Adjudicado el proyecto de restauración de los catorce bancos de ladrillo rojo del Paseo de las Delicias — Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente
* Construidos hace más de un siglo sobre el muro de defensa ejecutado para defender la ciudad de las crecidas del Guadalquivir, estos elementos -de estilo arquitectónico regionalista- presentan serias patologías, derivadas tanto de su exposición a la intemperie como de actos vandálicos, que han ocasionado la pérdida de elementos compositivos
Imagen actual de uno de los bancos del Paseo que ha perdido las dos bolas de sus extremos
Los bancos de ladrillo rojo que se ubican en el tramo del muro de defensa comprendido entre el Puente de San Telmo y el Puente de los Remedios, en el Paseo de las Delicias, serán restaurados para la reposición de las piezas que falten en cada caso y la recuperación integral de los mismos.
El Ayuntamiento de Sevilla a través de la Comisión ejecutiva de la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente, ha adjudicado el contrato de obras para proceder a estos trabajos de restauración, que ha recaído en la empresa Benza Conservación y Restauración S.L., y que van a suponer una inversión de 84.667 euros.
La intervención propuesta recoge las actuaciones de reposición y conservación necesarias sobre los catorce bancos que se ubican en este tramo del muro de defensa construido en 1917, y cuya traza responde claramente a la corriente arquitectónica del regionalismo dominante en la ciudad a principios del siglo pasado. Dado el valor cultural del enclave donde se encuentra el muro de defensa, los bancos participan de las cautelas patrimoniales de los Bienes de Interés Cultural Palacio de San Telmo, Parque de María Luisa y Recinto de la Exposición Iberoamericana. Por consiguiente, el proyecto ha debido obtener previamente a su ejecución el informe favorable de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico.
Al igual que el resto del muro, los bancos –que forman parte del mismo- están realizados con ladrillo rojo de cazoleta. Miden 4,18 metros de ancho y se intercalan cada 23,44 metros aproximadamente. A ambos lados de cada banco, se levanta un pequeño pilar de planta cuadrada que termina en una moldura semicurva. Sobre esta moldura se alza un pequeño pedestal de tres cuerpos decrecientes sobre el que se dispone una bola de 0,22 cm de diámetro, todo realizado igualmente en ladrillo rojo. Los asientos, originariamente también de ladrillo, están recubiertos en la actualidad por piezas de mármol Macael.
Además de las patologías propias de la exposición a la intemperie, causadas por la contaminación, la humedad y otros factores climáticos, estos elementos acusan sobre todo la falta de elementos compositivos, afección que es la que más daña a su imagen. A diferencia de los anteriores, este daño no se debe a causas físico-químicos o biológicas, sino que son causados por efectos del vandalismo.
| Ejemplo de pilar del que ha desaparecido la bola que lo remataba | Incluso han sido arrancados los pernos que fijaban las bolas a los pedestales |
A la vista de ello, el Ayuntamiento de Sevilla ha contratado un proyecto básico de conservación y restauración de estos elementos desde el máximo respeto por la obra original. En primer lugar, la intervención prevista incluye actuaciones de limpieza, incluso de carácter químico en caso necesario, para eliminar residuos adheridos causantes de “costras negras” sobre las superficies. Asimismo, se aplicarán tratamientos biocidas para acabar con microorganismos, hongos y líquenes, junto con otros de consolidación para estabilizar el material, sellar pequeñas fisuras y recuperar texturas y tonalidades cromáticas. A estos tratamientos se añadirá un último de carácter hidrofugante sobre la totalidad de la superficie de los bancos, basado en nanotecnología, con propiedades antimanchas y antigrafiti.
| Muchos de los bancos presentan pérdida de llagueado | Las fisuras son evidentes en la mayoría de estos elementos | Microorganismos, hongos y líquenes invaden el ladrillo |
En cuanto a las piezas desaparecidas, se trata exactamente de las bolas que coronan los bancos, las molduras semicurvas de unión entre las pilastras y los remates, los elementos que rematan los tramos del muro exento y, los ladrillos de cazoleta. Para su reintegración, Urbanismo procederá a la realización de matrices en poliestireno expandido para posteriormente fabricar los moldes de cada una de las piezas en escayola, previo estudio de los despieces, si bien las piezas a reproducir se realizarán con arcilla de chamota.
