El oro está a punto de derrocar al dólar del trono de las reservas y anticipa un cambio global mayor de lo que parece

El oro está a punto de derrocar al dólar del trono de las reservas y anticipa un cambio global mayor de lo que parece



La economía global está atravesando un momento histórico. Cada vez son más los analistas que ven en el espectacular rally del oro (junto al del resto de metales preciosos como la plata) y otros activos una tendencia subyacente que supondrá un cambio global mucho más grande de lo que parece. El oro ya ha rebasado los 4.300 dólares por onza, después de haber permanecido dormido durante años por debajo de los 1.700 dólares. La subida está siendo tan impresionante que en pocos meses el metal dorado ha pasado de ver al dólar como un activo inalcanzable a verlo muy de cerca. El oro ya ha superado la barrera del 30% en el peso de todas las reservas (divisas más oro) globales y poco a poco se va acercando a lo que podría ser un sorpasso de esos que hacen historia. Todo el mundo pone el foco en la subida del oro… pero lo que realmente podría estar sucediendo está al otro lado del metal precioso: la caída del dólar y del dinero fiat.

Cuando se analiza la subida de un activo siempre se tiene a poner el foco en la parte que protagoniza ese repunte. Por ejemplo, cuando el euro se aprecia contra el dólar, los analistas y los medios suelen hablar de la fortaleza del euro. Sin embargo, a veces, parte del protagonismo debería coparlo la otra parte. El euro puede subir contra el dólar porque el ‘billete verde’ se encuentre en una situación de debilidad por diferentes motivos. Si bien es cierto que la demanda de oro es fuerte y sólida, el espectacular rally que se está produciendo también se debe a la creciente desconfianza de los inversores en el dinero fiat (dólar, euro, libra esterlina…) y en la deuda pública. Todo (los activos) sube porque el ‘precio’ del dinero baja, o al menos esto es también una parte de la historia que está sucediendo.

«El debate sobre el llamado debasement (devaluación) del dólar ha vuelto a cobrar fuerza a medida que aumentan los déficits estadounidenses y los inversores comienzan a preocuparse por el valor a largo plazo del ‘billete verde’. El denominado debasement trade se refiere al posicionamiento de las carteras en un mundo en el que el papel moneda pierde gradualmente su poder adquisitivo. En la práctica, eso significa añadir activos que puedan mantener o aumentar su valor real cuando las divisas se debilitan, normalmente oro, materias primas y, cada vez más, bitcoins», introduce Lale Akoner, estratega de eToro.

El oro se dispara como activo de reserva.

Este papel primordial del oro se ha visto reflejado en cualquier cifra que se analice. Desde Deutsche Bank apuntan a que la cuota del oro ha pasado del 24% a finales de junio al 30% en la actualidad, teniendo en cuenta el precio spot, mientras que la participación del dólar estadounidense ha caído del 43% al 40% en el mismo intervalo. «Para que el oro iguale su cuota con respecto al dólar, el precio tendría que subir hasta 5.790 dólares por onza, asumiendo que la cantidad de reservas de oro no cambia. Esto implicaría que tanto el oro como el dólar representarían cada uno el 36% del total de reservas globales de divisas + oro», aseguran desde DB. El oro empieza a pisarle los talones al dólar en un cambio de paradigma histórico.

Perdida de confianza en la deuda y las divisas

El origen de esta tendencia hay que buscarlo bajo las montañas de deuda de las principales economías mundiales y en las presiones implícitas de sus gobiernos para que los bancos centrales les ‘faciliten las cosas’, lo que se ha llamado «dominio fiscal». Robin Brooks, prestigioso analista e investigador principal del programa de Economía Global y Desarrollo de la Brookings Institution, señalaba hace dos días que «los mercados han observado el aumento de los niveles de deuda pública durante años y, en general, se han mantenido inactivos. El debasement trade se basa en la idea de que esto está cambiando, que los mercados han comenzado a adelantarse a lo que consideran una inevitable monetización de la deuda y están buscando refugio en activos seguros. Este es un tema candente actualmente porque el oro, quizás el activo refugio por excelencia, ha experimentado un repunte vertiginoso en los últimos meses», amplía este experto.

Los niveles de deuda pública están en máximos históricos. Occidente no solo no es una excepción, sino que es uno de los principales culpables (la deuda pública de las economías avanzadas supera el 110% del PIB). Pero lo que resulta más grave, no existe voluntad política ni social para reducir esta deuda, más bien al contrario. El sentimiento de la calle parece claro: ni hablar de recortes o austeridad (más bien lo contrario), pero tampoco de subidas de impuestos.

El desenlace solo puede ser un impago legal de los gobiernos a sus acreedores o un impago en términos reales (como señala Brooks, a través de la monetización de la deuda, que no es otra cosa que imprimir más dinero para mantener la rueda de la deuda en movimiento). El primero implica muchas turbulencias y quizá una crisis financiera. El segundo generará una avalancha de inflación. Ante el ruido de inflación y crisis financiera, el oro y los metales precios se convierten en el lugar al que todo el mundo quiere acudir. El sistema monetario actual y la confianza en las divisas y la deuda pública cuelga de un hilo. Si los gobiernos no meten en vereda sus financias públicas (los déficits siguen descontrolados), los riesgos anteriores se terminarán materializando. Los inversores ya saben que los bancos centrales no son independientes (o al menos no tanto como presumían) y están dispuestos a imprimir para sostener a los Tesoros. Desde 2021 se ha comprobado que estas políticas generan inflación. Es el mundo de la represión financiera del que tanto ha avisado el célebre economista Rusell Napier tras la «disentería fiscal» (palabra de Albert Edwards, veterano estratega de Société Générale) espoleada por la pandemia.

