EEUU ataca a China donde más le duele y deja a tres superpetroleros navegando de forma errática sin encontrar puerto
La ‘guerra fría’ que mantienen EEUU y China, con continuos ‘cañonazos’ comerciales, se está trasladando a unos mares que se han convertido en protagonistas en un mundo en el que la geopolítica dicta el compás. Aunque las conversaciones comerciales de los últimos meses entre Washington y Pekín parecían cordiales, en los últimos días todo se ha vuelto a complicar. El nuevo ‘cerrojazo’ administrativo de China a la exportación de las esenciales tierras raras ha cabreado a la Administración Trump y ha agitado otra vez -nunca mejor dicho las aguas-. Una de las últimas escaramuzas, lanzada por EEUU, es una suerte de aviso para China en medio de su gran maniobra de los últimos meses: un acaparamiento inusitado de petróleo, entre otras materias primas.
Para hacer una buena composición de lugar, lo mejor es ponerse en antecedentes. Hace unos meses, EEUU ideó un gravoso arancel para todos aquellos buques de mercancías con alguna vinculación con China que hicieran escala en sus puertos nacionales. La excusa, por así decirlo, es el dominio de China en la construcción naval frente a la ‘caída a los infiernos’ del sector en EEUU. Esta tasa, que podría ascender a varios millones de dólares por embarcación y travesía, en teoría, se empezará a aplicar a partir del 14 de octubre. Aunque Pekín parecía haber transigido con la medida, el enfado de los últimos días le ha llevado a replicar con una contramedida prácticamente igual para los buques con alguna relación con EEUU.
En medio de esa pugna marítima, China anunció este martes la adopción de contramedidas contra cinco filiales estadounidenses de la naviera surcoreana Hanwha Ocean Corporation en respuesta a la colaboración prestada por estas empresas a investigaciones del Gobierno de Estados Unidos que ponen en peligro los intereses de China. De tal modo, el Gobierno de China prohíbe a las organizaciones e individuos del país «realizar transacciones, cooperar y realizar otras actividades relevantes con ellas».
En el intercambio de golpes, Pekín está recibiendo otro donde más le ‘duele’. Tres superpetroleros que se dirigían al importante puerto chino de Rizhao están buscando ahora atraques alternativos, tras las sanciones impuestas por EEUU a la terminal que gestiona alrededor de una décima parte de las importaciones de petróleo de China.
Dos de los grandes petroleros, con capacidad para transportar hasta dos millones de barriles, han indicado que su destino es el puerto de Ningbo Zhoushan, cerca de Shanghái, según los datos de seguimiento de buques recopilados por Bloomberg. El tercero se dirige ahora a Tianjin, en el norte de China. Concretamente, el Spherical, que transporta alrededor de dos millones de barriles de petróleo brasileño, y el New Vista, con aproximadamente 1,8 millones de barriles de crudo de Abu Dhabi, se dirigen a Ningbo Zhoushan. El Habshan, que transporta 1,9 millones de barriles desde África, se dirige a Tianjin.
La terminal de crudo Rizhao Shihua, que fue incluida en la lista negra de Washington la semana pasada por su papel en la importación de crudo iraní, se encuentra en la provincia de Shandong, el centro de la industria refinadora de China. Rizhao, participada en parte por Sinopec, es el principal punto de entrada de crudo extranjero para la gran petrolera estatal, también conocida como China Petroleum & Chemical, y está conectada con varias de sus instalaciones mediante un largo oleoducto.
Además de ser desviado a diferentes puertos, el petróleo que se dirigía a Rizhao también podría ser descargado en barcos más pequeños para ser llevado a las refinerías de Sinopec a lo largo del río Yangtsé, que obtienen su petróleo a través del oleoducto desde la terminal de Shandong, según informó Energy Aspects en una nota la semana pasada.
