Lagarde aúna fuerzas con Powell para plantar cara a la fuerte presión de la Casa Blanca
En tan solo siete meses, Donald Trump ha convertido su regreso a la Casa Blanca en un auténtico dolor de muelas para muchos. Su política arancelaria contra decenas de países de todo el mundo y su fuerte presión a la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) han provocado un incremento del malestar de las principales instituciones financieras.
De hecho, en los últimos días, ha sido protagonista por despedir de manera fulminante a la gobernadora de la Fed, Lisa Cook, nombrada por el expresidente Joe Biden en 2022. Tras pedir su dimisión, decidió cesarla, acusándola de haber cometido un fraude hipotecario. Pese a ello, Cook anunció el jueves una demanda contra el mandatario norteamericano. Un nuevo paso que ha vuelto a poner en tela de juicio la ofensiva total de la nueva Administración a la independencia del banco central.
Su mala relación con el presidente del regulador de los bancos estadounidenses- que él mismo nombró en su primer mandato- Jerome Powell, y sus continuos mensajes contra él y su equipo de Gobierno, han elevado la tensión al máximo. El mensaje parece claro: todo el que no piense como el líder republicano quiere, debe apartarse de su camino.
Ejemplo de ello es el despido de hace unas semanas de la responsable de la Oficina de Estadísticas Laborales, Erika McEntarfer, por los malos datos de empleo de julio o sus continuos insultos contra Powell- «imbécil», «inútil» o «loco»- por no bajar los tipos de interés
Pero en esta nueva etapa contra todos y contra todo, parece haberse encontrado con un conocido enemigo, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde. La dirigente de la institución financiera europea aprovechó su última visita a Jackson Hole para aunar fuerzas con la Fed y plantar cara a Trump.
El aviso de Lagarde a Trump
Aunque en su discurso de Jackson Hole no habló en ningún momento de la difícil situación en la que se encontraban las relaciones entre la Casa Blanca y la Fed, Lagarde sí aprovechó una entrevista en la cadena conservadora Fox para dedicar unas palabras a lo que estaba haciendo Trump.
La presidenta del BCE respaldó a Jerome Powell y su equipo de Gobierno y advirtió de que el poder político no debe meterse en la política monetaria, ya que eso puede suponer un grave peligro para su independencia.
Lagarde aseguró que «la independencia de cualquier banco central tiene una importancia crucial» y destacó que «todos debemos rendir cuentas» y «es necesario a todas las cuestiones que plantee o bien el Congreso de Estados Unidos, o bien el Parlamento Europeo». «Pero, en cualquier caso, la independencia de los bancos centrales es vital», señaló.
La presidenta de la institución financiera europea también defendió que ella vivió algo parecido durante su etapa al frente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y habló de que fue testigo de lo que ocurre en los bancos centrales cuando «se ve amenazada» su independencia.
«El banco central se vuelve disfuncional. Comienza a hacer cosas que no debería hacer. Y el paso siguiente es la disrupción. La inestabilidad, o todavía peor», justificó, antes de reiterar que la independencia de estas instituciones «debería quedar fuera de todo debate«.
Las palabras de Lagarde llegaron un día después de que Powell dejara caer que estaba cerca algo que Trump lleva reivindicando desde su regreso a la Casa Blanca, un recorte de tipos de interés. Tras saldar todas las reuniones de 2025 con un mantenimiento del precio del dinero, aseguró que en el encuentro de septiembre se pondrá sobre la mesa la primera bajada del año.
Los analistas de la fintech Ebury aseguran que el discurso de Jerome Powell ha cambiado algunas perspectivas. «Las preocupaciones sobre una posible pérdida de independencia de la Reserva Federal y un deterioro institucional más amplio se ven compensadas por la expectativa de un estímulo monetario más temprano y generoso de lo que se descontaba hace apenas una semana«, señalan.
«Los datos económicos a nivel mundial vienen transmitiendo señales cada vez más estanflacionarias desde hace tiempo. La ralentización en la creación de empleo, un menor crecimiento y una inflación persistentemente elevada generan dificultades para la Reserva Federal«, aseguran. Desde Ebury explican que, en paralelo, «la presión política ejercida por Trump sobre la institución va en aumento«.
La presión política ejercida por Trump sobre la institución va en aumento
Por si quedaba alguna duda sobre un posible recorte de tipos, el presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, explicó este miércoles que «cada reunión está abierta» y se mostró optimista. «Los riesgos están más equilibrados. Tendremos que esperar a ver cómo evolucionan los datos», aseguró, antes de vaticinar que se podrían «reducir las tasas de interés y dejarlas aún algo restrictivas«.
La nueva ‘batalla legal’ entre Trump y la Fed
Además de los insultos, el rifirrafe en directo de hace unas semanas en la sede de la Fed y de presionar a Jerome Powell para que baje los tipos de interés, Trump también ha iniciado una auténtica batalla contra algunos de los rostros del regulador de los bancos norteamericanos.
El último de los enfrentamientos ha puesto en tela de juicio los planes del líder republicano. El pasado lunes decidió destituir a Lisa Cook, acusándola de fraude hipotecario. Algo que Cook ha negado y que ha hecho que su abogado, Abbe Lowell, haya presentado una demanda contra él, en una acción que califica como «sin precedentes e ilegal».
Pese a que se le pidió que dejara su cargo, Trump decidió este lunes despedirla a través de una carta difundida en Truth Social: «Por la presente se le destituye de su cargo en la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal, con efecto inmediato«, aseguró. En el escrito, defendió que «cómo mínimo, la conducta en cuestión demuestra una negligencia grave en las transacciones financieras que pone en duda su competencia y fiabilidad como regulador financiero«.
«Existen motivos suficientes para creer que usted podría haber hecho declaraciones falsas en uno o más contratos hipotecarios. (…) Usted firmó un documento que atestiguaba que una propiedad en Michigan sería su residencia principal durante el próximo año. Dos semanas después, firmó otro documento para una propiedad en Georgia, declarando que sería su residencia principal durante el año siguiente», acusó.
El propio Trump, en declaraciones posteriores a la prensa, aseguró que lo que Estados Unidos necesita es «gente que sea 100% honesta y no parece que ella lo sea«. También la acusó de tener una «conducta engañosa y potencialmente delictiva». En la demanda interpuesta por el abogado de Cook, defiende que la acusación del inquilino de la Casa Blanca no tiene fundamento sobre «solicitudes hipotecarias privadas presentadas por la gobernadora Cook antes de su confirmación en el Senado no es una causa».
«La carta del presidente Trump en la que pretendía despedir a la gobernadora Cook no citaba los motivos adecuados para destituirla de la Junta», justificó. Un nuevo frente que acabará en los tribunales y que se une al despido de hace unas semanas de la responsable de Estadísticas Laborales, Erika McEntarfer, por los malos datos del empleo.
El presidente republicano sigue intentando ganar su guerra particular contra el «testarudo» y «tardón» Powell y sigue metiendo presión a la institución financiera estadounidense. Pero Christine Lagarde tiende la mano a Jerome Powell contra Trump y aúnan fuerzas para que, al menos hasta mayo de 2026, el presidente de la Fed pueda permanecer en un cargo que cada vez quema más y siga habiendo esa «independencia» que se está viendo «amenazada».


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