Aston Martin aviva el debate del espionaje industrial en la Fórmula 1
Este domingo vuelve la Fórmula 1. Y lo hace con polémica. El tercer puesto de Fernando Alonso al volante de un Aston Martin en la primera cita del campeonato ha levantado una ola de insinuaciones en las filas de Red Bull, donde aseguran que el coche de la escudería británica es un calco al suyo. Las acusaciones vienen alimentadas por el fichaje hace un año de Dan Fallows, ingeniero de aerodinámica de Red Bull, por parte de Aston Martin, tras 15 años en la casa austriaca. El técnico, además de su conocimiento, se llevó consigo a su equipo de especialistas.
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Requisitos
Desde 2019, la Ley de Secretos Empresariales controla y penaliza el flujo ilegal de información entre empresas españolas. En el sector automovilístico, la ingeniería de un vehículo puede constituir un secreto empresarial si cumple cuatro requisitos: que “dicha información no sea generalmente conocida” ni “fácilmente accesible”, tenga “un valor empresarial, ya sea real o potencial” y “haya sido objeto de medidas razonables por parte de su titular para mantener su secreto”, enumera Ainara Rentería, abogada especialista en automoción y movilidad de Gómez-Acebo & Pombo. En cualquier caso, es vital que la empresa muestre su interés en proteger una información y así lo subraye en sus políticas de cumplimiento normativo.