Las obras tienen un plazo de ejecución de cinco meses, tiempo tras el cual estos catorce bancos de piedra tan característicos del Paseo de las Delicias habrán podido recuperar su imagen original.
Un poco de historia
El lugar donde se construyeron las Delicias fue hasta el siglo XVIII un descampado situado en terrenos inundables. A mediados de ese mismo siglo, el asistente Dávalos convirtió este camino en un hermoso y agradable paseo con tres amplias calles arboladas, que empezaba en las huertas limítrofes con el Palacio de San Telmo y acababa en la altura de Eritaña. Sin embargo, el verdadero artífice de la urbanización de este entorno fue el asistente Arjona, que intuyó la futura expansión de la ciudad hacia el sur.
A mediados del siglo XIX, las Delicias constituía el paseo más agradable y concurrido de Sevilla, un paisaje que se reproducirá desde entonces en pinturas, dibujos, postales, grabados y fotos.
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| Imagen del Paseo en el s. XIX con la Torre del Oro al fondo | Ciudadanos del siglo XIX pasean junto al Costurero de la Reina | Postal antigua con coches de caballos recorriendo el Paseo |
A principios del siglo XX, se plantea la necesidad de defender la ciudad de las inundaciones y crecidas del Guadalquivir, con la ejecución de varios proyectos, entre los que se encuentra la modernización y ampliación del muro de defensa construido en el siglo anterior. El tramo de dique previsto entre el Puente de Isabel II hasta la Avda. de María Luisa, se planteó como un elemento especial que debía integrarse en el entorno de su recorrido. Para ello, se diseñó un muro de ladrillo rojo con bancos de idéntico material encastrados en el mismo cada 25 metros aproximadamente. La construcción de este tramo, fechado en 1917, correspondió a Vicente Traver, que realizó algunos diseños para los bancos.
| Diseño de los bancos para el dique de defensa que se construyó en el siglo XX |
Simultáneamente a la construcción de este tramo de dique, se desarrollarán las obras relacionadas con la Exposición Iberoamericana de 1929, ya que una década antes se había elegido esta zona para su celebración. Este hecho cambiaría la fisonomía del lugar con la construcción de pabellones de las naciones participantes y la realización de las obras urbanísticas necesarias.
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| Plano de la Exposición Iberoamericana elaborado en la época | Recepción de autoridades al rey Alfonso XIII en una visita a la Exposición Iberoamericana de 1929 |
De entonces data la imagen actual de este Paseo, con alteraciones en algunos aspectos como el ensanchamiento de la calzada para homogeneizarla con la de la Avda. de la Palmera, o la elevación de la cota del acerado. También acabó suprimiéndose parte del denso arbolado que la flanqueaba, perdiéndose una hilera de árboles a ambos lados de la Avenida. Las sucesivas capas de marea asfáltica elevaron el nivel del Paseo y de la acera, quedando los bancos, unos más que otros según la situación de cada uno por la ligera pendiente del Paseo, prácticamente inservibles pare el fin para el que fueron proyectados.
En 2008, siguiendo el proyecto presentado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y redactado en el año 2005 por los arquitectos Julia Molino y Antonio Barrionuevo, se iniciaron las obras de recuperación del antiguo Muelle de Nueva York como lugar ajardinado y de expansión de la ciudad.
Estas obras conllevaron la recuperación de los catorce bancos del muro de defensa comprendido entre el Puente de los Remedios y el Puente de San Telmo. Para elevar los bancos desde la acera y recuperar su nivel y proporciones originales, se cortaron limpiamente los respaldos lo que permitió que, una vez recrecido el muro con ladrillos de textura y color similares a los originales, se volvieran a reponer, situándose de esta manera los asientos a una altura razonada y adaptada a su funcionalidad. Igualmente, se recuperaron las bolas decorativas de los bancos, desaparecidas entonces en su práctica totalidad.















