Aprendiendo
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Tuve que estar varios días en Boston con colegas de Harvard y, como suele suceder, fue una gran oportunidad de ver cosas interesantes. Quizás la primera es una percepción de que la gente está feliz por allí. A los alumnos se los ve contentos y a los profesores, satisfechos. Tienen una gran demanda que llega de todo el mundo. La ilusión se empieza a ver en el avión hacia Boston. El vuelo es largo y puedes detectar muchas cosas. Unos pasajeros le explicaron a otro que iban a ver a un hijo suyo que estaba estudiando en la universidad de Harvard y lo explicaron mostrando gran orgullo.
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