Esta situación de fondo es lo que hace a Alexis Bienvenu, gestor de fondos de La Financière de l’Échiquier, decir que el vertiginoso repunte del oro es buena y mala noticia a la vez, según la óptica desde la que se mire. En su análisis, Bienvenu pone el acento en las continuas presiones del presidente de EEUU hacia la Fed para que baje los tipos de interés: «Desafortunadamente, las causas de esta escalada hay que buscarlas más en el nerviosismo que en la euforia. Entre las más evidentes, figuran las dudas sobre el valor del dólar. Su credibilidad se fundamenta en la independencia del banco central estadounidense, pero esta se encuentra muy debilitada desde que el presidente estadounidense ejerce una presión considerable para rebajar los tipos de referencia, mientras que los niveles de la inflación estadounidense siguen siendo ligeramente altos».

A este «tiro en el pie del dólar», como lo denomina el gestor, se suman los esfuerzos de China por competir con el ‘billete verde’ y que se traducen en compras de oro insaciables por parte de su banco central, una dinámica que ciertamente no va a cambiar a corto plazo, pronostica el analista de LFDE. La invasión rusa de Ucrania, prosigue Bienvenu, agrava esta fiebre del oro por otros motivos, como la búsqueda de un valor refugio. «Así, un país especialmente afectado por este conflicto como Polonia ostenta el récord de compras de oro por parte de los bancos centrales en 2025. El resto de países de Europa del Este no le van a la zaga, aunque los volúmenes son más reducidos»

Por último, destaca el gestor de la firma francesa, en fechas más recientes las dificultades que han experimentado algunos bancos regionales estadounidenses y que han recordado, probablemente de forma equivocada, a las tribulaciones de este sector en 2023 han acentuado el temor a turbulencias bancarias en el país, lo que ha tirado aún más alza de este activo.

Los emergentes se apunta a la ‘fiebre del oro’

Los economistas de UniCredit Research creen que «el reciente repunte del oro refleja una convergencia de los impulsores tradicionales del mercado y cambios a mediano plazo en la estrategia global de reservas. A medida que las economías emergentes reducen gradualmente su dependencia del dólar estadounidense, sus compras sostenidas de oro están transformando silenciosamente la dinámica de la demanda. En este contexto, el oro cobra cada vez mayor relevancia, no solo como cobertura contra crisis o inflación, sino como una asignación estratégica en un panorama monetario en transformación». Esto último resulta llamativo: transformación estratégica del sistema monetario. El mundo se aleja del dólar y el oro es la prueba del algodón.

Desde UniCredit insisten: no es solo por el miedo a la inflación, las guerras, la incertidumbre… «más allá de estos factores, que subrayan el atractivo del oro como refugio seguro, una fuerza menos visible, pero cada vez más influyente está moldeando el mercado: las fuertes compras de oro por parte de los bancos centrales de los mercados emergentes, lo que indica un cambio estratégico en la gestión de las reservas globales».

Brooks cree que la operación debasement trade es real y está sucediendo en estos momentos: «En mi opinión, la «operación de devaluación» es real y señala un cambio en la percepción de los mercados sobre los niveles de endeudamiento descontrolados. Esto implica mayores primas de riesgo y de plazo, una avalancha de divisas refugio como el franco suizo y compras frenéticas periódicas a medida que otros activos refugio cobran relevancia entre los inversores. Nada de esto será lineal ni racional. Habrá pausas y burbujas. Pero el caos actual de la política fiscal en el G-10 significa que esta operación se basa en fundamentos y ha llegado para quedarse», asegura este economista.

¿Por qué si hay una pérdida de confianza en las divisas fiat se aprecia el franco? Suiza es uno de los pocos países que se ha tomado en serio la sostenibilidad fiscal. Suiza no solo tiene unos niveles de deuda pública infinitamente más bajos que EEUU o la Eurozona, sino que está comprometida a seguir reduciendo su deuda, lo que junto a una economía muy competitiva hacen del franco suizo una rara avis entre las divisas fiat.

«La actual transición hacia el oro forma parte de una tendencia más amplia hacia la desdolarización, a medida que las economías buscan una mayor independencia monetaria y resiliencia ante los cambios en la política estadounidense. Al anclar sus reservas en oro, los mercados emergentes no solo se protegen contra la inflación y la volatilidad cambiaria, sino que también señalan una transformación en la arquitectura financiera global, que favorece cada vez más las estrategias de reserva multipolares sobre el dominio del dólar. Es probable que este movimiento esté transformando el papel del oro, que ha pasado de ser una reserva pasiva de valor a un instrumento activo de estrategia soberana», sentencian los economistas de UniCredit.

Recogiendo todo lo anterior, Carsten Menke, estratega de Julius Baer, ve espacio para que la tendencia continúe: «El oro sigue ofreciendo los fundamentos más favorables, beneficiándose de una sólida combinación de demanda de refugio seguro y compras por parte de los bancos centrales, junto con la perspectiva de tipos de interés más bajos en EEUU y un dólar estadounidense más débil».

«Consideramos que la demanda de refugio seguro es un factor cíclico que podría volverse estructural si se confirman las preocupaciones actuales sobre la situación del dólar estadounidense y la independencia de la Reserva Federal de EEUU. Las compras de los bancos centrales son un factor estructural que refleja el deseo de los países emergentes de depender menos del dólar estadounidense como moneda de reserva y, en casos extremos, ser menos susceptibles a las sanciones estadounidenses», completa el analista del banco suizo.

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