La histórica subida del Ibex 35 deja la rentabilidad por dividendo por debajo del 4%

La histórica subida del Ibex 35 deja la rentabilidad por dividendo por debajo del 4%



Es un año histórico para el Ibex 35. El selectivo de la bolsa nacional acumula desde enero una revalorización superior al 35% -tras tocar ayer máximos anuales cerca de los 15.700 puntos-, superando ampliamente el retorno que ofrecen otros parqués del Viejo Continente, pero también Wall Street. Pero como señala el refranero popular, no hay rosa sin espinas. Y no hay subida en el Ibex sin perjuicio, para algunos, inversores. Y es que la fuerte subida del ejercicio acarrea una caída de la rentabilidad por dividendos del índice que, para 2025, se sitúa en el 3,9%, su nivel más bajo desde que comenzara el año, cuando se situaba en cifras superiores al 4,6%, según datos de Bloomberg.

Y es que con unas políticas de payout que se han mantenido estables o, incluso, han ido aumentado en los últimos meses entre las empresas del Ibex 35, quienes entren ahora están comprando beneficios más caros lo que, en consecuencia, se traduce en un menor rendimiento que el que obtenían a principios de año.

A pesar de este retroceso, el Ibex mantiene invicta su posición como uno de los índices más generosos de Europa para con los accionistas. Acorde a las estimaciones de FactSet y a pesar de las fuertes ganancias que ya lleva a sus espaldas, las perspectivas para 2026 y 2027 van a mejor hasta alcanzar el entorno del 4% de rentabilidad, lo que podría continuar aumentando el atractivo del parqué madrileño entre los inversores.

En el resto de grandes índices, estos múltiplos están lejos de la realidad: entre las empresas del Dax, la rentabilidad media por dividendo apenas llega al 2,5% mientras que el francés Cac 40 se queda en el 2,8% y el EuroStoxx 50 sobre el 2,7%. Métricas mucho más reducidas, también por el elevado peso de las tecnológicas -que reinvierten los beneficios en crecimiento y ofrecen escasas remuneraciones al accionista-, en Wall Street donde el S&P 500 ofrece una rentabilidad por dividendo del 1,39% y el Nasdaq 100 de apenas el 0,68%.

La explicación de la posición de ventaja en la que incurre el Ibex español es sencilla: la composición sectorial. En el selectivo, el peso de las utilities como Iberdrola, Endesa, Enagás o Naturgy, combinado con la fuerte presencia de la banca -las entidades suponen el 36% del índice- ofrece dos pilares que, históricamente, han compensado a través de retribuciones la confianza de los inversores en sus negocios.

Logista y Naturgy, en el foco

Aterrizando la situación de los grandes nombres, Enagás encabeza la clasificación entre las empresas del Ibex 35 que ofrecen, a día de hoy, una mayor rentabilidad por dividendo, del 7,45%. En marzo, la gasista aprobó en la junta general de accionistas y por amplia mayoría el abono de un euro por acción con cargo a los resultados del pasado ejercicio 2024. Un abono que mantendrá en los próximos años, según destacaron desde la compañía, ya que está en línea con sus comparables y respeta el plan inversor comprometido por el grupo energético. Sin embargo, la subida del 12% en bolsa de la acción coincide con la caída de la rentabilidad de los pagos a sus accionistas firmada en el acumulado de 2025.

Sin embargo, si dos empresas destacan por encima de otras esas son Logista y Naturgy. La de transportes ha mejorado la rentabilidad del dividendo desde enero (del 6,92% al 7,07%) gracias a una ligera relajación de la cotización (-0,95% desde enero) en torno a la debilidad del sector del transporte por carretera. Además, la compañía presenta un flujo de caja favorable y una disciplina de capital que respeta el compromiso explícito de distribuir, como mínimo, el 90% del beneficio. Sin embargo, para los analistas de Bankinter, el modelo de negocio de Logista está en la buena dirección. «Esperamos que siga anunciando más adquisiciones o incluso continúe con la expansión de su negocio farma o de «última milla» a Francia o Italia, lo que podría ser un catalizador para la compañía», recogen en uno de sus últimos informes sobre la compañía.

Y luego está el caso de Naturgy cuyo rendimiento por dividendo ha escalado en diez meses del 6,12% al 6,5%, una subida aún más pronunciada que la de Logista, apoyada sobre un plan de negocio en el que la gasista contempla mantener un beneficio neto anual de unos 1.900 millones y aumentar el dividendo hasta los 1,9 euros por acción en 2027.

Telefónica, pendiente del plan estratégico

Por su parte, Telefónica está pendiente de ver en qué se concreta el plan estratégico del grupo de telecomunicaciones que dirige Marc Murtra en unas semanas. La rentabilidad por dividendo se ha ido comprimiendo con los meses al pasar del 7,64% de enero al 6,92% actual, apoyada en una mejoría de la cotización respaldada por varias desinversiones en los negocios de América Latina, la optimización de los activos de fibra óptica y el foco de la empresa puesto en el desarrollo de la tecnología 5G.

La clave, en todo caso, está en esa hoja de ruta para los próximos años que se hará pública en noviembre y en la que el mercado espera conocer los planes de la teleco para reducir el apalancamiento, hacer crecer del negocio -se especula con la posible compra de Vodafone España- y sobre la política de remuneración futura al accionista.

Año récord para la banca

Pero si hay un sector que este año lo está haciendo bien, ese es el bancario. Sin embargo, las fuertes subidas en bolsa llegan a tal punto que ni siquiera los anuncios de repartos récord de dividendo -es el caso del Santander, BBVA o Banco Sabadell- han podido neutralizar las caídas en rentabilidad por estos pagos desde enero. Aun con todo, de cara a los próximos dos años, sobre todo de cara a 2026, se espera que los accionistas puedan ganar hasta un 21,5% en el caso del Sabadell -impactados por el reparto del pago extraordinario de 0,5 euros por acción por la venta de TSB al Banco Santander- o del 5,6% si se pone el foco en el BBVA.

Sea como fuere, aún faltan por abonarse varios pagos complementarios por parte de las compañías en los próximos meses que podrían modificar la rentabilidad efectiva de estos dividendos en 2025, sobre todo, teniendo en cuenta la subida sin techo que, de momento, siguen presentando las grandes bolsas del mundo.

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