El euro y el yuan digitales avanzan mientras la iniciativa del dólar se cae del tablero por la cruzada ‘cripto’ de Trump

El euro y el yuan digitales avanzan mientras la iniciativa del dólar se cae del tablero por la cruzada ‘cripto’ de Trump



Los proyectos de divisas digitales de las principales potencias mundiales están tomando diferentes caminos. Mientras que el Banco Central Europeo (BCE) sigue convencido de sacar adelante el euro digital, China quiere impulsar el yuan digital como herramienta de control de los pagos minoristas y Estados Unidos ha decidido poner fin al proyecto del dólar digital, que estaba en una etapa mucho más inicial.

En el marco del debate sobre la soberanía estratégica de la Unión Europea, el euro digital está ganando protagonismo por su potencial para luchar, junto a las iniciativas privadas, como Bizum, contra los sistemas de pago con tarjeta que copa Estados Unidos a través de Visa y Mastercard.

El BCE lleva años trabajando para diseñar un proyecto que sólo saldrá adelante si las autoridades europeas llegan a un acuerdo sobre su regulación.

El plan es tener en la zona euro un equivalente electrónico al efectivo que complementaría a los billetes y las monedas. Se trataría de dinero oficial, respaldado por el banco central, que permitiría pagar en tiendas físicas, e-commerce y entre ciudadanos.

Las autoridades europeas están trabajando actualmente en la fase de preparación para el euro digital, que se inició en noviembre de 2023 y culminará a finales de este año. El objetivo ahora es construir las bases técnicas, regulatorias y operativas.

Y para eso se necesita la voluntad de los Estados miembros, que deben ponerse de acuerdo para emitir el reglamento que regule su puesta en marcha. Los miembros del Parlamento Europeo van a empezar próximamente a negociar.

Los altos cargos del BCE siempre han defendido la puesta en marcha del euro digital, poniendo énfasis en su capacidad para ser una herramienta de soberanía estratégica.

«Ahora mismo, los comercios en Europa son muy dependientes de un puñado de métodos de pago dominantes -online o con tarjeta-, a menudo dependientes de proveedores no europeos«, afirmaba el pasado otoño Piero Cipollone, uno de los miembros del Comité Ejecutivo del BCE, durante un discurso ante el Parlamento Europeo.

Para Cipollone, «el euro digital incluiría salvaguardas para los comerciantes al taponar las comisiones que pagan los bancos por procesar pagos». De hecho, «reduciría así la brecha entre lo que les cuestan los pagos digitales a los comercios pequeños y a los grandes».

China y el control de los pagos

Por su parte, China está desarrollando el yuan digital, que tiene un objetivo algo diferente.

Como explican fuentes del sector a este periódico, la meta del Gobierno del gigante asiático es tener un mayor control de los pagos minoristas, que durante los últimos años han estado más en manos de las grandes tecnológicas, como Alibaba (Alipay) o Tencent (WeChat Pay).

El Gobierno, de hecho, declaró ilegales todas las criptomonedas y sus transacciones relacionadas con ellas hace cuatro años. Y quiere quedarse con el control de la emisión de dinero digital, algo que hará con la divisa electrónica correspondiente al yuan.

Tras las pruebas piloto, la divisa fue lanzada este año por el Banco Popular de China y, aunque por el momento sólo se usa de manera doméstica, nace con vocación de tener un alcance internacional. Es algo que no ocurre con el euro digital, que está diseñado para operar únicamente en la zona euro.

Trump y la cruzada cripto

Pero si una gran potencia está tomando un camino diferente es Estados Unidos. El dólar digital, que nunca llegó a estar tan avanzado como estas otras dos divisas digitales, no se va a poner finalmente en marcha después de que Donald Trump firmara en enero una orden ejecutiva para prohibir el desarrollo y la emisión de la moneda.

La Administración Trump defiende que esta divisa de banco central pone en riesgo la estabilidad financiera, la privacidad y la soberanía del país.

A Trump no le encaja el proyecto del dólar digital en el marco de su cruzada a favor de las criptomonedas. El mandatario estadounidense ha cambiado drásticamente de opinión, pues en el pasado llegó a calificar de estafa a estos activos.

Sin embargo, ahora es un firme defensor. Tanto es así que este mismo año ha firmado una orden ejecutiva para crear una reserva estratégica de criptomonedas.

El rechazo al dólar digital no ha caído en saco roto, dado que la moneda estadounidense es, sin duda, la más importante del mundo. De hecho, desde el Banco de España se ha advertido de que este veto podría tener un efecto negativo sobre la estabilidad del sistema monetario global.

Con todo, las fuentes del sector consultadas no creen que este rechazo vaya a poner en riesgo la primacía del dólar a nivel mundial.

«El dólar tiene una posición dominante en el comercio internacional que no está amenazada. Lo que determina el rol internacional de una moneda es mucho más que las funcionalidades tecnológicas, es la estabilidad de esa moneda, la política monetaria, la estabilidad política y toda una serie de factores», valoran estas fuentes.



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