China seguirá acumulando crudo pese a EEUU
¿Pone esto en peligro el plan de China para acumular petróleo? En principio solo estorba y entorpece la misión de Pekín. No obstante, resulta complicado saber qué hay realmente en las instalaciones de crudo chinas, en las cavernas y otros lugares donde pueda estar acumulando el petróleo. Como señalan desde la agencia Reuters, China no revela los volúmenes de crudo que coloca en sus reservas estratégicas y comerciales, ni tampoco cuál es su objetivo final de inventarios. Esto significa que el mercado se ve forzado a apoyarse en fuentes anónimas dentro del sector petrolero chino, que proporcionan información a cuentagotas y que, si bien resulta útil, difícilmente puede considerarse definitiva para saber qué está haciendo realmente el mayor comprador mundial de crudo.
Que EEUU obstaculice la llegada de tres o cuatro petrolero no cambia demasiado la historia, sobre todo porque China importa más de 11 millones de barriles cada día. No obstante, la operativa americana sí deja entrever lo deteriorada que está la relación entre ambas potencias y también genera el riesgo de que se produzca una escalada mayor en el conflicto geopolítico que está marcando y marcará el siglo XXI.
Las estimaciones sobre cuánto crudo ha almacenado China este año son muy variadas, aunque la mayoría de analistas citan una cifra de al menos 500.000 barriles diarios (bd). Esa estimación encaja con los cálculos sobre el excedente de crudo de China, un número que se obtiene sumando el volumen de importaciones y producción doméstica, y restando después la cantidad procesada por las refinerías.
Según otras estimaciones, China almacenó cerca de 160 millones de barriles de crudo (una estimación superior a la anterior), con un valor superior a los 10.000 millones de dólares, en los primeros nueve meses de 2025. Las compras fueron realizadas por refinerías estatales chinas, así como por refinerías privadas o independientes. Los analistas y expertos de la industria petrolera prevén que esta tendencia se mantendrá hasta bien entrado 2026, incluso con las interrupciones de EEUU y sus sanciones. Una buena muestra de ello son las sanciones de Occidente a Rusia. Moscú ha seguido exportando su crudo a espuertas durante los últimos años pese a las sanciones de EEUU. China seguirá comprando crudo en grandes cantidades y esto es un salvavidas para los productores.
¿Cuánto puede acumular China?
En efecto, el almacenamiento chino ha permitido que los ocho miembros de la OPEP+ deshicieran sus recortes voluntarios de unos 2,5 millones de bd sin provocar un desplome masivo de los precios. La gran incógnita ahora es cuántos más barriles almacenará China en los próximos años antes de alcanzar su objetivo.
Existen estimaciones muy dispares sobre cuánto crudo posee ya China en sus reservas estratégicas y comerciales, que oscilan entre 800 millones y 1.400 millones de barriles. También hay una notable especulación sobre cuánto más pretenden acumular las autoridades, con los cálculos más elevados situando el objetivo en torno a los 2.000 millones de barriles. Y, por último, no existe certeza de cuándo se completará este proceso, aunque el consenso apunta a 2028 como fecha límite.
Esto significa que, dependiendo de dónde se crea que están ahora las reservas y hasta dónde se pretende llegar, el abanico de resultados posibles es muy amplio. Si China quiere añadir 1.000 millones de barriles en tres años, eso equivaldría a unos 913.000 bd, lo que sería claramente alcista para los precios del petróleo. Pero si ya dispone de unos 1.400 millones de barriles y solo quiere sumar 600 millones más, la cifra sería de unos 550.000 bd en los próximos tres años, un nivel cercano al ritmo actual de almacenamiento, que sí da soporte a los precios, pero no necesariamente los impulsa mucho más arriba.
Pekín aprovecha la caída de precios
Otro factor a destacar es que China tiene un historial de flexibilidad a la hora de construir inventarios, comprando más crudo cuando considera que los precios son razonables y reduciendo las compras cuando cree que los precios han subido demasiado. China reduce sus compras de crudo cuando el precio del barril sube y las aumenta cuando considera que está barato. China es probablemente el país más pragmático de la tierra, casi siempre busca el beneficio sin tener en cuenta otras variables.
En la práctica, la acumulación de crudo por parte de China se convierte en un factor estabilizador para los precios. El país comprará más petróleo si los precios se mantienen relativamente bajos y estables, proporcionando así un suelo al mercado, pero reducirá sus importaciones si los precios suben demasiado, actuando como un techo.















