Jackson Hole: los mercados esperan a Powell entre presiones políticas, inflación y perspectivas de recorte de tasas

Jackson Hole: los mercados esperan a Powell entre presiones políticas, inflación y perspectivas de recorte de tasas



El simposio de Jackson Hole regresa esta semana en un momento crucial para la política monetaria global. Si en el pasado el debate se centraba en desafíos comunes como el Quantitative Easing o la gestión de la economía post-pandemia, este año los nudos a desatar son mucho más fragmentados y complejos.

Para la Reserva Federal, la cita no solo representa la oportunidad de delinear la trayectoria de las tasas de interés en los próximos meses, sino también un banco de pruebas para la independencia del banco central frente a presiones políticas sin precedentes.

¿Qué sucederá en Jackson Hole?

Para Kevin Thozet, miembro del comité de inversiones de Carmignac, el mercado mira a la cita de Wyoming con la expectativa de que la Fed se alinee con la tendencia global de reducción de tasas. Sin embargo, el analista invita a la cautela: la economía de EE.UU. sigue siendo resistente y las presiones sobre los precios no han desaparecido. Como observa Thozet, “entre las presiones de Trump y las expectativas del mercado, Powell debería ceder e insinuar que el ciclo de recortes de tasas se reanudará”. Sin embargo, advierte, la expectativa de múltiples recortes parece, según él, “excesiva, considerando la resistencia de la economía de EE.UU., la incertidumbre sobre las políticas y la persistencia de las presiones inflacionarias”.

Según Vincent Reinhart, economista jefe de BNY Investments, el discurso de Powell será crucial para definir la orientación de la política monetaria. Reinhart prevé un recorte en septiembre, que el presidente podrá justificar como parte de un proceso de normalización o como respuesta contingente. “Esperamos que el presidente Powell señale que la Fed tiene la intención de recortar su tipo de interés oficial en 25 puntos base en septiembre”, observa Reinhart, agregando que su intervención podrá ser leída como “un bache en el camino dentro del plan a largo plazo […] o como un giro hacia un modo enteramente reactivo”.

Michaël Lok, CIO del Grupo y Co-CEO de Gestión de Activos de UBP, destaca el conflicto entre los datos macroeconómicos y la creciente presión política. Por un lado, los beneficios corporativos han sido muy sólidos; por otro lado, el mercado laboral muestra signos de debilidad. Según Lok, “mantenemos nuestra previsión de dos recortes de tasas en el segundo semestre de 2025, el primero de los cuales en septiembre, a la luz del debilitamiento del mercado laboral y la desaceleración de la demanda interna”. Sin embargo, advierte que, a pesar de que “se han intensificado las presiones por parte de la Casa Blanca y del Tesoro de los Estados Unidos para que la Fed reduzca significativamente las tasas, los gobernadores de la Fed siguen siendo generalmente cautelosos”.

Finalmente, Andrew Jackson, Jefe de Inversiones de Vontobel, sitúa el simposio en un contexto global en el que los principales bancos centrales enfrentan desafíos diferentes. Para la Fed, el equilibrio es particularmente delicado: “Las presiones políticas están aumentando, con la Casa Blanca presionando por un recorte de tasas y la posible nominación de un nuevo presidente de la Fed más alineado con la agenda económica del presidente Trump”. Según Jackson, el banco central tendrá que moverse con extrema cautela, ya que “la economía está comenzando a mostrar signos de sobrecalentamiento, por lo tanto, predecimos que la inflación en los Estados Unidos podría alcanzar el 3,5% a mediados del próximo año”.

Posibles consecuencias del simposio

Las decisiones que surgirán de Wyoming tendrán un impacto directo en los mercados de bonos y en el equilibrio de la política monetaria global.

Para Thozet (Carmignac), los rendimientos a largo plazo permanecerán relativamente estables, pero con riesgos crecientes: “El riesgo de una inflación más alta y de mayor incertidumbre inflacionaria es concreto (debido al aumento de los aranceles, al debilitamiento del dólar o a las restricciones en la oferta de mano de obra)”. Una condición que empujará a los mercados a exigir una prima más alta para mantener los Treasury.

Reinhart (BNY Investments) destaca el aspecto institucional y reputacional: “Dado que esta será la última aparición de Powell en Jackson Hole como presidente, puede que reflexione sobre su legado y, potencialmente, sobre la importancia de la independencia de los bancos centrales”. Para los inversores, el evento será también un termómetro del grado de independencia que la Fed podrá mantener bajo la creciente presión política.

Desde el lado de los inversores, Lok (UBP) advierte sobre el riesgo de volatilidad en los mercados de acciones: “Con la temporada de ganancias llegando a su fin, los datos macroeconómicos deberían determinar las fluctuaciones del mercado a corto plazo, mientras los inversores discuten el futuro de las tasas de interés y de la economía estadounidense, con los efectos de los aranceles que comienzan a verse”. La comunicación de la Fed será por lo tanto determinante para evitar un efecto disruptivo en la confianza.

Jackson (Vontobel) concluye con una perspectiva internacional: “Los diversos desafíos que cada institución debe enfrentar demuestran la complejidad del actual panorama económico global”. El BCE parece estar en una posición más sólida, pero se verá obligado a monitorear cuidadosamente los movimientos de la Fed. Al mismo tiempo, Suiza y el Reino Unido enfrentan riesgos concretos relacionados respectivamente con los aranceles de EE.UU. y con dinámicas inflacionarias aún frágiles.



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