Olvidos de la memoria
En julio de 2007, un hipotecado impagó su préstamo en Estados Unidos iniciando una cadena que propició la quiebra concatenada de muchas entidades especializadas en la financiación de vivienda y el nacimiento de la gran crisis financiero-inmobiliaria.
Hasta aquel momento, en ese país (y en el resto del mundo) se vivía un estado de alegría incontenida en un escenario de -muy- bajos tipos de interés, facilidad en la concesión de créditos (laxitud en la tasación/concesión con pocas garantías) y subida sin pausa de los precios, llegándose al extremo de que los bancos para poder prestar más utilizaron la titulización, figura que posibilita empaquetar hipotecas pendientes de cobro para proporcionar liquidez a las entidades prestamistas, un gran
Hasta aquel momento, en ese país (y en el resto del mundo) se vivía un estado de alegría incontenida en un escenario de -muy- bajos tipos de interés, facilidad en la concesión de créditos (laxitud en la tasación/concesión con pocas garantías) y subida sin pausa de los precios, llegándose al extremo de que los bancos para poder prestar más utilizaron la titulización, figura que posibilita empaquetar hipotecas pendientes de cobro para proporcionar liquidez a las entidades prestamistas, un gran pez mordiéndose su misma cola que contaminó a fondos de inversión y de pensiones, instrumentos necesarios en aquel momento para ser receptores del papel titulizado.
Sin embargo la bonanza acabó; en la medida en que se producían impagos se empobrecía la calificación de las emisiones titulizadas con lo que éstas perdían ráting y, por ende, valor, iniciándose una cadena que acabó con la vida de muchos bancos y cajas de ahorros y muchos partícipes de fondos viendo perder valor a su inversión en productos «sin riesgo» (…).
Hasta ahora, el pasado que, como dice el tango, ¡que dieciocho años no son nada…!
Pensemos en el presente. Con la diferencia de que los bancos exigen mayores garantías a sus prestatarios, el panorama es el mismo: bajos tipos de interés, elevada demanda y precios al alza. ¿Explotará de nuevo el globo?
La memoria es inquieta y olvidadiza; se recuerda lo que se quiere sin distinguir pelaje. Por cierto, ¿dónde están las 40.000 viviendas y los 2.400 suelos que el presidente del Gobierno prometió en el pasado?














