Cataluña revierte al fin la fuga de empresas tras siete años negros y la marcha de 10.100 sociedades

Cataluña revierte al fin la fuga de empresas tras siete años negros y la marcha de 10.100 sociedades



Cataluña apura los últimos pasos de la particular travesía por el desierto que ha atravesado su ecosistema empresarial en los últimos años, muy especialmente a partir de finales de 2017. Después de más de siete ejercicios consecutivos de pérdida neta de empresas, el segundo trimestre de 2025 parece marcar un punto de inflexión: por primera vez en la presente década, Cataluña ha atraído más empresas de las que han decidido salir del territorio.

El informe registral de Estadística Mercantil correspondiente al segundo trimestre del presente ejercicio y elaborado por el Colegio de Registradores refleja que durante este periodo Cataluña recibió 210 sociedades procedentes de otras Comunidades Autónomas españolas. En el mismo periodo, 200 empresas salieron del territorio hacia otros destinos. 

Un balance positivo de diez que no deja de ser exiguo. Pero que resulta muy significativo y sintomático de que algo está cambiando en torno al clima empresarial en Cataluña. Atrás quedan más de 30 trimestres consecutivos con balances negativos; es decir, con más salidas de sociedades que entradas. 

Por el camino, un desolador recuento de mercantiles que han dejado su sede en Cataluña en este tiempo, que se aproximan a las 10.100, de acuerdo con las cifras del Colegio de Registradores. En términos netos, es decir, contando también con la llegada a Cataluña de sociedades del resto de España, la pérdida de empresas ronda las 5.400.

Urna del referéndum ilegal de independencia del 1-O


Urna del referéndum ilegal de independencia del 1-O

EUROPA PRESS

Los siempre fríos números pueden resultar engañosos; las tendencias son notablemente más fiables. En este sentido, la inercia no era precisamente positiva. Cataluña presentó el pasado año el peor balance de un ejercicio completo en este capítulo desde 2018, con la fuga de algo más de 925 empresas y una pérdida neta de 351.

Fue la señal dejada por los últimos coletazos de un tenebroso periodo marcado por la deriva del procés. Los acontecimientos del otoño de 2017, que acabaron con el referéndum ilegal del 1-O, la efímera declaración unilateral de independencia y el cese de la Generalitat en pleno en aplicación del artículo 155 de la Constitución fueron el origen de una pesadilla de la que Cataluña despierta poco a poco.

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En este sentido, 2024 volvió a ser un año plagado de incertidumbre, marcado por el adelanto electoral y un cambio de signo en la Generalitat tras el triunfo en las urnas del PSC, que ponía fin a más de una década de gobiernos nacionalistas. 

El cambio político ha supuesto también un giro más que notable en el clima empresarial, que ha desembocado en hitos como el desbloqueo del proyecto de ampliación del aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, varado precisamente por la falta de sintonía con los últimos gobiernos nacionalistas.

Una operación considerada como clave para el futuro a largo plazo de Cataluña y sin la que sería muy difícil crecer y competir en las próximas décadas.

El otro gran síntoma y consecuencia del cambio ha sido el regreso de grandes corporaciones al territorio. La encargada romper el hielo fue Molins, ya a finales de 2024, una vez constituida la nueva Generalitat y sentadas las bases del Govern liderado por Salvador Illa

Puerte de Alcalá (Madrid)


Puerte de Alcalá (Madrid)

Wikipedia

Tras el grupo industrial llegaron los turnos del Banco Sabadell, Criteria Caixa y la Fundación Bancaria La Caixa. Una vuelta al territorio tras el cambio de escenario que ha sido abanderada desde el primer momento por Foment del Treball. La gran patronal catalana siempre ha situado este regreso paulatino como la clave para el objetivo de devolver a Cataluña el liderazgo económico de España.

Una posición de privilegio que asumió la Comunidad de Madrid. No es casualidad que lo hiciera, precisamente, a partir de 2018, cuando superó por primera vez a Cataluña en términos de PIB absoluto.

Y tampoco lo es que haya sido la región que alberga la capital de España la que más se ha beneficiado de la fuga masiva de empresas de Cataluña. Desde el último trimestre de 2017, Madrid acumula una llegada neta de sociedades del entorno de 3.300.

Recuperar el liderazgo

Ha sido el mercado interior más favorecido por esta situación pero no el único. Las otras dos grandes favorecidas han sido la Comunidad Valenciana, con algo más de 900 llegadas netas de sociedades; y Andalucía, con unas 475. La suma de las tres representa el 85% de la salida neta de empresas de Cataluña.

El cambio de tendencia se ve además refrendado por otra estadística. En los primeros doce meses desde la celebración de las elecciones catalanas, el número de nuevas empresas registradas en la Comunidad Autónoma ha marcado un registro histórico, muy próximo a las 23.000.



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