Banco Santander, BBVA y CaixaBank «pasan» de ayudar a los afectados por los incendios

Banco Santander, BBVA y CaixaBank «pasan» de ayudar a los afectados por los incendios



En un año marcado por los devastadores incendios forestales en España, que han arrasado hasta ahora más de 350.000 de hectáreas, dejado a familias sin hogar y destruido explotaciones agrícolas y ganaderas, el papel de la gran banca española vuelve a estar en el punto de mira.

Las mayores entidades como Banco Santander, BBVA y CaixaBank no han comunicado hasta ahora ninguna acción solidaria para ayudar a los afectados por los incendios ni tampoco a los municipios que han visto cómo el fuego ha arrasado con todo a su paso.

Mientras los principales bancos presentan beneficios récord en el primer semestre de 2025, algunos de ellos han optado por “pasar” de ayudar a los afectados.

Los casos más llamativos son los de Banco Santander, BBVA y CaixaBank, entidades que han batido récords históricos de ganancias pero que, hasta el momento, no han anunciado ninguna acción solidaria concreta para paliar los efectos de la catástrofe.

En contraste, otras entidades de menor tamaño como Abanca y Banco Sabadell sí han puesto en marcha planes de ayuda específicos, demostrando que la responsabilidad social corporativa no depende solo de cifras en el balance, sino de una voluntad real de comprometerse con la sociedad.

Beneficios históricos en plena ola de incendios

Los resultados financieros de los principales bancos en el primer semestre de 2025 confirman el buen momento que atraviesa el sector, a pesar de la ralentización económica y las dificultades de muchas familias para llegar a fin de mes.

Banco Santander obtuvo un beneficio de 6 833 millones de euros, un 19% más que en el mismo periodo de 2024 y ha sido la compañía del IBEX que más ganancias ha obtenido en lo que llevamos de año.

Por su parte BBVA alcanzó los 5 447 millones de euros, con un crecimiento del 9,1 %.

El último de los grandes, CaixaBank cerró el semestre con 2 951 millones de euros, lo que supone un aumento del 10,3%.

Entre los tres bancos suman más de 15.000 millones de euros de beneficios en solo seis meses, lo que representa casi el 90 % del total obtenido por la gran banca española en este periodo.

Estas cifras ponen de manifiesto una realidad difícil de ignorar: mientras miles de familias ven cómo el fuego arrasa su entorno y pierden en minutos lo que tardaron años en construir, las entidades financieras más poderosas del país celebran resultados sin precedentes.

El coste de la extinción supera ya los 6.500 millones de euros y las pérdidas millonarias para los afectados aún están pendientes de cuantificar.

Santander, BBVA y CaixaBank: silencio frente a la emergencia

En el caso de Banco Santander, el contraste entre sus beneficios y su falta de implicación social resulta especialmente llamativo.

La entidad presidida por Ana Botín ha hecho gala en numerosas ocasiones de su compromiso con la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, cuando los incendios han golpeado con fuerza varias comunidades autónomas donde tiene una fuerte presencia como Castilla y León,  Extremadura y Galicia, no ha habido ni un comunicado oficial, ni una línea de apoyo financiero, ni una donación directa a los afectados.

La situación es similar en BBVA, que bajo el liderazgo de Carlos Torres Vila presume de ser un banco puntero en financiación verde y en sostenibilidad. Pese a ello, en este caso tampoco se ha conocido ninguna acción concreta destinada a los afectados por los incendios forestales de este verano.

CaixaBank, dirigido por Tomás Muniesa, tampoco ha reaccionado de manera visible. Paradójicamente, el banco que más veces ha destacado su compromiso con el “territorio” y la “cercanía con los clientes” con una gran implantación em estas comunidades sobre todo en oficinas rurales no ha activado ningún plan especial de ayuda en las zonas devastadas por el fuego.

La ausencia de estas tres entidades en un momento tan crítico contrasta con su constante inversión en campañas de imagen corporativa y en mensajes publicitarios sobre su supuesta vocación social.

La otra cara de la moneda: Abanca y Banco Sabadell

En medio de esta falta de acción de los gigantes, dos bancos de menor tamaño han dado un paso adelante.

Abanca, la entidad gallega ha anunciado la donación de 1 millón de euros para atender las necesidades inmediatas de los afectados por los incendios. Además, ha habilitado  una línea de financiación de 150 millones de euros destinada a la recuperación de viviendas, explotaciones agrícolas, ganaderías y pequeños negocios dañados por las llamas. Galicia está siendo una de las comunidades más afectadas por el fuego, donde han ardido más de 90.000 hectáreas hasta ahora y su compromiso con los afectados es una prioridad.

La entidad también ha creado una cuenta solidaria para canalizar aportaciones de terceros, permitiendo que particulares y empresas colaboren en la reconstrucción de las zonas devastadas.

Banco Sabadell: financiación y anticipos sin intereses

Por su parte, Banco Sabadell, que cuenta con una menor presencia que los grandes en los territorios afectados por los incendios, ha activado una línea de financiación de 45 millones de euros con condiciones preferentes y sin comisiones para familias, autónomos y empresas afectadas.

La entidad ofrece, además, anticipos de indemnizaciones de seguros al 0 % de interés durante 12 meses, lo que supone un alivio inmediato para quienes necesitan liquidez urgente para salir adelante.

Ambas iniciativas reflejan cómo, con un coste relativamente pequeño en comparación con los beneficios de la banca, es posible marcar la diferencia en situaciones de emergencia.

Una paradoja que erosiona la confianza

El hecho de que bancos como Santander, BBVA y CaixaBank “pasen” de los afectados por los incendios plantea una paradoja difícil de digerir para la opinión pública.

Se trata de entidades que generan miles de millones en beneficios en pocos meses, que destinan ingentes cantidades de dinero a patrocinios deportivos, campañas publicitarias y dividendos para accionistas, pero que, en un momento de catástrofe nacional, optan por el silencio y la inacción.

La brecha entre el discurso y la práctica se vuelve especialmente evidente cuando se compara con los ejemplos de Abanca y Banco Sabadell, que, con recursos mucho más modestos, han sabido dar una respuesta rápida y eficaz.

En un contexto en el que la responsabilidad social corporativa se ha convertido en un elemento clave para la reputación de las empresas, la actitud de los grandes bancos no pasa desapercibida.

Incluso empresas más pequeñas han tomado la iniciativa para ayudar a los afectados, como el caso de la empresa Paja de Arroz Valencia (Benifaió) que ha puesto en marcha la recogida y el envío de 100.000 kilos de alimentos y forraje para los animales de las áreas afectadas por el fuego.

La falta de acción no solo es un problema ético, sino también estratégico. A medio plazo, puede traducirse en un deterioro de la confianza y la imagen de marca, especialmente en comunidades autónomas duramente golpeadas por los incendios, como Galicia, Asturias, Castilla y León o la Comunidad Valenciana.

Los incendios forestales de 2025 en España han puesto de relieve una vez más la enorme distancia que existe entre el discurso de los grandes bancos y su verdadera implicación social.

Mientras Banco Santander, BBVA y CaixaBank se limitan a disfrutar de beneficios récord y pasan de ayudar a los afectados, entidades más modestas como Abanca y Banco Sabadell han demostrado que la solidaridad no depende del tamaño, sino de la voluntad.

 



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