Me temo que el Euríbor ya no va a bajar mucho más…
El Banco Central Europeo ha decidido tomarse un respiro tras un año de rebajas en los tipos de interés. La reunión de julio se ha saldado sin cambios, manteniendo la tasa de depósito en el 2%, un nivel que no se veía desde diciembre de 2022. Se trata de la primera pausa en doce meses, lo que señala un cambio de fase en la política monetaria. Después de siete recortes consecutivos, el BCE busca ahora tiempo para observar cómo reacciona la economía, en un momento marcado por la volatilidad y el ruido procedente del comercio internacional.
Para los hipotecados a tipo variable, la noticia tiene doble filo. Por un lado, el euríbor ha frenado su caída, anticipando la pausa del BCE y asentándose en torno al 2,2% en julio. Esto sigue suponiendo un alivio notable para quienes revisan sus hipotecas respecto al nivel del verano pasado, cuando el euríbor superaba el 3,5%. En términos prácticos, una hipoteca de 150.000 euros a 25 años con revisión anual podría reducir su cuota más de 100 euros al mes, incluso con un euríbor estable.
Por otro lado, la falta de un nuevo recorte en el tipo rector del BCE también limita el margen para nuevas bajadas en las próximas revisiones. Si el euríbor se mantiene en estos niveles, la corrección en las cuotas será cada vez más contenida, especialmente a medida que se acerque la base actual del índice.
Aun así, el tono del mercado no es pesimista. Las previsiones apuntan a que la tasa de referencia podría terminar el año cerca del 2%, y situarse incluso por debajo del 1,8% a lo largo de 2025. Esto dependerá en gran medida de si el BCE vuelve a mover ficha este año. Por ahora, el escenario más compartido contempla un recorte adicional en otoño, que dejaría los tipos en el 1,75%. Algunos analistas no descartan incluso dos ajustes más, aunque este escenario está lejos de ser mayoritario.
Mientras tanto, el mercado hipotecario ha empezado a moderar su actividad. Las entidades financieras, que a comienzos de año protagonizaron una pequeña guerra de precios, han levantado el pie del acelerador. El parón en la política monetaria ha enfriado las expectativas y, con ello, también el empuje de las ofertas. Según los comparadores financieros, las promociones más agresivas han dejado paso a un panorama más contenido, en el que los bancos actúan con mayor prudencia ante el ruido económico de fondo.
Pese a este giro, hay que tener en cuenta el punto de partida: el coste medio de las nuevas hipotecas sigue por debajo del registrado en 2023 y las condiciones siguen siendo favorables para perfiles con ingresos estables. A día de hoy, las ofertas a tipo fijo siguen por debajo del 3%, algo que parecía impensable hace un año, cuando el euríbor tocaba máximos no vistos desde 2008.
La gran incógnita ahora es cómo afectará la tensión comercial entre bloques a las previsiones inflacionistas. El regreso de los aranceles, los ajustes en las cadenas de suministro y los cambios en los precios de importación podrían alterar las decisiones del BCE en los próximos meses, complicando cualquier hoja de ruta.

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