Centros especiales de empleo advierten problemas con la extra a la espera de un ingreso de Lanbide
La tardanza en la liquidación de las ayudas que Lanbide presta a los centros especiales de empleo habría dejado a varias entidades con el agua … al cuello. Así lo advierte el presidente de Berezilan, Javier Larrañaga, quien señala que la falta del ajuste correspondiente a 2024 -en torno a un 5% por cada uno de los meses del año pasado- ha hecho que algunas de las 13 sociedades que conforman la asociación, con más de 1.100 trabajadores, no pueda afrontar la paga extra de verano, una situación «que puede provocar reacciones por parte de los trabajadores».
«La única respuesta de Lanbide es que están haciendo un cambio de sistemas y que no les permite hacer esos pagos. Dicen que esperan soluciones en las ‘próximas semanas’ pero la proximidad del parón de agosto incrementa la incertidumbre», advierte el presidente.
El problema podría radicar en el cambio de sujeto jurídico que el Servicio Vasco de Empleo llevó a cabo al entrar en el nuevo año, pasando de ser un organismo autónomo a un ente público de derecho privado. Aunque en Berezilan reconocen que los pagos mensuales -que suponen el fuerte de los ingresos- se están realizando al día, también remarcan que muchas de las entidades solían aprovechar esta liquidación, que acostumbraba a ingresarse a mitad de año, para hacer frente a una paga extra con la que los trabajadores esperan contar este mismo mes.
Hace dos semanas en el Gobierno vasco ya detallaron que las órdenes de pago habían sido trasladadas a las entidades bancarias, por lo que esperaban que el cobro se produjera en los próximos días. Este ajuste en los plazos habría supuesto un problema para aquellos centros que en sus nuevos convenios recogen que el pago de las extras se efectuaría, a lo más tardar, el 30 de junio.
Márgenes estrechos
El presidente de Berezilan ha recordado que este tipo de centros, cuya principal misión es garantizar un empleo remunerado a personas con discapacidad, a menudo lleva a cabo contratos con márgenes muy ajustados, lo que les deja con poca capacidad a la hora de afrontar un retraso de este tipo. Según advierte, hasta un 70% de estas pagas extra se venía cubriendo gracias a estas liquidaciones. «Llevamos semanas solicitando reuniones para tratar de explicarles nuestro problema, pero todavía no nos dan cita», se duele.
En todo el País Vasco se estima que hay un total de 13.000 personas que trabajan en este tipo de centros, de los que algo menos de una décima parte formarían parte de Berezilan.












