CHATGPT OPENAI NVIDIA | OpenAI (ChatGPT) se convierte en la startup más valiosa del mundo con 500.000 millones de dólares
 
El ascenso de la Inteligencia Artificial (IA) no tiene techo. Los expertos en la tecnología que en la actualidad domina el mundo llevan mucho tiempo afirmándolo, y la noticia que hoy ha trascendido le añade una nueva capa de credibilidad a la potencia que atesora la IA. OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT, ha alcanzado una valoración de 500.000 millones de dólares tras permitir a sus empleados vender paquetes de acciones por valor de 6.000 millones de dólares. De esta manera, se ha convertido en la compañía puramente privada más valiosa del mundo, superando a SpaceX, la empresa de fabricación de cohetes del magnate Elon Musk.
Previamente a este hito, OpenAI, fundada en 2015 por el estadounidense Sam Altman (y por Elon Musk, curiosamente) estaba valorad en 300.000 millones de dólares. Esta cifra se determinó a través de una ronda de financiación de 40.000 millones de dólares impulsada por numerosos inversores. Uno de los más ilustres, sin duda, fue Masayoshi Son, CEO de SoftBank, fondo de inversión japonés que ha colaborado estrechamente con el Gobierno de Estados Unidos en la etapa de Donald Trump.
Tal y como apunta ‘Reuters’, entre los inversores adquirientes de dichas acciones se encuentra, por supuesto, SoftBank, pero además compañías como los fondos estadounidenses Thrive Capital, T. Rowe Price y Dragoneer o el emiratí MGX. Al ser cuestionadas por la agencia británica acerca de la operación, las empresas declinaron hacer valoraciones.
Dos caras de una misma moneda
La revolución de la IA tiene dos protagonistas en forma de corporaciones: por un lado está Nvidia, capitaneada por su CEO, Jensen Huang, que cuenta con la mayor capitalización bursátil del mundo en la actualidad, 4,55 trillones de dólares. Su papel en la industria es el de aportar la potencia necesaria para que la IA progrese, a través de sus chips, que han llegado incluso a convertirse en asuntos de estado en EE.UU. al querer evitar Trump su comercialización en China por miedo a que su mayor rival pueda hacer uso de su tecnología punta. Lo tremendamente valioso del trabajo de Nvidia les ha valido el reconocimiento como la empresa más pujante del sector tecnológico en la actualidad.
En la otra esquina está OpenAI, cuya labor consiste más bien en el desarrollo de la Inteligencia Artificial. Su producto estrella, ChatGPT, es el chatbot más popular en el mundo, habiendo alcanzado durante el pasado verano la cifra de 700 millones de usuarios activos semanales, tal y como anunció el vicepresidente de la aplicación, Nick Turley, en un comunicado. De esta manera, ChatGPT, de la mano de OpenAI, se ha convertido en una de las herramientas de IA más avanzadas del mercado, y millones de personas ya la integran en todos los aspectos de su vida diaria, llegando incluso a sufrir al pensar en vivir sin su servicio.
Una alianza histórica
Estas dos compañías compiten, claro está, en un sector que tiene sobre sí todos los focos. Pero también colaboran. El pasado 22 de septiembre, ambas compañías anunciaron a través de un comunicado conjunto una alianza que podría definirse como histórica. El fabricante de chips se comprometió a invertir 100.000 millones de dólares, unos 85.000 millones de euros, en la start-up. El objetivo de este acuerdo será la construcción de centros de datos con 10 gigavatios de potencia, proporcionada por los chips de Nvidia. Estos centros servirán para «formar y ejecutar los futuros modelos (de IA) como parte del avance hacia la superinteligencia», tal y como se desprende del comunicado.
«La infraestructura de cómputo será la base de la economía del futuro, y aprovecharemos lo que estamos construyendo junto a NVIDIA tanto para lograr nuevos avances en inteligencia artificial como para ponerlos al servicio de las personas y las empresas a gran escala», afirmó Sam Altman, CEO y fundador de OpenAI. «NVIDIA y OpenAI se han impulsado mutuamente durante una década, desde el primer superordenador DGX hasta el avance que supuso ChatGPT», apuntaba por su parte Jensen Huang, su homólogo en Nvidia.
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