China es el país que más confía en el oro y tiene un plan ambicioso para ‘bunkerizar’ el yuan en mitad de la crisis de divisas

China es el país que más confía en el oro y tiene un plan ambicioso para ‘bunkerizar’ el yuan en mitad de la crisis de divisas



La revalorización que está experimentando el oro en los últimos años lo ha convertido en uno de los activos protagonistas del mercado. Después de batir los 4.000 dólares por onza por primera vez en la historia, los grandes inversores en oro se están frotando las manos por las subidas de precio que ha experimentado el metal. Y entre ellos, los bancos centrales destacan como unos de los grupos que más oro han comprado en los últimos años. En especial, el Banco Popular de China ha sido el comprador más activo, y el interés del país por incrementar sus reservas estratégicas de oro va más allá de la mera revalorización. De hecho, China tiene un plan, relacionado con su lucha de poder con Estados Unidos, y parte de ese plan pasa, no sólo por ser un gran propietario de oro, si no por convertirse en un gran mercado internacional del metal precioso al estilo de Londres con su bolsa de metales.

El rally del oro en los últimos años ha sido vertiginoso. Si tras la crisis de 2008 el metal batió los 1.000 dólares por onza por primera vez en su historia, en la pandemia, en 2020, batió los 2.000 por primera vez. Y en apenas cinco años su precio se ha multiplicado por dos, hasta estrenarse por encima de los 4.000 dólares por onza esta semana, un precio nunca visto hasta ahora.

La subida del metal se explica por la búsqueda de refugios de los inversores, en un momento de incertidumbre económica y geopolítica, y también a otros elementos, como el miedo a las burbujas de valoración que se han podido formar, la falta de confianza en las divisas tradicionales y, más recientemente, al temor de posibles aumentos de inflación y también por la perspectiva de ver tipos de interés más bajos en los próximos años. Además, los bancos centrales de todo el mundo se han lanzado a por el oro: en el año 2024, las compras de oro de estos organismos fueron un 20% de la demanda mundial del metal, el doble de los niveles que mantuvieron en la década de 2010.

Este último rally en el precio del metal ha sido capitalizado, sobre todo, por China, que se ha lanzado a comprar oro como nadie, a través de su banco central, con crecimiento de sus reservas estratégicas que no tiene rival: entre 2020 y 2025 el país ha duplicado sus arcas de oro, con un incremento de 1.185 toneladas en este periodo, que deja el balance total de oro acumulado en reservas de 2.280 toneladas, según los datos de Consejo Mundial del oro. Esto supone que China ya sea el sexto país del mundo con las mayores reservas estratégicas, sólo por detrás de EEUU, Alemania, Italia, Francia y Rusia.

Al mismo tiempo, y como reflejo de la ruptura que se está produciendo entre China y Estados Unidos, desde el año 2015, hasta el cierre del mes de julio, la tenencia china de bonos soberanos del Tesoro estadounidense se ha reducido en un 41%, según los datos que recoge la agencia Bloomberg.

La compra masiva de oro por parte de China también encaja en el contexto de desconfianza de los inversores por las divisas FIAT, en un momento en el que las criptomonedas han hecho su aparición, y después de años en los que grandes bancos centrales del planeta, como la Reserva Federal, o el Banco Central Europeo, han disparado la masa monetaria en circulación en sus economías para estimular el crecimiento en los momentos de crisis.

En la batalla que mantiene China contra Estados Unidos, con el dólar y el yuan como dos armas clave, el crecimiento de la reserva estratégica de oro del gigante asiático también puede tener un papel. Al fin y al cabo, el oro ha sido la alternativa histórica al sistema de las divisas FIAT, y hasta la desaparición del patrón oro, en 1971, era la referencia mundial que se utilizaba para valorar las divisas de los distintos países.

El objetivo de China: crear un mercado de referencia para el oro

El incremento de las reservas estratégicas de oro de China encaja con el objetivo de largo plazo que el país persigue, y que sigue dando pasos adelante para conseguir. El proyecto del gigante asiático trata de arrebatar influencia a Estados Unidos, su gran rival, y para lograrlo utiliza varias armas económicas. La clave para China es conseguir convertirse en una alternativa real al poder estadounidense en los mercados internacionales, y para ello, uno de los objetivos es conseguir crear una plaza mercantil realmente atractiva para los inversores.

En este sentido, el oro tiene un papel importante para el gigante asiático, y así lo está demostrando en los últimos años, por varias vías. La primera, la gigantesca adquisición de oro que está llevando a cabo el Banco Popular de China, que pretende inflar sus reservas estratégicas con cantidades ingentes del metal. Más allá de los beneficios que dejará en las arcas chinas la revalorización que está experimentando el oro en los últimos meses, la idea de acumular oro tiene una segunda derivada menos evidente, pero que está directamente relacionada con el proyecto de largo plazo de China.

Como explica Guo Shan, socio de la firma de análisis Hutong Research, «si China acumula más oro, el renminbi gana credibilidad. Si yo soy un inversor que está pensando en invertir en yuanes, mi primera pregunta sería, ¿qué ocurrirá en el valor de esta divisa si lo mantengo durante un periodo muy largo de tiempo? ¿Qué ocurrirá si hay una crisis? Así, sabría que el banco central tiene la capacidad de sostener a mi divisa si lo necesita», señala Shan en declaraciones a la agencia Bloomberg.

La otra parte de su estrategia pasa por crear un mercado de metales que rivalice con las grandes plazas mundiales. Es un objetivo ambicioso, y necesitará de tiempo, dinero y esfuerzo por parte del gigante asiático, pero el país ha empezado a dar los primeros pasos en ese sentido.

Siguiendo a Londres y a su bolsa de metales como referencia, China pretende convertirse en un mercado atractivo y alternativo para el oro. Según explica la agencia Bloomberg, China ha comenzado este año a ofrecerse a otros bancos centrales como un buen lugar donde guardar su oro. La intención de convertirse en un custodio para el metal de otros países tiene un sentido estratégico y geopolítico, ya que otros Gobiernos, presumiblemente aliados del país, como los que conforman los BRICS, aumentarían su dependencia del gigante asiático y este reforzaría su liderazgo.

Además, mantener el oro ajeno en sus arcas atraería más capital, y añadiría confianza en el país como un posible líder económico mundial, el objetivo de China a largo plazo contra el dominio estadounidense.

De este modo, de conseguir atraer oro extranjero a sus arcas China conseguiría cubrir las necesidades de algunos aliados claves, como Venezuela, que, durante los últimos años, ha guardado su oro en el Banco de Inglaterra, un país del bloque rival. Según fuentes de la agencia, al menos un país del sudeste asiático está interesado en el plan de China, y otros, como Sudáfrica, han lanzado mensajes positivos en este sentido, aunque todavía sin confirmar un acuerdo concreto.

La gran apuesta de China por el oro puede terminar siendo una estrategia que le haga ganar influencia y que sostenga la confianza de muchos inversores en la economía del país, por ejemplo, a través de su divisa, pero, lo que está claro, es que, como mínimo, habrá servido a China para mejorar su posición financiera, aunque sólo sea por ver cómo las miles de toneladas que ha comprado el banco central en los últimos años se han revalorizado enormemente.

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