ecofin, la reunin de los ministros de Finanzas de los 27, pero tras constatar que las posiciones siguen muy alejadas, que Alemania no da el brazo a torcer, que Pars no logra en bilateral con Berln resolver las cuestiones mayores, y que una decena de pases sigue pidiendo salvaguardas mucho ms precisas y numricas para la reduccin de deuda y dficit, el nuevo objetivo es diciembre.

Que no haya acuerdo no quiere decir que no haya movimiento. Todas las delegaciones coinciden en sealar que ha habido avances, aunque no sean los suficientes, en el ltimo texto informal repartido a los 27. La propuesta final ya cobra forma, hay un esqueleto muy claro conjugando los intereses contrapuestos. La estructura sigue siendo la propuesta de la Comisin, pero con cesiones a ambos lados.

Se han reducido las diferencias, incorporado cambios de calado e incluso Alemania se muestra satisfecha. Lo est porque algunas de sus lneas rojas han sido atendidas. Quiere ms concrecin, siguen pelendose los nmeros, pero en el texto de la ‘landing zone’, de la ‘zona de aterrizaje’ como se conoce en argot comunitario, ya sale mucho de lo que peda. Hay referencias a «salvaguardas de resiliencia ante el dficit» y «mrgenes de seguridad» comunes, lo que implica no slo esfuerzos anuales para quienes estn en terreno pantanoso, sino tambin para que el resto tenga colchones y no apuren en tiempos de bonanza.

Desde antes de verano, cuando la Comisin Europea hizo la propuesta inicial para la reforma de la gobernanza econmica que aspira a cambiar el marco vigente desde el Tratado de Maastricht, que ha sido parcheado una y otra vez y se ha demostrado insuficiente e ineficiente, la divisin ha sido profunda. El espritu general es pasar de una norma igual para todos a sendas de ajuste que sean personalizadas y en la que los gobiernos nacionales tengan una implicacin y responsabilidad mucho mayor, de forma similar al programa de Fondos Next Generation. Esto es, que las sendas se ajusten y que las reformas no sean una receta nica sino a la medida de cada economa nacional. Pero aunque hay bastante consenso en que sea as, las diferencias se centran en el equilibrio entre inversiones y ajustes, en si debera haber unos mnimos anuales para todos los pases y en cmo aplicar las reglas.

El marco anterior, que est en coma inducido desde el inicio de la pandemia pero que se recuperar el 1 de enero de 2024, ya que es imposible que para entonces se haya aprobado el nuevo, impone no slo los umbrales de un mximo de dficit del 3% y de deuda del 60% (que se conservarn pase lo que pase) sino una reduccin de la deuda de 1/20 anual y un esfuerzo estructural de al menos el 0,5% anual para los pases que estn por debajo de esos umbrales tope del Pacto de Estabilidad. Alemania pide un recorte anual del dficit, que haya algo realista para la deuda tambin y un esfuerzo estructural incluso mayor para quienes cumplen las reglas, para dar margen fiscal a los pases y a la UE, ya que muchos usan ese 3% no como mximo sino como objetivo, por lo que formalmente estn bien, pero cuando llega cualquier crisis los desequilibrios se disparan.

La discusin ha girado en parte hacia esa cuestin. Parece claro que habr esos «mrgenes de seguridad» para todos, independientemente de sus niveles de deuda, para que los objetivos de dficit no sean del 3% apurando, pero no est finiquitado qu nmero es admisible para todos. Ni cundo se empezaran a exigir, si tras un periodo de cuatro aos como establecen las nuevas sendas de ajuste, si seran al cabo de siete, lo marcado para los pases con ms desequilibrios. Y a medio camino.

Espaa, Francia o Italia abogan por privilegiar las inversiones, las estratgicas para la UE, y priorizar el crecimiento y el empleo. Y se ha logrado que los planes de recuperacin asociados a los Next Generation tengan un papel en la parte de inversin durante esos primeros cuatro a siete aos de correcciones, algo inevitable en la mayora de los estados cuando se desactiven las llamadas clusulas de escape del Pacto de Estabilidad el 1 de enero. El planteamiento bsico es que un pas en desequilibrio tendr que centrarse en un plazo de cuatro aos, ampliable a siete en caso de dificultades y siempre a cambio de reformas e inversiones. Y lo que se propone ahora es que en la primera evaluacin que se haga desde 2024 en adelante, se pueden contabilizar las inversiones y reformas ya hechas o previstas en esos planes de recuperacin para obtener los fondos, lo que hara que bascamente todo el mundo se beneficiara de la extensin a siete aos para el ajuste. Algo que no gusta en los ortodoxos, que creen que es un premio doble a cambio de una misma cosa.

Igualmente, est recogido en el texto que los gastos en Defensa, una peticin de muchos socios tras los desembolsos para ayudar a Ucrania con sus presupuestos nacionales, tengan un tratamiento especial. No para el cmputo del dficit (Italia peda una exencin total o parcial de todas las inversiones en prioridades estratgicas de la UE), sino a la hora de analizar si un pas debe ser apercibido con un Procedimiento de Dficit Excesivo. No ser eximente, pero s atenuante que haya gastado mucho ms en Seguridad y Defensa.

Los ortodoxos tradicionales, Alemania, Pases Bajos, los nrdicos y sus aliados blticos o irlandeses y del Benelux, quieren ms control, salvaguardas para garantizar no slo que haya una trayectoria descendente en la senda de la deuda, sino que el esfuerzo sea constante y no se deje para ms adelante. Quieren tambin dar poderes a entes como el European Fiscal Board, que ahora son consultivos pero sin demasiado que decir, para que tengan un rol destacado en la vigilancia fiscal y la implementacin de sanciones.

El nuevo marco es ms laxo, con sendas de ajuste de 4 a 7 aos y personalizadas, pero a cambio las multas se han modernizado tambin. En las dos dcadas anteriores nunca han sido impuestas porque eran demasiado altas y no tena sentido econmico ni poltico para pases en apuros, por lo que incluso cuando fueron aprobadas (como les pas a Espaa y Portugal), fueron acto seguido anuladas. Las nuevas sern ms modestas pero realistas, rpidas y difciles de esquivar, por mucho que la Comisin (considerada demasiado blanda y poltica por los crticos) quisiera.

Los ministros tienen un calendario complicado. Quedan muy pocas semanas para que termine el ao y oficialmente slo dos citas, la de este mircoles y jueves y una en diciembre, pero todo asumen que puede haber ecofines extraordinarios, bien a finales de este mes, bien a mediados de diciembre, si fuera necesario, puesto que hay otra serie de temas relevantes (como la revisin del Presupuesto comunitario) pendientes. Espaa quiere s o s que en diciembre haya un texto legal definido en la mesa y slo pendiente de correcciones menores, algunas cifras. Pero en todo caso, cuando los gobiernos se pongan de acuerdo todava quedar pendiente el ltimo trmite: la negociacin con el Parlamento Europeo en los llamados trlogos, algo que no podr empezar hasta enero en el mejor de los casos, y que se podra prolongar meses si no hay entendimiento.

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